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A Panadaría: "Queríamos hacer una función de 'Elisa y Marcela' en una iglesia, porque ellas se casaron por la Iglesia"

23/4/24 Areta Bolado,Ailén Kendelman e Noelia Castro / Foto: A Panadaría
Areta Bolado,Ailén Kendelman e Noelia Castro / Foto: A Panadaría. A A Panadaría

Quedo con Areta Bolado (O Porriño, 1985), Noelia Castro (Bellinzona, 1988) y Ailén Kendelman (Buenos Aires, 1989) al terminar la representación de As que limpan -Las que limpian, en gallego- que hicieron para el alumnado del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) de Curtis. Llegan ahogadas, pero con la sonrisa en la cara. Ellas son el alma de A Panadaría, la compañía teatral que fundaron hace una década en Vigo, donde no solo interpretan, sino que escriben, componen y diseñan, en fin, todo lo que un espectáculo necesita. La excusa para vernos es la gira de despedida de Elisa y Marcela, su multipremiada producción sobre la historia de las pioneras del matrimonio gay que  se casaron por la Iglesia en 1901, y que cerró las puertas en 2023. Pero la conversación nos lleva por muchos otros caminos.

¿Cómo os conocisteis y cómo nació A Panadaría?

ARETA. Noelia y yo nos conocimos en la Escuela de Arte Dramático de Vigo. Cuando estábamos acabando entraba Ailén e hicimos con ella y con más gente una lectura dramatizada en la Mostra Internacional de Teatro de Ribadavia. Fue así como comenzamos a quedar y a intentar hacer una pieza de microteatro, allá por 2012. NOELIA. De esa micropieza es de donde surgió nuestro primer espectáculo, Pan! Pan!, con el que ganamos el premio Xuventude Crea.

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¿Qué supuso para vosotras ganar ese premio?

AILÉN. Pues todo, porque no contábamos con recursos económicos y el Xuventude Crea tiene dotación económica. Fue el impulso inicial para hacer todo lo que vendría después. AR. ¡Para poder darnos de alta! AI. Y para formular ser una compañía de teatro profesional, que quizás al inicio no era algo buscado. AR. Claro, al principio hacíamos las funciones en bares, en asociaciones... Nosotras mismas éramos una asociación y luego fue cuando pudimos dar el paso a la profesionalización. El impulso económico fue muy importante. NO. Y también el impulso creativo.

Pero la dotación de ese premio son 3.000 euros, tampoco es tanto.

AR. ¡Pero no teníamos nada! AI. Te da un colchoncito. Obviamente hay que poner más, de hecho estuvimos mucho tiempo haciendo funciones y todo el dinero que ganábamos era una inversión para poder ser profesionales.

"Hay países que apoyan mucho más las artistas en períodos de investigación, en esos momentos en los que no hay trabajo"

¿Conseguisteis vivir de esto?

NO. Ahora mismo sí, pero no llevamos tanto. Desde Elisa y Marcela. Seis años. De cuatro espectáculos, dos sin vivir de esto y dos que sí.

¿Es sencillo emprender en España? ¿Y más en el campo cultural?

TODAS. ¡No! AR. Creo que no estamos en un Estado que valore mucho la cultura. Hay otros países que apoyan mucho más las artistas para que tengan períodos de investigación, o justo en esos momentos en los que no les sale trabajo, porque esta es una profesión con altos y bajos, de ratos con muchísimo chollo e igual otros de... NO. De nada, incluso. AI. Hay mucho desconocimiento de cómo son estas profesiones, así a nivel general, en la sociedad. Muchas veces, cuando le dices a la gente que eres actriz, preguntan en qué  película o serie sales. Hay más opciones en la cultura y es una profesión compleja, tiene sus particularidades con respecto a otras empresas.

¿Creéis que después de la pandemia, cuando se reivindicó tanto la cultura en los meses de encierro, cambió algo?

AR.  Para mí eso fue un temazo. Entendí en un primer momento que los artistas ofrecieran su trabajo gratis, pero luego ya dejé de hacerlo, entonces, no sé. AI. Se vio que la cultura era algo importante para nuestras vidas, pero no sé si al finalizar hubo una reflexión. NO. De hecho, lo que nos dicen la mayoría de los teatros es que las espectadoras bajaron después de la pandemia. AR. Yo no son muy optimista con esto de que íbamos a salir mejores.

