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"Mukhtar fue violada y nadie tuvo la valentía para denunciarlo"

El periodista pakistaní del 'Daily Khabrain' lucha con sus textos contra los 'crímenes de honor' en su país. El de Mukhtar fue terrible

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Rana Mannan Sajid, periodista pakistaní del diario Daily Khabrain, estuvo en Barcelona la semana pasada, invitado por Casa Asia, para hablar de la historia de Mukhtar Mai, que en 2002 fue violada por cuatro hombres en cumplimiento de una sentencia dictada por un tribunal local.

¿Cómo conoció la historia de Mukhtar Mai?

Mukhtar fue violada por cuatro personas y nadie tuvo ni la fuerza ni la valentía para ir a denunciar el hecho. Además, la policía tampoco movió ningún hilo. Al cabo de una semana, el imán de la mezquita me lo comentó y me dijo que había sido una barbarie. También me contó que habían arrestado al hermano y que la familia había tenido que vender lo único que tenía una vaca lechera para pagar el soborno y poder sacarle bajo fianza. Entonces hablé con el editor de mi periódico y me dijo que me desplazara al lugar. Cuando mandé la noticia salió en primera plana. Los medios internacionales también lo publicaron.

Sin embargo, en 2004, el Parlamento pakistaní hizo una ley para proteger a las víctimas de los crímenes de honor . ¿Ha servido de algo?

Antes, cuando sucedía una violación era la Policía quien investigaba y decidía la sentencia. Esta ley quitó poder a la Policía y se acordó que la sentencia la tenía que dictaminar el poder judicial. Desde que fueron condenados estos violadores no ha vuelto a aparecer un caso como el de Mukhtar.

¿En qué situación jurídicase encuentran los violadores de Mai?

Fueron juzgadas 13 personas: cuatro violadores directos y nueve miembros de la asamblea de tribus. En 2002, el tribunal de justicia del Punjab absolvió a tres y condenó a cadena perpetua a uno de ellos. Pero como se trató de un juicio donde se trató a los imputados como terroristas, el Tribunal Supremo de Pakistán tomó el caso y ahora estamos a la espera de una sentencia. De momento, están en la cárcel.

A raíz de los hechos, Mai creó la asociación Mai Women Welfare Organization (MMWWO) en la que usted también colabora. ¿Cuál es la situación de ella hora?

Mai ha hecho una escuela para niñas donde hay unas 600 o 700. Es importante explicarle a la gente la necesidad de la educación. También ha abierto algunos dispensarios, un centro que da asistencia jurídica a las mujeres y hace coloquios y seminarios en otras ciudades para despertar a la gente y que se dé cuenta de la necesidad de la educación. Hay que hacerles entender cuál es la diferencia entre una persona educada y una persona que no lo es.

Ella sigue viviendo en el mismo pueblo, Meerwala, donde la violaron. ¿Qué piensa la gente ahora de Mai y de sus actividades en la asociación?

Sí, ella vive donde ocurrió esa barbarie. Hay gente que está en contra porque piensan que lo que ha hecho ella, explicarlo a los medios de comunicación, no es bueno, porque si le han hecho un mal no tendría que explicarlo. No lo ven con buenos ojos. Pero hay otra gente que sí cree que lo que hace Mai les beneficia reciben asistencia médica, jurídica y, además, piensan que no se ha quedado en casa, que ha tenido valentía y está beneficiando al pueblo.

Usted recibió amenazas después de que publicarala historia de Mai. ¿Cómo está este tema ahora?

Lo he pagado caro. En siete ocasiones he sido denunciado falsamente: por tener armas, por explotación laboral, por amenazar o por extorsionar a alguien. Además, mi primo, mi hermano y yo hemos sido víctimas de agresiones y ellos dos, en una ocasión, tuvieron que ser hospitalizados. De hecho, no sé qué pasará cuando llegue el juicio, temo ser encarcelado otra vez porque si yo no hubiera tenido el apoyo del círculo de abogados de la provincia [el Punjab], por la manera como la Policía recogió los testimonios y redactó las denuncias, todavía estaría encarcelado. Estas cosas pasan cuando no hay democracia.

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