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Más allá del AVE: el tren en Andalucía, en vía muerta mientras Moreno Bonilla lo usa contra el Gobierno

"Moreno pretende decir que el problema es de la gestión de Sánchez. Y también. Pero los problemas son varios: un diseño centralista; una gestión deficiente con recortes y la paulatina privatización", considera Adelante Andalucía.

Viajeros en el andén de la estación María Zambrano de Málaga.
Viajeros en el andén de la estación María Zambrano de Málaga. Álex Zea / Europa Press

La paradójica –todos dicen estar a favor, pero ni PSOE ni PP, por el momento, se mueven en serio– pelea política en Andalucía en torno al traspaso a la Junta de las competencias sobre ferrocarriles, hoy en manos del Gobierno, ha puesto sobre la mesa el estado de la red en la comunidad más poblada, más allá del fulgor de la alta velocidad.

Andalucía, un territorio a vertebrar –es casi tan grande como Portugal–, tiene una red de cercanías que está en vía muerta en cinco de las ocho provincias: solo hay en Málaga, Sevilla y Cádiz, según manifestó esta semana el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla (PP).

Este reclama 6.000 millones al Gobierno de Pedro Sánchez y ha encontrado en esta materia, el traspaso de la competencias de los trenes, además de una nueva reivindicación, un nuevo terreno de erosión al Ejecutivo central. El PSOE ha pactado con ERC esta compleja transferencia para Catalunya.

El traspaso de las competencias sobre trenes, que están recogidas en el Estatuto de Autonomía, lo planteó la izquierda andaluza –Por Andalucía y Adelante Andalucía– en una propuesta de resolución a la que el PP se sumó por sorpresa en el pasado Debate sobre el estado de la comunidad, sin apenas análisis –al menos no compartido públicamente– y que ahora pretende rentabilizar políticamente.

La vicepresidenta del Gobierno María Jesús Montero (PSOE) acusó el pasado viernes en Sevilla al presidente andaluz de buscar "la confrontación" al pedir la transferencia "sin proyecto, sin quererlo, sin tener ningún tipo de ambición respecto a esta materia".

Así describió Montero lo que considera una estrategia del PP: "Ahora exijo que esa transferencia se haga acompañada de un volumen de recursos, que lo pongo de manera para ver si el Gobierno de España dice que no y vuelvo a tener política de confrontación". El ministro de Transportes, Óscar Puente, ya ha dicho que está por la labor del traspaso y del diálogo al respecto.

Ciudades sin tren

Moreno, como si su partido –que ha gobernado España y ahora lo hace en Andalucía– nunca hubiera tenido nada que ver con la gestión de los trenes, hizo esta semana un diagnóstico demoledor de la red ferroviaria de Andalucía. Un discurso con el que ha tratado de conectar incluso con algunas de las reivindicaciones que viene defendiendo la Plataforma en Defensa del Tren Rural en Andalucía, que agrupa quejas y planteamientos que provienen de ciudadanos que habitan en las numerosas localidades olvidadas en la planificación.

"En Andalucía existe un enorme déficit de infraestructuras. Los servicios de cercanías están muy deteriorados y ofrecen una prestación por debajo de la calidad en el servicio que merecemos los andaluces. Existen problemas de puntualidad y de fiabilidad que hace que muchos usuarios decidan coger el coche. Las inversiones por parte del Estado son residuales y se han limitado a reparaciones y mejoras en accesibilidad. No hay proyecto de ampliar la red a pesar de la necesidad que hay", lanzó Moreno contra Sánchez esa semana.

Para el portavoz de Adelante Andalucía, José Ignacio García, el asunto, en su vertiente política, tiene estos elementos: "Moreno pretende decir que el problema es de la gestión de Sánchez. Y también. Pero los problemas son varios y todos están relacionados: un diseño centralista que ha olvidado a Andalucía; una gestión deficiente con recortes desde hace años, y la paulatina privatización".

"Moreno señala el segundo aspecto solo, para acotarlo todo a los últimos cinco años. Hay una responsabilidad tanto de su partido como del PSOE. Está diseñada la línea a 600 kilómetros de aquí. No se ha pensado en articular el territorio desde Andalucía, desde aquí. Se ha hecho una política de ferrocarriles pensando desde Madrid", afirma García.

