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La derecha recupera el ayuntamiento de Pamplona y se acerca al Gobierno foral  

El candidato de Navarra Suma, Enrique Maya, se convierte nuevamente en alcalde de esta ciudad. Geroa Bai denuncia que los socialistas rechazaron llegar a acuerdos en otros municipios para frenar a los conservadores.

Imagen de archivo de Enrique Maya. EFE

Enrique Maya vuelve a un sitio que ya conoce. El líder de UPN, que ya vistió el traje de alcalde de Pamplona entre 2011 y 2015, regresa ahora al principal despacho del ayuntamiento. Así ha quedado confirmado en el pleno de investidura que ha tenido lugar este sábado a la tarde en la capital navarra, una ciudad que dejará de estar gobernada por la izquierda.

Maya ha sido elegido alcalde en representación de Navarra Suma, la coalición de derechas que integran UPN, PP y Ciudadanos. En las elecciones del pasado 26 de mayo, este tripartito logró 13 concejales. EH Bildu, que había gobernado durante los últimos cuatro años con el apoyo de Geroa Bai, Aranzadi (una plataforma próxima a Podemos) e Izquierda-Ezkerra, quedó en segundo lugar con siete ediles. El PSN logró el tercer puesto con cinco representantes, mientras que Geroa Bai logró dos. Las otras fuerzas de izquierdas que apoyaron a Asiron quedaron fuera del nuevo consistorio.

Así las cosas, solamente un pacto de investidura entre EH Bildu, PSN y Geroa Bai podía impedir que Maya se hiciera con el bastón de mando. Asiron lo intentó y Geroa Bai lo respaldó, pero el veto impuesto por el PSN a EH Bildu frenó cualquier posibilidad de acuerdo. De esa manera, el candidato de la derecha ha logrado regresar al ayuntamiento gracias a los votos de sus trece concejales, de forma que gobernará en minoría –le faltó un concejal para llegar a la mayoría absoluta-.

"Soy consciente de que el gobierno de la ciudad durante los próximos pasa por el acuerdo entre distintas fuerzas políticas", dijo Maya en su primer discurso como alcalde. "Es imposible que en los próximos cuatro años todos los pamploneses compartan todas nuestras decisiones, pero puedo garantizar que todos van a ser respetados", afirmó. Maya llamó además "desterrar la ideologización extrema del día a día municipal" y tuvo palabras para las víctimas del terrorismo. "No puede haber convivencia sin memoria", afirmó.

Asiron no bajó los brazos hasta el último momento, aunque en EH Bildu llevaban ya varios días reconociendo que no había forma de retener el gobierno. Aun así, Asiron se presentó a la investidura, lo que le permitió chequear en vivo y en directo que ya no hay mayorías de izquierdas en el consistorio pamplonés.

Por su parte, la candidata del PSN, Maite Esporrín, también presentó su candidatura a la investidura, consciente –al igual que Asiron- de que sus opciones eran nulas. Sus planes de cara a esta jornada ya habían quedado claros en la mismísima noche electoral, cuando tras conocer los resultados –que describían claramente la imposibilidad de un nuevo cuatripartito de izquierdas en la capital navarra- lanzó un contundente “agur Asiron”. Este sábado, la concejala socialista se mantuvo firme en ese agur, aunque significase abrirle la puerta a Maya.

Los otros “no” del PSN

El PSN no sólo frenó un acuerdo en Pamplona, sino que también evitó formar mayorías junto a Geroa Bai. En tal sentido, la coalición que lidera Barkos emitió una nota de prensa en la que citó además el caso de Sartaguda –conocido también como “el pueblo de las viudas” por la salvaje represión franquista que se vivió allí-, donde “el PSN ha conseguido la alcaldía con el apoyo de Navarra Suma”, o el de Huarte, “donde la única concejal de PSN se ha apoyado en los votos de Navarra Suma y de la formación conservadora GIH” para hacerse con el gobierno.

En Viana ocurrió algo distinto: allí el PSN ha aceptado los votos de Geroa Bai, EH Bildu y Podemos para hacerse con la alcaldía. Según ha podido confirmar Público, allí ha habido intensas negociaciones a cargo del PSN, que finalmente han dado sus frutos. “Sin embargo, a la hora de darnos los votos a Geroa Bai o a EH Bildu, no lo han hecho”, señalaron a Público desde la formación de la actual presidenta de Navarra.

“Presiones e insultos”

El PSN se defendió de estas acusaciones. En una nota enviada antes del pleno de Pamplona, aseguró que había “propiciado acuerdos de progreso en todos los ayuntamientos en los que ha sido posible, contando con el criterio de las agrupaciones locales”, al tiempo que remarcaba que “los candidatos y candidatas socialistas se han presentado aun sin acuerdos ni mayorías para no dar alcaldías ni a las derechas ni a Bildu”.

Asimismo, la formación socialista advirtió que “a pesar de las presiones y los insultos” su “firmeza y compromiso” a la hora de buscar “gobiernos de progreso para los municipios y para Navarra siguen intactos”.

La advertencia de Geroa Bai

Ahora viene, precisamente, el momento de saber qué ocurrirá a nivel del Gobierno foral. En esa línea, Geroa Bai advirtió que Navarra –aún pendiente de la futura sesión de investidura de su presidenta o presidente- podría estar en la antesala de un nuevo “agostazo” en referencia a lo que ocurrió en 2007, cuando el PSN –siguiendo órdenes de Ferraz- impidió la conformación de un gobierno autonómico progresista y facilitó un Ejecutivo de derechas.

De momento, María Chivite, líder del PSN, mantiene que buscará hacerse con la Presidencia de Navarra, aunque para ello no sólo necesitará el apoyo de Geroa Bai e Izquierda-Ezkerra, sino que también deberá obtener la abstención de EH Bildu. Precisamente, desde la coalición abertzale sostienen que el veto hacia sus candidatos –principalmente en el ayuntamiento de Pamplona- dificultará que sus parlamentarios se abstengan y faciliten así el gobierno de Chivite.

En ese sentido, fuentes de Geroa Bai y de Podemos coincidieron en señalar a Público que lo ocurrido este sábado -tanto en Pamplona como en los restantes ayuntamientos donde el PSN facilitó alcaldías de Navarra Suma- genera "complicaciones" a la hora de buscar acuerdos para construir un gobierno progresista en la Comunidad Foral. "Sin acuerdos en los ayuntamientos", señalaron desde Geroa Bai, "todo es mucho más complicado".

La semana que entra empezará precisamente a recorrerse ese camino que deberá llevar a una investidura o, en su defecto, a una repetición de las elecciones forales. El próximo paso será la constitución de la mesa del Parlamento, que tendrá lugar el próximo miércoles. Mientras tanto, el PSN continuará con las conversaciones con Geroa Bai y Podemos para tratar de alcanzar un acuerdo de gobierno, tras lo cual será necesario esperar a ver qué ocurre con EH Bildu. Muy pocos se atreven a hacer apuestas. 

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