El expresidente francés Nicolas Sarkozy ha sido condenado este miércoles por el tribunal de apelación de París a seis meses de prisión firme y otros tantos exentos de cumplimiento en el juicio en apelación por la financiación ilegal de su campaña presidencial de 2012, según informa EFE. El coste de la campaña electoral, en la que el expresidente francés perdió ante François Hollande, superó casi el doble de lo permitido. El expresidente gastó casi 43 millones de euros, casi el doble de lo permitido, en una carrera desenfrenada por dar la vuelta a los sondeos que le daban perdedor.

La pena es inferior a la que se le impuso en primera instancia en septiembre de 2021 –un año de cárcel firme– pero superior al año exento de cumplimiento que solicitó la Fiscalía. El partido de Sarkozy ocultó los gastos reales de la campaña y superó los límites legales mediante la emisión de facturas falsas a través de una empresa pantalla llamada Bygmalion.

Los jueces consideraron que Sarkozy era conocedor de la trama y que presionó para realizar más actos de campaña. Vincent Desry, su abogado, ha reiterado la inocencia de su cliente ante la prensa y ha calificado de "cuestionable" el veredicto. El letrado asegura que "ninguna prueba implica" a su cliente y ha anunciado el recurso ante el Tribunal Supremo francés.

Además, el abogado de Sarkozy denunció el "doble rasero" que se ha aplicado con su cliente: recordó el caso de François Bayrou, exministro de Justicia, a quien también se acusó de financiación ilegal en 2017 y que finalmente resultó absuelto. 

Por otro lado, tanto Jérome Lavrilleux, exdirector adjunto de la campaña de 2012 de Sarkozy,  como Guillaume Lambert, exdirector de la campaña, han sido condenados a dos años de cárcel, con una suspensión de la pena de 18 meses. Otros acusados, los exdirigentes de Bygmalion Franck Attal y Guy Alves, han sido condenados  a un año y 18 meses de prisión, respectivamente. 

Con esta nueva condena, Sarkozy acumula un año y medio de cárcel, tras la  pena de un año de prisión que le impuso el Tribunal de Apelación de París por un caso de tráfico de influencias anterior. El próximo año será juzgado por financiar la campaña presidencial de 2007 con dinero –presuntamente– del régimen libio de Muamar Gadafi. En relación a este caso está acusado de presionar a un testigo clave.

Sarkozy tiene, además, otros frentes judiciales abiertos: su nombre  aparece en otras investigaciones, como la posible corrupción en la atribución del Mundial de fútbol de 2022 a Catar.