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Claudio Langone, consultor en medioambiente "El gobierno de Brasil cree que el acuerdo climático es una conspiración del marxismo globalista que domina la ONU"

Desde el corazón de la Amazonía, Claudio Langone, consultor en medioambiente y sustentabilidad y exsecretario de medioambiente en Porto Alegre y Río Grande do Sul, señala algunas de las razones que llevaron a que se queme de forma descontrolada el pulmón del planeta.

Incendio en la Chapada dos Guimarães, en el estado de Mato Grosso (Brasil). EFE/ Bomberos Mato Grosso

Carla Perelló | NODAL 

La noticia se volvió viral en las redes sociales con las fotos de algunos de los focos de incendios. Luego las imágenes satelitales mostraron el panorama desolador: la Amazonía se incendia.

Según las estimaciones del Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil (INPE, su sigla en portugués), las áreas incendiadas aumentaron más de un 80 por ciento frente al mismo período de 2018 y es el mayor crecimiento desde que comenzaron los registros en 2013.

En entrevista con NODAL desde el corazón de la Amazonía, Claudio Langone, consultor en medioambiente y sustentabilidad y exsecretario de medioambiente en Porto Alegre y Río Grande do Sul, señala algunas de las razones que llevaron a que se queme de forma descontrolada el pulmón del planeta.

¿Por qué hay incendios en la Amazonía? Las organizaciones ambientalistas y dirigentes políticos señalan a Bolsonaro como responsable del aumento de los incendios en un año, ¿considera que cambió algo durante el gobierno de Bolsonaro?

La desestructuración de los aparatos de monitoreo y de fiscalización ha sido un compromiso de campaña. Hasta 2003 el monitoreo era anual; un satélite pasaba a lo largo del año tomando imágenes y, después, en el análisis de las imágenes se retiraban las nubes y se tenía un cuadro de la deforestación ya ocurrida. En la gestión del expresidente Lula da Silva se cambió el sistema de monitoreo anual por uno con más resolución y se creó otro llamado DETER. Lo central era detectar el inicio de puntos de deforestación ilegal, todo eso con el INPE.

El DETER se utilizó para identificar focos de deforestación y activar la fiscalización, eso logró un proceso muy eficaz que ha reducido la deforestación a partir de 2004 hasta hace poco tiempo. Bolsonaro asumió determinado a acabar con las acciones de fiscalización del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (IBAMA, según su sigla en portugués) en la región. Cuando lo anuncia funciona como una señal para la gente que maneja las actividades ilegales para entrar en acción lo más pronto posible. Tuvimos inclusive una situación en que la gente local quemó un camión con combustible que era para abastecer un vehículo del IBAMA.

"Con la señal de que no habría fiscalización la gente se organizó para entrar con todo e iniciar la devastación de la selva"

Dos semanas depués el ministro de medio ambiente, fue a visitar a esas personas que lo recibieron con una fiesta. El ministro de Bolsonaro nunca había visitado Amazonía antes de asumir, no la conoce. El gobierno además se dedicó a inviabilizar el Fondo Amazonía. Estuve involucrado de 2003 a 2007 en la discusión con el INPE y el sistema es muy bueno; trabajamos mucho para lograr la inclusión de la forestación en los acuerdos de clima, hasta llegar a la creación del Fondo con recursos manejados por el Banco de Desarrollo del Brasil (BNDES). El 40 por ciento es destinado a ONGs y comunidades tradicionales, la mayoría con gran base técnica, y otro 40 por ciento para los gobiernos federal, provincial y local.

