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Netanyahu rechaza una coalición de Gobierno con los laboristas

El primer ministro israelí incendia la jornada electoral con un comentario contra los árabes, que se presentan unidos por primera vez. Unas 10 formaciones entrarán en el Parlamento

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu en un acto en Ashkelon. - REUTERS

AGENCIAS

Los israelíes eligen este martes a su nuevo Parlamento en unas elecciones generales en las que a la mitad de jornada había votado el 36,7%, cifra ligeramente inferior a la registrada en los comicios anteriores de 2013. Los resultados se presentan inciertos, con una ligera ventaja en los sondeos de la coalición de centro izquierda que lidera Isaac Herzog.

La caída de la participación se produce paradójicamente después de que a las 10:00 horas se registrara un récord del 13,7% que no se veía desde 1999. El índice histórico de participación se sitúa en torno al 77,3%, aunque en la última década y media ha caído por debajo del 70% y, de hecho, en los últimos comicios, en enero de 2013, fue del 67,8%. 

Entre las 07.00 (05.00 GMT) y las 22.00 (20.00 GMT) casi 5,9 millones de israelíes están llamados a las urnas en unas elecciones anticipadas de las que saldrá la vigésima legislatura del Parlamento y el trigésimo cuarto gobierno de Israel.

Una vez cierren los colegios electorales se publicarán las primeras encuestas a pie de urna y comenzará el recuento de votos, que se espera que concluya bien entrada la madrugada del miércoles. En total, una treintena de formaciones se disputan los 120 escaños del Parlamento israelí (Knesset), al que se accede con un mínimo del 3,25% de los votos válidos.

Los candidatos de los principales partidos votaron a primera hora de la mañana y siguieron haciendo campaña para tratar de movilizar los últimos votos que puedan decantar la balanza. Uno de ellos fue el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que afirmó que si los resultados son los que él espera, llamará de inmediato al líder del partido ultranacionalista Hogar Judío, Naftalí Benett, para ofrecerle formar un gobierno de unidad.

En una breve declaración a la prensa desde su colegio electoral de Jerusalén, Netanyahu, líder del partido derechista Likud, precisó que la expresión "gobierno de unidad" significa la "unión de las fuerzas nacionales" y en ningún caso un Ejecutivo con el Partido Laborista. "No habrá gobierno de unidad con el Partido Laborista", subrayó Netanyahu, a cuyo partido los sondeos previos otorgan 20 o 21 escaños, mientras que la coalición Unión Sionista, integrada por laboristas y el partido centrista Hatnuá, podría conseguir 24.

"Comentario racista" de Netanyahu

El premier israelí también marcó la jornada electoral con una polémica publicación en Facebook en la que advertía de que "el gobierno de derecha está en peligro". "Los votantes árabes están acudiendo en masa a las urnas. Las ONG de izquierda les están llevando en autobuses", ha denunciado.

El nuevo partido Unión Árabe, que aglutina a las formaciones árabe-israelíes, anunció que hasta las 11:00 horas habían votado el 10% de los árabe-israelíes, frente al 3% que lo habían hecho hasta esa hora en los anteriores comicios. El comentario de Netanyahu generó las condenas de la izquierda israelí.

"Ningún líder occidental osaría hacer semejante comentario racista", se quejó la diputada laborista Shelly Yachimovich a través de su página de Facebook. "Imaginaos un primer ministro o presidente en cualquier democracia que advierta de que su gobierno está en peligro porque, por ejemplo, los votantes negros acuden en masa a las urnas. ¿Es horrendo, verdad?", ejemplificó esta ex dirigente del Partido Laborista.

"Solo os tenemos a vosotros", reclamó Netanyahu a sus votantes. "Id a las urnas, llevad a vuestros amigos y familiares, votad al Likud para cerrar la brecha entre nosotros y los laboristas", añadió en referencia a Unión Sionista, la coalición entre el laborista Isaac Herzog y la exministra de Justicia Tzipi Livni, en cabeza en los sondeos. "Con vuestra ayuda y la ayuda de Dios, formaremos un gobierno nacionalista que protegerá el Estado de Israel", añadió. Netanyahu prometió ayer que mientras él siga siendo primer ministro no se creará un Estado palestino independiente.

