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Guerra Rusia-Ucrania Por qué el Donbás es tan importante para Putin y por qué quiere controlarlo cueste lo que cueste

El presidente ruso ya ha advertido de que no parará hasta tomar por completo esa región del este de Ucrania, donde un ataque a gran escala parece ya inminente. La conquista del Donbás permitiría a Putin presentarse como victorioso en la guerra de Ucrania además de justificarse ante el pueblo ruso.

Ataque ruso Járkov
Un bombero ucraniano delante de un edificio destruido por un misil ruso en la ciudad de Járkov, cercana al Dondás. Alkis Konstantidinis / REUTERS

Los fuertes combates en Mariúpol, donde las fuerzas ucranianas defienden a la desesperada la asediada ciudad son el anticipo de los planes de Vladimir Putin respecto al Donbás, donde un ataque a gran escala parece ya inminente: controlar esa región permitiría al presidente ruso presentarse como victorioso en la guerra de Ucrania además de justificarse ante el pueblo ruso.

Prueba de ello es que el Estado Mayor del Ejército ucraniano ha alertado este miércoles de un fuerte despliegue de "voluntarios" llegados desde Rusia que se disponen a unirse a las fuerzas rusas en los preparativos para invadir esa zona del país. Además, la cadena estadounidense CNN ha geolocalizado un vídeo compartido en redes sociales este lunes que muestra una gran columna de vehículos militares rusos cerca de Matveev Kurgan, un asentamiento en la región rusa de Rostov, dirigiéndose hacia el Donbás.

Fuentes ucranianas ya vienen alertando desde hace unos días de los preparativos de una nueva ofensiva rusa en el este cuyo objetivo sería controlar completamente todo el Donbás. Esa idea fue confirmada este pasado martes por Vladimir Putin, presidente de Rusia, quien afirmó que sus tropas no van a parar hasta controlar esa zona.

Es más, Putin siempre ha insistido en que el objetivo principal de la invasión de Ucrania ha sido "ayudar a la gente del Donbás, que reconocimos y que nos vimos obligados a defender". También ha reiterado en varias ocasiones que los objetivos de la "operación militar especial" son "absolutamente claros" y "nobles" ya que las autoridades de Kiev, empujadas por Occidente, se negaron a cumplir con los Acuerdos de Minsk destinados a una solución pacífica de los problemas" en esta región del este de Ucrania. Justo el día antes de la invasión, Rusia reconoció la independencia de la República Popular de Donetsk y de la República Popular de Luhansk, las dos regiones que conforma el Donbás, donde un importante sector de la población es abiertamente prorrusa.

El repliegue de las tropas rusas en la región de Kiev para concentrar sus fuerzas en el Donbás no hace más que confirmar esa idea de tomarlo cueste lo que cueste. "Nuestra lógica es simple. Nuestros objetivos son ayudar a la gente que vive en el Donbás, que siente un vínculo inquebrantable con Rusia y que durante ocho años ha sido víctima de un genocidio", recalcó el martes Putin.
Esa lógica del cueste lo que cueste incluye la violación de los derechos humanos y crímenes de guerra si son necesarios.

Ejemplo de ello son las palabras que pronunció el pasado martes Eduard Basurin, secretario de prensa del comando militar de la República Popular de Donetsk, quien amenazó con utilizar armas químicas en una planta siderúrgica en Mariúpol. De hecho, Ucrania acusas a las milicias prorrusas de haber utilizado esas armas químicas en el asedio a Mariúpol, circunstancia que el propio Basurin ha negado pese a su amenaza del día anterior.

En cualquier caso, lo que ocurre en Mariúpol, ciudad estratégica para las tropas rusas ya que su control les permitiría controlar no sólo toda la costa del Mar de Azov, sino incluso todo el Donbás, es estremecedor: Según dijo a la cadena CNN el gobernador de la región de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, entre 20.000 y 22.000 civiles han fallecido en la ciudad.

Y es que los argumentos de Putin se contradicen con la realidad: según la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas, casi 1.900 civiles, entre ellos más de 180 niños, han fallecido en Ucrania desde el pasado 24 de febrero, un tercio de ellos en regiones bajo el control de separatistas prorrusos en las provincias de Donetsk y Lugansk. 

Un viejo conflicto

Las milicias prorrusas, con ayuda militar del Kremlin, tomaron en parte el Donbás en 2014 tras proclamar su independencia. Desde ese año, están en guerra con el gobierno de Kiev.

Desde 2014 y hasta la invasión rusa de Ucrania el conflicto en el Donbás se había desarrollado en una especie empate técnico: el frente apenas se movió durante ocho años. Aún así, más de 15.000 personas perdieron la vida en este conflicto soterrado y alrededor de un millón de civiles huyeron de la región.

La invasión rusa lo cambió todo. Desde el pasado 23 de febrero, el ejército ucraniano ya no se enfrenta a "rebeldes apoyados por Moscú" sino directamente a las Fuerzas Armadas de Rusia, que como ha dicho Putin, no van a parar hasta tomar todo el Donbás.

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