23/4/24 Las tres componentes de A Panadaría
Las tres componentes de A Panadaría. A Panadaría

Ya que hablamos de lo difícil que es vivir de la cultura. ¿Qué dijo vuestra familia cuando les contásteis que queríais ser actrices? ¿No os soltaron lo de "mejor aprueba una oposición"?

AR. Yo estaba haciendo Magisterio, entonces sí que querían que hiciera la oposición. Terminé la carrera y ese mismo día mi padre se desvaneció, un hombre que mide casi dos metros, porque yo no quería acabarla, quería comenzar lo antes posible Arte Dramático, así que de primeras no les gustó, pero ahora, bien. NO. La mía me apoyó. Fui más yo que al finalizar la escuela pensé que era complicado vivir de esto y me puse a estudiar Diseño Gráfico, algo que ahora aprovecho para hacer diferentes recursos en A Panadaría. AI. Yo vengo de una familia donde mi madre es profesora de música, por lo que siempre estuve muy vinculada tanto a la música como al teatro. Más con lo primero, pero creo que no la sorprendió que quisiera ser actriz.

Entrando ya en el espectáculo 'Elisa y Marcela', con el que terminásteis 2023 con la gira de despedida, ¿cómo supisteis de su historia?

AR. Llegamos a ellas porque estamos vinculadas a asociaciones LTBI y ya conocíamos la historia, aunque ahondamos en ella a través del libro de Narciso de Gabriel [hablan de Elisa y Marcela. Alén dos homes -Elisa y Marcela. Más allá de los hombres- (Nigratrea, 2008)]. Además, el colectivo Milhomes de A Coruña había hecho una exposición sobre ellas, así que las conocíamos a través del activismo gallego.

¿No hubo debate entre vosotroa en ningún momento sobre darle ese toque 'retranqueiro' que tiene el espectáculo?

NO. Al principio queríamos más seriedad, pero no nos salió [ríen]. Es verdad que cuando investigamos sobre la historia le vimos muchos puntos cómicos, pero pensábamos que iba a salir más dramática de lo que finalmente fue. Ahora sí que nos gusta combinar comedia y drama, ponerle algún momento más ácido, como en el caso de As que limpan.

¿Cómo fue el proceso de salir, con un espectáculo en gallego por el resto de España?

AR. Al principio fue difícil. Estuvimos girando solo aquí en Galicia en 2017 y 2018. AI. A finales de ese año hicimos nuestra primera actuación fuera, en Tudela, en Navarra, a través de la asociación LGBTI Triángulo. Lo de representar los espectáculos fuera fue una sorpresa que surgió en el Galicia Escena pro, donde estaba un distribuidor a quien le gustó la obra y nos preguntó si nos parecía bien que nos moviera por España. Fue ahí donde surgió todo.

¿Es muy difícil actuar cambiando la lengua de origen?

"La cosa está tan polarizada que creo que hay que trabajar la empatía. Hay mucha violencia en el ambiente"

AR.  Para mí lo más difícil son las canciones, para que conserven la rima, las estructuras... Aunque se cambien las palabras, que mantengan el significado. NO. Nos rompemos bastante la cabeza con las traducciones porque es cierto que hay cosas que son muy de aquí e intentamos que fuera también sean así, no traducimos de manera literal. AR. Y siempre queremos que conserven algo de gallego. Por ejemplo, la canción de Hoteleiro explotador de As que limpan se canta en gallego siempre. Luego hay referencias como la cárcel de Teixeiro [en la provincia de A Coruña], que si estamos en el norte la mantenemos, pero si la representación es en el sur, decimos A Lama [la cárcel en la provincia de A Coruña]. Y si estamos fuera, chirona.

Ahora toca despedida. dejaréis de representar 'Elisa y Marcela'. ¿Cuánto tiempo estuvisteis de gira con este espectáculo'?

AIRE. Seis años, 270 funciones más o menos.

¿Estar tanto tiempo fue debido a la buena acogida que teníais o ya era algo planeado?