El voto árabe puede ser crucial para que la Unión Sionista le arrebate el gobierno al primer ministro derechista, ya que un voto masivo equipararía el número de diputados árabes a su porcentaje en la población de Israel, alrededor del 20%. En la última legislatura, los tres partidos que representan a los árabes tuvieron en su conjunto sólo 10 escaños, del total de 120.

Negociaciones tras la votación

Por su parte, Herzog afirmó tras votar en Tel Aviv que en estas elecciones los ciudadanos optan "entre la esperanza y la desesperación". Su compañera de fórmula y líder del partido centrista Hatnuá, Tzipi Livni, afirmó que estos comicios son "una lucha entre el sionismo y el extremismo". 

Livni quitó importancia a su inesperada decisión -anunciada el lunes- de no turnarse en la jefatura del gobierno con Herzog, si finalmente su formación estuviera en disposición de gobernar. "Herzog y yo somos socios y nuestro objetivo no es la poltrona, sino reemplazar" a Netanyahu.

A juzgar por los últimos procesos electorales y los sondeos del actual, a la próxima legislatura accederán entre 10 y 11 formaciones políticas. Pese a que eventualmente obtenga el mayor número de escaños, la Unión Sionista podría quedarse fuera del gobierno, si, como es previsible, se alcanza un acuerdo entre el Likud y el resto de las fuerzas de derecha, con el apoyo de los tres partidos ultraortodoxos, todos los cuales, según los sondeos. obtendrían diputados suficientes como para mantener a Netanyahu en el poder.

Prohibida una retransmisión de Netanyahu

La jornada electoral se está desarrollando, en general, sin incidentes de gravedad. La Policía israelí abrió hasta las 17.00 hora local (15.00 GMT) medio centenar de expedientes a israelíes que han violado la ley electoral, en particular por robo de identidad en las urnas o apropiación de papeletas.

El uso de tarjetas de identidad de israelíes fallecidos o que residen en el extranjero para ejercer el derecho a voto fue un fenómeno muy conocido en la pasada década de los noventa, a pesar de que puede ser castigado con varios meses de cárcel o una severa multa.

Por otro lado, la Comisión Electoral Central prohibió la transmisión en directo de una comparecencia que tenía previsto ofrecer Netanyahu, por considerar que se trataría de un acto de propaganda. La Comisión tomó la decisión tras la queja presentada por la Unión Sionista y Yesh Atid.

La Comisión también catalogó como propaganda unos folletos distribuidos este martes por el partido Shas y en los que prometían a quienes votasen por esta formación ultraortodoxa "una llave para el cielo". El Shas ha negado cualquier irregularidad: "Estamos orgullosos de nuestra tradición, basta de silenciar e incitar".

Multa al Likud

Asimismo, el órgano electoral multó al Likud, partido en el Gobierno, con 20.000 shékels (unos 5.000 dólares o 4.730 euros) por una grabación falsa de un rival en la que expresa supuestamente su apoyo a Netanyahu.

Los hechos se refieren a una antigua grabación del ex ministro de Comunicaciones y líder del partido Kulanu, Moshé Kahlón, que fue enviada ayer a los votantes en mensajes telefónicos. En ella se escucha al ex ministro, que fue miembro del Likud hasta hace dos años, alabando a Netanyahu y diciendo que es el único dirigente posible para Israel. La grabación data de un proceso electoral anterior, cuando Kahlón militaba en el partido Likud.

Tras ser denunciado por Kulanu, el Likud alegó que era obvio que el votante sabía que la grabación no podía ser actual, pero el juez retirado Salim Yubrán, jefe de la Comisión Electoral, consideró que se había hecho uso ilegal de la voz y que era improcedente antes de unas elecciones. "Existe plena comprensión que el envío de la grabación, un día antes de los comicios, confundiría al votante", señaló.

Al formar su partido hace sólo unos meses Kahlón se declaró como un likudista pragmático y acusó a Netanyahu de haber permitido que el Likud se convirtiera en una formación política radical, lejos de la ideología de su fundador el ex primer ministro Menahem Beguin. Según los últimos sondeos, el nuevo partido de centro derecha creado por Kahlón podría quitar hasta 10 escaños a su antigua formación.

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