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Ecuador asalta la embajada de México en Quito para detener al exvicepresidente Jorge Glas 

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado la suspensión de las relaciones diplomáticas con el país andino.

Integrantes de un cuerpo élite de la Policía ecuatoriana irrumpen en la Embajada de México este viernes en Quito (Ecuador)
Integrantes de un cuerpo élite de la Policía ecuatoriana irrumpen en la Embajada de México, este viernes en Quito (Ecuador). EFE

Jorge Glas, el exvicepresidente de Ecuador durante parte del mandato presidencial de Rafael Correa, ha sido trasladado este sábado a la cárcel de máxima seguridad de La Roca, en Guayaquil, tras haber sido detenido en la noche del viernes dentro de la Embajada de México, donde había recibido asilo político. Esto provocó que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, anunciase la suspensión de las relaciones diplomáticas con el país andino. 

El exvicepresidente salió en un vehículo blindado hacia el aeropuerto de Quito y fue embarcado en una aeronave rumbo a Guayaquil, lugar donde se encuentra la cárcel de La Roca. La cárcel de destino fue confirmada en un comunicado por el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI), la agencia penitenciaria del Estado, que dará cumplimiento a la orden de prisión preventiva que pesaba sobre el exvicepresidente. 

La Policía Nacional ecuatoriana trepó por los muros de la sede diplomática mexicana para capturar a Glas por un caso de presunta corrupción en el que está actualmente procesado, tras haber pasado entre 2017 y 2022 cerca de cinco años en la cárcel por dos condenas vigentes por delitos que él rechaza al considerar que es víctima de una persecución política en su contra.

"Me acaba de informar Alicia Bárcena, nuestra secretaria de Relaciones Exteriores, que policías de Ecuador entraron por la fuerza a nuestra embajada y se llevaron detenido al exvicepresidente de ese país quien se encontraba refugiado y tramitando asilo por la persecución y el acoso que enfrenta", informó López Obrador a través de su cuenta en X.

El presidente mexicano pronunció que este acto se trató de una "violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México". "Le he instruido a nuestra canciller que emita un comunicado sobre este hecho autoritario, proceda de manera legal y de inmediato declare la suspensión de relaciones diplomáticas con el gobierno de Ecuador", agregó.

Por su parte, la canciller mexicana, Alicia Bárcena, confirmó la inmediata ruptura de las relaciones diplomáticas con Ecuador, pues sostuvo que la entada de elementos de la policía ecuatoriana representa una violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.

El jefe de la Cancillería y Asuntos Políticos de la Embajada, Roberto Canseco, en declaraciones a periodistas denunció que los agentes ecuatorianos irrumpieron y agredieron al personal de guardia de la sede diplomática. "Esto es totalmente inaceptable, esto no puede ser, es la barbarie", señaló Canseco.

De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, el exvicepresidente ecuatoriano se encontraba en la embajada mexicana en Ecuador desde el 17 de diciembre de 2023, cuando todavía no pesaba sobre él una orden de detención.

Máxima tensión entre ambos países

El ingreso de las autoridades ecuatorianas a la Embajada de México y la posterior detención de Glas se produjeron en un momento de máxima tensión en las relaciones entre ambos países, después de que el Gobierno del presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, hubiese expulsado a la embajadora mexicana por unas declaraciones de López Obrador, sobre el asesinato del candidato Fernando Villavicencio y el efecto en los comicios ganados por el joven empresario, de 36 años.

Desde hacía semanas, la idea del Gobierno de Noboa era entrar a la Embajada de México a detener a Glas, y para ello pidieron permiso a la embajadora Raquel Serur a finales de febrero, lo que fue denegado rápidamente por el Ejecutivo mexicano.

En un comunicado, el Gobierno de Ecuador confirmaba la detención de Glas y afirmaba que "ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político" y que Glas "ha sido condenado con sentencia ejecutoriada (en firme) y contaba con disposición de captura emitida por las autoridades competentes".

Además, la nota señalaba que "al haberse abusado de las inmunidades y privilegios concedidos a la misión diplomática" y que México haya concedido el asilo a Glas, "contrario al marco jurídico convencional, se ha procedido con su captura".

Por su parte, el expresidente de Ecuador Rafael Correa (2007-2017) aseguró este sábado que el actual mandatario, Daniel Noboa, confunde al país "con una de sus haciendas bananeras". "Ni en las peores dictaduras se ha violado la embajada de un país. No vivimos un Estado de derecho, sino un Estado de barbarie, con un improvisado que confunde la patria con una de sus haciendas bananeras", dijo Correa en referencia a Noboa, cuya familia posee el mayor emporio bananero del país, primer exportador mundial de ese fruto.

"Responsabilizamos a Daniel Noboa de la seguridad e integridad física y psicológica del exvicepresidente Jorge Glas. A México, su pueblo y su Gobierno, nuestras disculpas y admiración eterna. ¡Hasta la victoria siempre!", concluyó el exmandatario.

Condenas por cohecho, asociación ilícita y malversación

El exvicepresidente debe terminar de cumplir una condena de ocho años de cárcel, después de que la Justicia ecuatoriana no le concediese el beneficio de la prelibertad, tras haber aglutinado en una sola las condenas por cohecho y asociación ilícita, de ocho y seis años de cárcel, respectivamente.

La primera es referente al caso Sobornos, sobre la presunta financiación irregular del partido oficialista Alianza País, en una sentencia donde también fue condenado e inhabilitado políticamente Correa, que cuenta en Bélgica con la condición de refugiado. La segunda está enmarcada dentro del caso Odebrecht, el entramado internacional de corrupción de esta constructora brasileña, sobre el que Glas pelea por lograr su inocencia después de que en Brasil la Justicia invalidase como prueba el sistema informático de la compañía con los pseudónimos de los receptores de sobornos.

El exvicepresidente ecuatoriano también había recibido una tercera condena de ocho años de cárcel por el delito de malversación en el caso Singue, referente a la negociación de unos contratos para la adjudicación de un yacimiento petrolero, pero este fallo fue posteriormente anulado. Por estas condenas, Glas estuvo en la cárcel cerca de cinco años entre 2017 y 2022, hasta que salió en libertad con una medida cautelar dictada por un juez.

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