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La solitaria carrera de Mas por la Generalitat

CiU potencia a su candidato mientras Montilla se arropa con las figuras de Tura y Corbacho

ALBERT MARTÍN VIDAL

Un tercer intento fallido supondría su muerte política. Es el candidato mejor valorado por los catalanes, según las últimas encuestas, y el indiscutible favorito para alzarse con el triunfo electoral y llegar al Palau de la Generalitat. Y, a pesar de eso, viaja solo por las procelosas aguas de la precampaña electoral.

Pero la ya habitual imagen de Artur Mas solo ante el auditorio y los focos, llenando todo el escenario sin ayuda de nadie, no es fruto de la casualidad: responde a una estrategia de su partido para llevar a los ciudadanos un mensaje: no eligirán entre CiU y el PSC, sino entre Mas y José Montilla.

CiU cree tener un mejor candidato y el PSC presume de equipo

En la federación nacionalista existe la convicción de que en este mano a mano salen beneficiados por la facilidad con que Mas transmite el discurso económico el omnipresente tema de la campaña es la crisis y por el desgaste que ha sufrido el aún president de la Generalitat tras cuatro años al frente de un Tripartito que ha visto cómo se llegaba a los 700.000 parados.

Desde CiU admiten el papel preponderante de Mas en la campaña y se preguntan lo siguiente: 'Son unas elecciones para elegir presidente y él es nuestro candidato. ¿Quién tiene que hablar si no él?'. Todos los partidos admiten, además, que hay una tendencia creciente a unas campañas cada vez más presidencialistas.

El partido de Mas controla de cerca los actos del resto de sus dirigentes

A pesar de ello, en CiU descartan que Mas esté haciendo la campaña solo: 'En todos los actos hablan tres personas más y eso a veces supone un problema; de hecho, nos gustaría poder hacer una campaña aún más presidencial'. El celo de la federación por potenciar a su líder se percibe también en el férreo control que hacen desde el equipo de Mas de los actos del resto de caras del partido, como el secretario general adjunto de CDC, Felip Puig. El entorno de Puig minimiza su desaparición de la primera línea y recuerda que se trata de una situación 'normal'. 'En campaña desaparecemos; ya lo hicimos en las elecciones de 2003 y 2006', asumen.

A pesar de que a CiU le conviene el escenario de Mas contra Montilla, su candidato está completando una precampaña de guante blanco con su principal adversario y evita los ataques directos para evitar ser percibido como un candidato duro. 'Nunca lo ha sido y ha hecho un gran proceso de maduración personal, pero además sabe que no le convienen actitudes agresivas', reconocen desde Convergència.

A la eficacia comunicativa del presidenciable convergente y a su perfil económico, se une la necesidad de transmitir que un eventual Govern de CiU funcionará de forma unitaria y alejada de las tensiones internas que han mermado al Ejecutivo de Montilla.

'Su gran problema es que no tienen a nadie más', dicen desde el PSC

Desde la cúpula del PSC, sin embargo, tienen otra explicación a la soledad de Mas: 'El gran problema de CiU es que no tienen a nadie más a quien enseñar. ¿A quién sacan? ¿A Joana Ortega [número dos de la lista de CiU]?'

Los socialistas están convencidos de tener un mejor equipo que Mas sus consellers gozan de buena valoración en las encuestas, del mismo modo que en CiU asumen que tienen un mejor cabeza de cartel. Por eso reprochan a Mas su promesa de hacer 'un gobierno de los mejores'. 'Mas dice que lo tiene todo pensado, pero lo cierto es que él es de largo el mejor activo del partido', añaden.

De hecho, el PSC sí ha decidido jugar a fondo la baza de sus números dos y tres, Montserrat Tura y Celestino Corbacho, con la intención de complementar a Montilla. Así, mientras Tura enarbola la bandera del catalanismo para atraer a los sectores catalanistas del PSC, el ex ministro de trabajo se fajará en el cinturón rojo de Barcelona. Ambos tienen la misión de arropar al aún president durante la campaña y el PSC no ha tenido inconveniente en cederles protagonismo en sus actos.

Esa decisión contrasta con el papel secundario de Puig o del mismo Duran i Lleida, presidente de Unió y que se ha postulado públicamente para formar parte de un Govern presidido por Mas. Ello ha exigido un sobreesfuerzo al presidenciable que esta misma semana se ha dejado sentir en sus cuerdas vocales. 'Lleva un ritmo tremendo', suspiran en su partido.

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