AI. Fue por la buena acogida. NO. También es cierto que estuvo la pandemia de por medio. AI. Y fue el primer espectáculo que representamos fuera de Galicia, ampliamos mucho el territorio donde actuar. Aquí puedes estar un tiempo, pero no creo que pudiéramos estar seis años.

23/4/24 magen de la función ‘As que limpan’, de A Panadaría
magen de la función ‘As que limpan’, de A Panadaría. A Panadaría

¿Por qué decidisteis hacer una gira de despedida?

AR. Porque las funciones ya estaban siendo cada vez más espaciadas y eso afecta al espectáculo, pierdes frescura y ritmo, entonces dijimos: "Igual hay que ir dejando marchar a Elisa y Marcela". Y decidimos organizar la gira. NO. En Pan! Pan! y en Panamericana no supimos cuándo fue la última función, la fijamos sin ser conscientes, y eso nos dio mucha pena. Ahora nos apetecía darle un cierre.

La última fue en Ribadavia, en una capilla.

AR.  Estábamos empeñadas en hacer una función de Elisa y Marcela en una iglesia, porque ellas se casaron por la Iglesia, y por fin lo conseguimos.

¿Qué dejó Elisa y Marcela en vosotras?

AR. Para mí el impacto que puedes tener, no de cambiar el mundo, pero sí en personas concretas, con un espectáculo. Vivimos muchos encuentros con gente del colectivo que al final de la representación estaba muy emocionada, personas que incluso habían vivido la dictadura y la represión y nos daban las gracias. No sabíamos que se podíamos causar tanto impacto con una obra, que los y las espectadoras se iban a sentir tan vinculados a ella. NO. Comparto lo que dice Areta. ¡Hay quien ha visto Elisa y Marcela diez veces, incluso! Ya no es un espectáculo solo nuestro, sino de muchísimas personas más que lo vivieron y lo disfrutaron. AI. Para mí también fue esa sensación de que los derechos se pueden perder. Cuando comenzamos a girar con Elisa y Marcela la sociedad estaba en un punto y con el paso de los años en algunas cosas hemos ido hacia atrás. Hay una sensación de pérdida de libertad, de violencia, de ciertas tensiones... Pensamos que siempre vamos hacia adelante pero también podemos ir hacia atrás, y yo eso no lo esperaba. AR. Estamos en un momento en que la cosa está tan polarizada que creo que hay que trabajar la empatía. Hay mucha violencia en el ambiente.

Eso me lleva al incidente que sufristeis en un teatro en las Canarias. ¿Qué  ocurrió?

"En una función escolar de 'As que limpan' ante 600 personas algunas comenzaron a chillar cosas como ¡'Limpia, puta!"

AR. En una función escolar de As que limpan ante 600 personas comenzaron a chillar cosas como "¡Limpia, puta!", y a encender las luces de los móviles, silbidos, más insultos... Había profesorado, pero no sabemos bien que pasó.

¿Terminasteis la funcion?

NO. Sí, la hicimos hasta el final. AI. Cuando entramos en escena no tenemos momentos en los que hablar sobre qué hacer, y tampoco nos habíamos visto nunca en una situación así. Fue la primera y única vez que nos pasó en diez años.

¿Recibisteis alguna disculpa al terminar?

AR. No, pero publicamos en redes lo que nos había pasado y alcanzamos mucha repercusión, salimos hasta en medios estatales, y entonces, desde la organización y el Ayuntamiento, debieron sentir la presión y se consiguió algo que me parece útil. Crearon un protocolo desde el festival por si vuelve a haber un incidente así y trabajaron con el alumnado de los institutos con actividades de mediación y reflexión sobre lo acontecido, así que hacerlo público sirvió de algo.

¿Cómo se lleva tener dos espectáculos girando a la vez, 'Elisa y Marcela' y  'As que limpan'?

AR. Teníamos esos dos, pero también las dos traducciones. NO. ¡Eso es buenísimo para el cerebro! [ríe]. Repasábamos el texto en la furgoneta. Lo más complicado son los cambios de gallego a castellano, porque cuando cambias de obra te metes en otra línea de acción.

'Elisa y Marcela' ya no volverá? Es definitivo?

NO. Aún hay gente que nos los dice.

Pero no podéis hacer alguna más? Una pequeñita?

 AR. Ya nos intentaron convencer con técnicas... sucias [ríe de nuevo]. Pero no.

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