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CATALUNYA

Los Mossos hacen público el protocolo de uso del foam tras las críticas por las actuaciones de los antidisturbios

Según el protocolo, solo se podrá usar esta herramienta si lo ordena la persona que ejerce el mando del equipo policial y en el documento se subraya que antes de disparar "se tienen que haber agotado las vías de diálogo y mediación previas". 

Dos agents dels Mossos d'Esquadra durant una manifestació a Barcelona contra l'empresonament de Pablo Hasel.
Dos agentes de Mossos d'Esquadra durante una manifestación en Barcelona contra el encarcelamiento de Pablo Hasél. Foto de archivo.  Miquel Codolar / ACN 

El conseller de Interior de la Generalitat, Miquel Sàmper, ha hecho público este lunes el protocolo de uso de los proyectiles de foam que establece en qué situaciones se puede utilizar: "Cuando haya desórdenes públicos graves, para neutralizar conductas violentas o un riesgo para la integridad física".

En la inauguración de una nueva oficina conjunta de Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana de Barcelona, ha concretado que el protocolo también incluye la definición de qué son las balas de foam --herramientas policiales para controlar la situación y hacer que se vuelva a la normalidad-- su trazabilidad y su normativa de uso.iento.

Según el protocolo, solo se podrá usar esta herramienta si lo ordena la persona que ejerce el mando del equipo policial y en el documento se subraya que antes de disparar "se tienen que haber agotado las vías de diálogo y mediación previas", que antes de utilizar esta herramienta se tendrá que avisar a las personas, y que solo se podrá dispara de abdomen hacia abajo, a no ser que el manifestante tenga objetos contundentes en sus extremidades, cuando se permitirá disparar a los brazos

Antes de disparar "se tienen que haber agotado las vías de diálogo y mediación previas"

El documento también añade que excepcionalmente "en casos de extrema necesidad con peligro muy grave para las personas, para los agentes de policía o para los bienes, se podrá utilizar sin autorización de la persona que ejerce el mando superior inmediato".

"En este caso hay que informar lo antes posible del uso, de las circunstancias que han provocado la necesidad de utilizarlo y de los resultados de la intervención", agrega el protocolo que, en cualquier caso, obliga a actuar "siguiendo los principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad". 

Según el portal de la policía catalana, el modelo de lanzadora que usan los Mossos utiliza "cartuchos del calibre 40x46, especialmente diseñados para el uso menos lesivo de la fuerza", que se pueden utilizar a corta distancia -de 5 a 25 metros- o larga -de 20 a 50 metros- para neutralizar a personas. 

Las lanzadoras también pueden utilizarse con munición fumígena -que genera un artificio de humo- para dispersar a personas, pero ello exige "recibir una orden directa, que indique el sector sobre el que se tiene que dirigir". 

Después del uso de la lanzadora, cada operador y mando policial deberá informar del tipo de proyectiles que se haya disparado en cada intervención, el lugar y la hora, de la forma más exacta posible, y las posibles incidencias detectadas

No son malos, pero pueden ser mejores

Miquel Sàmper ha expresado en su intervención: "En un par de ocasiones me había comprometido en el Parlament a hacer públicos estos protocolos, con Irídia y con Amnistia Internacional y también con el Síndic de Greuges. Los Mossos d'Esquadra, mucho antes de estos compromisos míos ya estaba trabajando en esta mejora constante que tiene que tener el orden público y cualquier dispositivo por parte de la policía".

"Los publicamos hoy como ejemplo de transparencia y porque estamos trabajando en su mejora de manera constante. No quiere decir que estos sean malos, siempre serán mejorables. La jefatura está trabajando en la mejora de los protocolos", ha añadido.

La polémica de las herramientas utilizadas por parte de la policía catalana se inició en 2013, cuando agentes de los Mossos dispararon una pelota de goma a Ester Quintana, que perdió el ojo, y se ha reabierto durante las protestas contra el encarcelamiento de Pablo Hasel, cuando una joven recibió un disparo en el ojo supuestamente de un proyectil de foam que también le hizo perder la visión del ojo.

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