De este modo, el portavoz de Adelante coincide en parte con el diagnóstico del presidente. Según los datos que maneja y aporta a Público, hay numerosas ciudades de tamaño medio en Andalucía sin tren que las conecte con sus capitales y con otros lugares. Así, en Almería, están El Ejido, y Roquetas; en Cádiz, Chiclana y Sanlúcar de Barrameda; en Sevilla, Alcalá de Guadaíra. Y en Málaga, Mijas, Vélez-Málaga y Marbella, "la ciudad más grande de todo el Estado sin tren".

"No necesitamos más AVE. Necesitamos un tren que articule los pequeños y medianos municipios y que sea una alternativa real para que la gente no tenga que coger el coche", remacha García.

La Plataforma por el Tren Rural lleva tiempo trabajando en esa dirección: "Queremos una red ferroviaria mallar, alternativa y complementaría de la radial, a la que hay que dedicar la mayoría de las inversiones, con especial protagonismo de las cercanías y las medias distancias autonómicas, así cómo al transporte de mercancías", recogen en un manifiesto.

El coordinador andaluz de IU y diputado de Sumar en el Congreso, Toni Valero, también apoya las reivindicaciones: "Hace falta un refuerzo urgente de las líneas de Cercanías, el fortalecimiento de los trenes regionales y el incremento de las líneas ferroviarias frente a las tentaciones privatizadoras. Es necesario aumentar las plantillas e incrementar la inversión pública".

Un tren sostenible

El tren es en este momento de crisis climática un asunto estratégico. Según los cálculos de Greenpeace, el avión es hasta 20 veces más contaminante que el tren eléctrico: "La movilidad tiene un papel esencial en la crisis climática, y cómo cada país elija viajar y mover mercancías es decisivo en su huella ecológica y la salud". 

Los ecologistas lo tienen claro: "El tren no solo es la opción menos contaminante entre ciudades, sino que también es el medio de transporte con mayor potencial para conectar las diferentes regiones de forma justa. Apostar por el tren es una de las mejores formas de luchar contra la emergencia climática y contra la despoblación rural".

Greenpeace lamenta que los gobiernos de España han pasado décadas financiando el boom de aeropuertos y rutas aéreas en España. Mientras, "han permitido que multitud de trenes y estaciones desaparecieran". 

Los geógrafos Antonio Gavira Narváez y Jesús Ventura Fernández analizaron en un trabajo del año 2017 la Evolución y el panorama de la red ferroviaria en Andalucía. En ese documento, ofrecen una panorámica histórica del desarrollo del tren en la Comunidad desde el primer tramo entre Jerez y El Puerto de Santa María (1854), hasta el presente.

Los autores, en sus conclusiones, exponen que el contexto de crisis –tras la caída de Lehman– provocó una caída de las inversiones, que en algunos casos las paralizó.

Gavira y Ventura recogen que no estuvo exenta de "polémica" la decisión de ejecutar "un nuevo Eje Ferroviario Transversal para alta velocidad en lugar de adecuar el trazado ya existente para velocidad alta, mejorar la conectividad de localidades medias del área central de Andalucía mediante el remozamiento de la red de trenes regionales e incluso la incorporación de algunas estaciones al área de cercanías de Sevilla".

Para ambos, según escriben, "la propuesta de la llegada de la red de alta velocidad al conjunto de capitales provinciales ya se conoce que no es la mejor opción de articulación territorial a pesar de la construcción de estaciones intermedias, que, en la mayoría de los casos, tienen una demanda muy escasa".

Los expertos consideran, empero, que el "futuro del ferrocarril es esperanzador": "Las nuevas intervenciones han encumbrado al transporte ferroviario como alternativa del pasado para los problemas actuales de movilidad. Además, las diferentes innovaciones incorporadas han hecho los servicios de viajeros más eficientes ambiental, económica y socialmente".

"Esto puede favorecer, cuando la coyuntura económica sea más favorable, la finalización de los proyectos o su reconversión con unos planteamientos más razonables, e incluso el comienzo de la construcción de nuevas líneas, en las que, eso sí, los criterios de intermodalidad y sostenibilidad deben pesar por encima de cualquieras otros", añaden.

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