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Diez meses de la agenda
"libre" de Rajoy

El presidente ha ocupado la mayor parte de su tiempo en funciones en las campañas electorales y las reuniones de investidura. Más allá de varios compromisos ineludibles, el todavía jefe del Ejecutivo se ha dedicado mayoritariamente a actos de pequeña relevancia

Rajoy, tras la reunión del Consejo Europeo de este viernes. EFE/Horst Wagner

MADRID.- "Tengo la agenda muy libre". Así respondió Mariano Rajoy a un falso Carles Puigdemont en enero, cuando un programa radiofónico le hizo pasar un mal rato gastándole una broma. Pero los huecos en su calendario personal no eran mentira y, en los meses posteriores, apenas se rellenaron.

El todavía presidente en funciones abandonó la legislatura de los reales decretos aprobados por el rodillo de la mayoría absoluta del PP para dedicarse casi en exclusiva a las sucesivas campañas electorales y sus posteriores reuniones de investidura que, además, transcurrieron sin demasiada negociación entre los líderes de los partidos. ¿El resto? Apenas una decena de compromisos internacionales ineludibles como los Consejos Europeos y actos de pequeña relevancia.

Así se pone de manifiesto al agrupar los actos a los que acudió el jefe del Ejecutivo, mes a mes, entre diciembre de 2015 y este 21 de octubre. Así, el propio diciembre -las elecciones fueron el 20-, mayo y junio -los comicios se celebraron el 26 de este último mes-, y septiembre -por el 25-S- fueron los meses de mayor actividad. Rajoy recorrió España de mitin en mitin, se dio paseos por pueblos, visitó granjas y multiplicó su presencia en radio y televisión.

El resto del (casi) año que lleva en funciones, el presidente del PP y del Gobierno rebajó su actividad hasta reducirla a sus esenciales obligaciones en ambos ámbitos. Presidió Comités de Dirección, Comités Ejecutivos, Juntas Directivas, Plenarias del Grupo Popular en el Congreso y Consejos de Ministros. Se reunió con Obama, con Humala, con Puigdemont -el verdadero-, con Tusk, con Schulz y hasta con la familia del opositor venezolano Leopoldo López. Y acudió a desayunos informativos -como el de Alfonso Alonso en septiembre- y presentó libros como el del ministro De Guindos; ambos, actos en los que eludió a la prensa para no dar explicaciones de los escándalos de Soria ni Barberá.

¿El resto del tiempo? Principalmente, ocupado en fotos como el funeral por los policías fallecidos en el atentado de Kabul, un acto con mujeres emprendedoras celebrado el día de la mujer trabajadora (8 de marzo), la fiesta de la Comunidad de Madrid -el 2 de mayo-, el desfile del 12 de octubre, recepciones con los reyes como la de la reunión del patronato del Instituto Cervantes -el 11 de octubre-, condecoraciones como la medalla de oro al mérito deportivo entregada al patinador Javier Fernández -el 19 de abril- o el encuentro en la Moncloa con el equipo olímpico español -el 28 de julio-.

Y es que a Rajoy, como ya se sabe, le apasiona el mundo deportivo. Lo que no le atrae tanto son los debates, como dejó constancia él mismo, ni elaborar grandes estrategias políticas. Por ello, sus reuniones postelectorales se limitaron a los imprescindibles encuentros con Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias -también con el resto de grupos- que luego quedaron en manos de equipos negociadores en los que no se encontraban los líderes de los partidos.

El probablemente futuro candidato del rey al segundo intento de investidura sí es experto en manejar los tiempos políticos, de ahí que se haya dedicado a esperar desde el pasado 26 de junio. En ese tiempo, aceptó tener que pasar por una votación fallida en el Congreso pese al apoyo regalado de Ciudadanos, pero desde entonces no ha movido ni un ápice su propuesta inicial para convencer a los socialistas de que le permitan gobernar en minoría. No le ha hecho falta. Mientras él no hacía nada, el PSOE se ha descabezado, se ha dividido y buena parte de los socialistas han abandonado el "no es no".

A falta de la decisión del Comité Federal de este domingo, el presidente ya confía en renovar su estancia en la Moncloa. De hecho, tal y como confirmó Soraya Sáenz de Santamaría este viernes, ya está preparando su discurso para el pleno de investidura que, probablemente, se celebrará la próxima semana. Hasta entonces, sus previsiones se limitan a un desayuno con Albiol-el lunes- y la ronda de consultas con Felipe VI, el martes. El viernes, un Consejo de Ministros que, de haber investidura, no llegará ni a celebrarse. De nuevo, agenda "libre" para Rajoy.

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