La Unión Europea arrojó ayer más dudas e incertidumbres sobre la misteriosa desaparición del buque Arctic Sea, que a finales de julio fue secuestrado durante varias semanas en el Atlántico, al sugerir que los servicios secretos israelíes para el exterior, el Mosad, planearon el secuestro al sospechar que contenía un cargamento de misiles con destino a Irán.

El almirante estonio Tarmo Kouts, relator de la UE para asuntos de piratería, manifestó a la revista Time que la teoría de la 'conspiración' es más plausible que las peregrinas versiones que hasta ahora han dado las autoridades de manera oficial. 'Como navegante con años de experiencia', dijo Kouts, 'puedo decirle que las versiones oficiales no son realistas'.

No es la primera vez que se implica a Israel en el secuestro. El periódico de Moscú Novaya Gazeta ya sugirió esta teoría recientemente y desde entonces se ha repetido en distintos ámbitos antes de que la UE la haya hecho suya.

El anterior viceministro de Defensa israelí, Efraim Sneh, reconoció ayer que existen cosas raras en el incidente, y en las circunstancias que lo envuelven, pero añadió que no podía ser más explícito.

El Arctic Sea salió de Finlandia el 22 de julio con destino a Argelia habiendo declarado un cargamento de madera valorado en dos millones de dólares. El buque, de bandera maltesa pero propiedad de una compañía rusa, fue abordado el 24 de julio por una decena de piratas que vestían uniformes de la Policía sueca.

La armada rusa envió una pequeña flota en su búsqueda y el buque reapareció el 14 de agosto cerca de las costas de Cabo Verde. El embajador ruso ante la OTAN, Dmitri Rogozin, respondió a Kouts que lo mejor que puede hacer es 'mantener el pico cerrado'.

La versión oficial de Moscú es que el Arctic Sea transportaba un cargamento de madera cuando fue abordado por un grupo de activistas verdes que se oponen a la deforestación del norte de Europa.