Lo que hizo el gobierno de Bolsonaro fue retirar este dinero de las acciones de fiscalización; por eso, pusieron condiciones no aceptables para los fondos destinados al Amazonas por parte de Alemania y Noruega. Prefieren no tener ese dinero que tenerlo para financiar fiscalización. Lograron con eso la ruptura con los dos donadores del Fondo con un discurso de soberanía nacional, de proteger a Brasil de la injerencia externa y otras teorías muy creativas. Con la señal de que no habría fiscalización la gente se organizó para entrar con todo e iniciar la devastación de la selva. Incluso organizaron en red lo que llamaron “Día Del Fuego”. Ahora, lo que pasó, es que la repercusión internacional es enorme.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, abraza a su ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, en Brasilia. REUTERS

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, justo a su ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, en Brasilia. REUTERS

Por otro lado, para defenderse Bolsonaro dijo que podían ser las ONGs las que podrían estar quemando la Amazonía por estar interesadas en desgastar a su gobierno, porque pierden el Fondo, por la desfinanciación, justamente. También acusó a varios gobernadores, la mayoría de derecha. La acusación a las ONGs generó una gran repercusión internacional y recién después entró en conversación con los militares sobre el tema. Las ONGs nunca lograrán transformar el movimiento por la Amazonía en un movimiento de masas, pero con este episodio ya están convocados más de 40 actos populares en defensa de la Amazonía. Sobre los incendios en particular, esta es una época en que hay incendios naturales por el periodo de sequía, no solo en la Amazonía. Ahora el tema es que están amplificados por una acción deliberada de grupos organizados y es muy fácil perder el control de los incendios, incluso aquellos “manejados”.

¿Qué se sabe sobre las comunidades indígenas que habitan en la Amazonía?

Muchas comunidades tienen sus áreas amenazadas por la deforestación y la extracción de oro, entre otras cuestiones. El presidente anunció su intención de liberar la instalación de minas en tierras indígenas, así como la posibilidad de que arrenden para agricultura. Esas declaraciones incentivan a los grupos que están en tensión con las comunidades indígenas y acaban exponiéndolas porque no tienen protección del Estado frente a esas amenazas.

Decenas de personas participan en una protesta este viernes, en Sao Paulo (Brasil), contra los incendios. EFE/ Fernando Bizerra Jr

Decenas de personas participan en una protesta este viernes, en Sao Paulo (Brasil), contra los incendios. EFE/ Fernando Bizerra Jr

Emmanuel Macron, presidente de Francia, dijo que incorporará el tema en la agenda del G7 este fin de semana, ¿qué pueden hacer otros estados al respecto?

Creo que este cuadro puede amenazar el acuerdo Unión Europea – Mercosur ya que el presidente de Francia anunció que se opone al acuerdo en estas condiciones-. Me parece que el propio presidente Bolsonaro ya levantó dudas al respecto. Por otro lado, parece que ha habido una subestimación por parte del gobierno brasileño a la repercusión internacional. Ayer el ministro de Medioambiente anunció la creación de un grupo con el gobierno, ONGs y empresas para discutir un plan para la Amazonía, pero eso es algo que existe desde 2004.

El presidente ha convocado un Gabinete de Crisis para tratar del problema. Entonces, se ve que la reacción política en contra y las manifestaciones de líderes internacionales han provocado que el gobierno sienta la fuerza de la repercusión internacional. En abril esto mismo pasó con el tema del presupuesto para las universidades y generó manifestaciones gigantes y espontáneas dentro y fuera de Brasil. Creo que ahora está pasando lo mismo. Una curiosidad: Bolsonaro está postulando a su hijo Eduardo para ocupar el cargo de embajador en Estados Unidos. Eso precisa aprobación en el Senado, este diputado federal, posteó un video llamando a Macron idiota…Creo que con eso lo convirtió en exfuturo embajador…

¿Qué consecuencias trae esta situación?

Hay efectos inmediatos como la interrupción de rutas de vuelos en la región o la tarde negra de San Pablo, causada por el humo que ha bajado de la Amazonía. También hay efectos estructurales por los compromisos de Brasil en el Acuerdo Climático, ya que gran parte de ellos se relacionan al combate a la deforestación.

Es importante señalar que los gobiernos estatales, que no son de izquierda, no están en sintonía con el presidente y abrirán conversaciones con donadores internacionales para tener dinero directo para seguir con las acciones. El problema es que para el gobierno de Brasil el acuerdo climático es una conspiración del marxismo globalista que domina la ONU.

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