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Una empresa israelí vinculada
al ejército convierte los teléfonos
en instrumentos de espionaje

Las sospechas de un abogado árabe de derechos humanos han conducido a la identificación de un programa preparado por una empresa israelí que convierte el iPhone 6 en un aparato capaz de activarse remotamente para espiar a su propietario.

El espía denominado Pegasus que es capaz de activar a distancia el micrófono y la cámara del iPhone 6 y transmitir lo que ocurre cerca del punto donde se encuentra el aparato.

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

JERUSALÉN.– Es bastante habitual en Israel que cuando una persona quiere hacer una confidencia a otra en cualquier lugar, por ejemplo en una cafetería, extraiga la batería de su teléfono antes de realizar la comunicación. El confidente, que generalmente ha pasado por el ejército, está al tanto de que los teléfonos pueden haberse intervenido sin dificultad por los servicios de inteligencia locales, lo que explica esa medida de precaución.

En Israel existe un número considerable de compañías especializadas en espionaje. Muchas de ellas están dirigidas por especialistas que previamente han dedicado años de trabajo a empresas militares consagradas a estos menesteres. Una de ellas es NSO Group, que el año pasado tuvo unos ingresos declarados de 75 millones de dólares y fue fundada en 2009 en Herzliya, un suburbio de Tel Aviv, por exmilitares que realizaron el servicio de armas en la controvertida Unidad 8.200.

NSO Group, una compañía extremadamente discreta, ha saltado esta semana a los medios de comunicación después de que dos empresas canadienses —Citizen Lab y Lookout— hayan hecho público que una de las actividades de NSO Group consiste en crear un programa espía denominado Pegasus que es capaz de activar a distancia el micrófono y la cámara del iPhone 6 y transmitir lo que ocurre cerca del punto donde se encuentra el aparato. Este fin de semana Apple ha anunciado que después de diez días de investigación ha conseguido subsanar los “defectos” del iPhone 6 y bloquear el programa Pegasus, y ha sido ahora cuando han trascendido las actividades de la compañía israelí.

El descubrimiento de esos “defectos” de fabricación de Apple se debe a un activista de derechos humanos de los Emiratos Árabes Unidos que el 10 y el 11 de agosto recibió varios mensajes de texto en los que se le informaba de que si accedía a los vínculos de los mensajes tendría acceso a una lista de activistas de derechos humanos que han sido torturados por las fuerzas de seguridad de ese país del Golfo.

El abogado Ahmed Mansoor sospechó de los mensajes, no los abrió, y puso el asunto de manos de especialistas canadienses, lo que ha conducido a bloquear el programa. “Si se hubiera infectado, el teléfono de Mansoor se habría convertido en un espía digital en su bolsillo, capaz de emplear la cámara y el micrófono del iPhone 6 para acceder a la actividad del entorno del aparato, registrar sus llamadas de WhatsApp y Viver, registrar los mensajes del móvil y detectar sus movimientos”, ha dicho Citizen Lab.

La compañía canadiense ha añadido que hasta ahora no se había observado ningún caso en que un iPhone fuera controlado a distancia, y que el descubrimiento es “raro”. Lookout considera que se trata del descubrimiento “más sofisticado” realizado hasta la fecha. La empresa israelí evitó al principio hacer comentarios aunque luego se ha defendido señalando escuetamente que todas sus acciones son legales.

No está claro si la fallida intervención del iPhone 6 de Mansoor se ha hecho desde los Emiratos Árabes Unidos o desde Israel. Podría haber sido de cualquiera de las dos maneras puesto que Israel mantiene unas excelentes relaciones, y no muy discretas, con el mencionado país árabe desde hace muchos años, relaciones que cada día son más intensas.

Algunos investigadores sostienen que NSO Group, cuyo mayor accionista es en la actualidad una empresa americana de capital de riesgo, es en realidad un contratista de ciber-armas que se define a sí misma como una compañía capaz de convertirse en “fantasma” en los aparatos de las víctimas y reunir una enorme cantidad de información sin ser detectada, según la BBC.

NSO Group cuenta con clientes en todo el mundo. Muchos de ellos son estados pero también figuran en la lista empresas que se dedican a actividades relacionadas con el espionaje. La empresa asegura que cuando firma contratos en el extranjero requiere que la otra parte se comprometa a utilizar su tecnología “de manera legal”, y que NSO Group no tiene nada que ver con el uso que se hace de su tecnología.

La primera víctima de Pegasus de la que se tiene noticia es uno de los activistas de derechos humanos más conocidos en Oriente Próximo, y en 2015 fue galardonado con el premio Martin Ennals, considerado el Nobel entre los galardones internacionales de derechos humanos. Ahmed Mansoor ha sido detenido y torturado en varias ocasiones en su país y se le ha prohibido viajar al extranjero.

La Unidad 8.200 del ejército israelí, de donde proceden los creadores de Pegasus, es una de las unidades de espionaje cibernético más importantes del mundo. Su base se encuentra en el desierto del Neguev pero tiene destacamentos en las embajadas de Israel en numerosos países occidentales desde donde realizan actividades de espionaje. En 2014 casi medio centenar de veteranos israelíes denunciaron que la Unidad 8.200 reúne información sobre la salud o las actividades sexuales de los palestinos para chantajearlos.
La información publicitaria que facilita NSO Group dice que su programa espía Pegasus también está disponible para teléfonos Android y para aparatos BlackBerry.

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