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Los obispos belgas eluden pedir perdón

La Conferencia Episcopal asume 'errores del pasado', pero evita tomar decisiones concretas para resarcir a las víctimas de abusos sexuales

DANIEL BASTEIRO

La Conferencia Episcopal de Bélgica aseguró ayer sentirse horrorizada por los 507 casos de abusos sexuales realizados por sacerdotes que fueron revelados la semana pasada en un informe elaborado por una comisión eclesiástica de investigación, pero obvió el gesto de contrición que le reclamaban las víctimas. En una brevísima comparecencia ante la prensa, el presidente de los obispos belgas, André Léonard, reconoció 'errores del pasado' en la impunidad con la que la jerarquía católica abrigó a los 91 sacerdotes y religiosos que violaron a medio millar de víctimas (entre ellas a menores de edad) entre las décadas de 1960 y 1980.

'Estas historias y el sufrimiento que contienen nos hacen temblar', afirmó Léonard, quien propuso sustituir la comisión investigadora, disuelta en junio, por un nuevo centro, con plantel renovado de expertos, pero siempre dependiente de la autoridad episcopal. Léonard expresó la 'disponibilidad máxima' de la Iglesia con las víctimas, pero eludió tomar ninguna otra decisión, argumentando que es necesario desarrollar 'reflexiones y propuestas' que, por el momento, resulta 'imposible' especificar 'hasta el último detalle'.

El Vaticano anuncia que Ratzinger condenará estos 'crímenes'

El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, expresó en nombre de Benedicto XVI el 'gran dolor' por la publicación de los testimonios, que describían los abusos con todo detalle. 'Creo que el Papa tendrá la ocasión, en el transcurso de su próximo viaje a Reino Unido, de hablar de este problema renovando su participación del sufrimiento de las víctimas y confirmando la condena de los crímenes', añadió Lombardi, en conversación con la televisión belga RTL-TVI.

Sin embargo, pese a las muestras de dolor, la actitud de la Iglesia no ha convencido a las víctimas, a las que les fue negada la entrada a la rueda de prensa de Léonard. Además, ni el presidente de la Conferencia Episcopal ni Lombardi pronunciaron la palabra clave: 'perdón'. Léonard fue incluso más allá al afirmar que 'el número de abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia no representa sino un pequeño porcentaje de los que todavía se cometen en la sociedad'. Este extremo fue desmentido por el propio presidente de la comisión de investigación, el psiquiatra Peter Adriaenssens, que aseguró que los abusos eran corrientes y conocidos en las instituciones eclesiásticas de la época.

Los obispos ofrecen 'atención personal' a los damnificados por las agresiones

El episcopado tampoco respondió a la petición de una treintena de víctimas de percibir indemnizaciones a pesar de que la mayoría de los delitos hayan prescrito, ni se pronunció sobre los 800 casos que investiga la Justicia civil.

En su lugar, la jerarquía católica belga prepara la creación del nuevo centro para ofrecer una 'atención personal' a las víctimas y tratar de recuperar 'el precioso tiempo perdido'. Léonard se mostró determinado a 'restablecer la dignidad de las víctimas y ayudarlas a convivir con el sufrimiento' infligido por los autores de los abusos sexuales.

La publicación de los testimonios de la comisión investigadora, que conmocionó al país, llegó ayer al debate político con la petición del Partido Socialista de analizar en sede parlamentaria el informe y crear un departamento específico en la fiscalía federal que trate los casos.

'¿No entendieron nada? ¿No han aprendido nada de sus errores y sus silencios?', se preguntaron en un comunicado los diputados socialistas Thiery Giet y Karine Lalieux, en referencia a la pasividad de la Iglesia. 'No es el momento de proyectos vagos de la Conferencia Episcopal, sino de acciones concretas e independientes', reclamaron.

El Vaticano aún no ha decidido el futuro de Roger Vangheluwe, el ex obispo de Brujas que abusó de su sobrino y que dimitió en abril, con 73 años. La Santa Sede podría aplicar alguna sanción ejemplarizante que borrara la percepción pública de una jubilación anticipada del prelado, que cobrará una pensión vitalicia de 2.800 euros al mes.

Por último, el sacerdote belga Eric Dejaeger, de 63 años, acusado de abusar de niños esquimales en Canadá, se ha entregado a las autoridades. La Interpol lo incluía en su lista de pedófilos más buscados.

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