El ataque que mató el pasado viernes cerca de la base alemana de Kunduz en Afganistán a decenas de talibanes, además de un número indeterminado de civiles, ha puesto en serios aprietos al ministro de Defensa, Franz Josef Jung. Después de negar durante todo el fin de semana la existencia de víctimas civiles, ayer Jung pidió disculpas.

'Si hubo civiles muertos o heridos, les expresamos nuestra compasión', dijo el político de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la canciller Angela Merkel. El gobernador del distrito afgano de Char Darah cree que en el ataque murieron más de 130 personas. Otras fuentes cuentan entre 60 y 70 víctimas.

Algunos socios de Berlín en la OTAN han criticado a las tropas alemanas por haber pedido la ayuda de dos cazas F-15 de EEUU, cuando perseguían dos camiones cisterna llenos de combustible que habían sido robados por los insurgentes. El incidente ha dañado la imagen que Jung ha presentado de la misión alemana durante toda esta legislatura: un proyecto de ayuda al desarrollo algo más peligroso de lo normal.

Mientras el titular de Defensa se disculpaba, un portavoz de su ministerio defendió el ataque como 'operación militarmente necesaria' y expresó su apoyo al comandante de Kunduz, Georg Klein. Según el portavoz, el coronel Klein ordenó la intervención de los cazas después de que 'fuentes de toda fiabilidad' aseguraran que alrededor de los camiones sólo había 'fuerzas antigubernamentales'.

Para Berlín, la ofensiva permitió evitar que los talibanes usaran los dos camiones como gigantescas bombas rodantes, como sucedió recientemente en Kandahar, donde un atentado mató a 40 personas.

'¡Menudo error de cálculo! Más de 90 muertos por un simple camión'

Las nuevas directrices operativas del comandante de las tropas de EEUU en Afganistán, el general Stanley McChrystal, no permiten bombardeos si hay peligro para civiles.

El día del ataque, los alemanes dijeron haber tenido 'fuentes' que apuntaban a la presencia de civiles. Pero no está claro si estos civiles fueron forzados por los talibanes a sacar los camiones del lodo o si eran vecinos que acudieron a porgasolina.

Fulminante fue la reacción del presidente afgano, Hamid Karzai, en una entrevista ayer en el diario francés Le Figaro: '¡Menudo error de cálculo! Más de 90 muertos por un simple camión, que además no se podía mover porque se había atascado en un río. ¿Por qué no enviaron tropas para recuperar el camión?'.

Afganistán irrumpe así en la campaña alemana para las elecciones federales del próximo 27 de septiembre. Merkel dará hoy en el Bundestag (parlamento federal) una declaración del Gobierno sobre la intervención, que la mayoría de la población rechaza.