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Un colegial paquistaní causa una matanza en un cuartel

El suicida burla los controles y mata a más de 30 militares

PAU MIRANDA

Es la hora de entrada al colegio y un adolescente supera todos los controles de seguridad para acercarse a un desfile que se celebra en el complejo militar de Mardan, al noroeste de Pakistán, a cien kilómetros de la capital Islamabad. Nadie sospecha que el colegial lleva bajo su uniforme un chaleco cargado de explosivos, que hace detonar al llegar cerca de los soldados. Resultado: más de 30 muertos, la mayoría reclutas jóvenes, y cerca de 40 heridos, muchos de ellos de gravedad.

Los talibanes paquistaníes (TTP) se atribuyeron el ataque suicida de ayer. Fue su macabra respuesta a la ofensiva lanzada por el Ejército en la cercana área tribal de Mohmand. Con la nueva operación militar, las tropas quieren evitar que los talibanes recuperen influencia en las áreas tribales, especialmente en la zona cercana a Peshawar o en Waziristán del Sur, donde las Fuerzas Armadas han conseguido tomar varias plazas fuertes del TTP en los dos últimos años.

Las tropas quieren evitar que los talibanes recuperen influencia en las áreas tribales'Es verdad que el Ejército ha conseguido acabar con varios líderes talibanes y dispersar a los militantes, pero para atentados como el de Mardan hacen falta muy pocos recursos humanos y materiales', afirma la analista Simbal Khan, del Instituto de Estudios Estratégicos de Islamabad.

El centro de entrenamiento del Ejército de Mardan se encuentra a escasos 40 kilómetros de las áreas tribales y pertenece a uno de los principales regimientos del Ejército paquistaní, que se ha convertido en el principal enemigo del TTP.

'Los talibanes ya han hecho otros ataques de este tipo. Los centros de reclutamiento como el de Mardan son objetivos más vulnerables que los cuarteles con tropas ya formadas', añade Amir Rana, director del Instituto de Estudios de Paz en Pakistán.

El último ataque de esta envergadura en Pakistán se produjo el día de Navidad en Baujaur, también cerca de Mardan, cuando una mujer se hizo explosionar cerca de un centro de reparto de comida de la ONU, acabando con la vida de 43 personas.

'El uso de mujeres y niños como suicidas por parte de los talibanes no es del todo novedoso, aunque es verdad que cada vez son más jóvenes', afirma Khan. 'No les preocupa que eso pueda ser impopular, ellos esperan que la respuesta del Estado sea aún más dañina para la población civil y de ahí sí que esperan sacar rendimiento en forma de apoyo y voluntarios', añade la analista.

Recientemente, la BBC desveló que el Ejército había desmantelado en el noroeste del país un campo de entrenamiento para convertir a niños de entre 10 y 12 años en bombas como la de ayer.

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