El Gobierno de Aragón PP-Vox de Jorge Azcón ha fichado a un antiguo alto mando del espionaje español y lo ha destinado a la Oficina en Bruselas de esa comunidad autónoma desde principios del mes de septiembre.

El coronel retirado Miguel Galante Serrano, de 69 años, fue designado como director de esa oficina el 7 de septiembre por la consejera de Presidencia, Tomasa Hernández, de cuyo departamento depende ese órgano cuyas funciones son de "información, seguimiento y asesoramiento sobre la Unión Europea, sus instituciones y políticas comunitarias, con especial atención a aquellas que afectan a los intereses de la comunidad autónoma".

El perfil de Galante dista mucho del que hasta ahora había sido tradicional en la dirección de esa oficina, un cargo con un salario de 95.000 euros que históricamente ha sido el más alto de la administración autonómica, superior a los 93.676 que el proyecto de Presupuestos para 2024 asigna al presidente de la comunidad, Jorge Azcón; el cual, por otro lado, percibirá al cabo del año un sueldo más de 3.000 euros mayor que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Esa elevada remuneración se ha justificado tradicionalmente con dos argumentos: el caro nivel de vida de Bruselas, aunque en salario medio allí es poco más de la mitad, y las exigencias técnicas del puesto, cuyos ejes son el manejo de la prolija normativa y los enrevesados vericuetos burocráticos de la UE, especialmente los relacionados con asuntos tan farragosos como cruciales para Aragón como la PAC (Política Agraria Común), y la preparación de las agendas de los miembros del Gobierno autonómico que visitan Bruselas.

Asesor del grupo municipal del PP con residencia en Bruselas

Mientras tanto, la trayectoria del coronel Galante, licenciado en Geografía e Historia, incluye desde finales de 1981 formación en Operaciones Especiales, materia en la que ejerció como oficial en la Escuela de Alta Montaña de Jaca (Huesca), para posteriormente especializarse en el análisis de información ya durante su etapa en el Cesid (Centro Superior de Información de la Defensa) y el CNI (Centro Nacional de Inteligencia), del que llegó a ocupar el número tres.

También dispone de un certificado C1 de francés y de un curso de Defensa Nacional y tiene "experiencia acreditada en resolución de crisis y gestión de recursos", según explicaron fuentes del Gobierno de Aragón.

El factor decisivo para su designación fue, según las mismas fuentes, el hecho de disponer de "contactos en instituciones de la UE" tras llevar "cuatro años residiendo en Bruselas".

Esos cuatro años coinciden con la etapa en la que fue designado como asesor del Grupo Municipal del PP en el Ayuntamiento de Zaragoza, un periodo en el que el actual presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, ocupaba la alcaldía de la capital aragonesa mientras él transitaba entre el tramo final de su paso por la reserva y el inicio de su retiro.

El Cesid, una misión en Francia y el ‘control’ del príncipe

El coronel Galante Serrano, hermano del fallecido memorialista y antifranquista José María Chato Galante, se formó como oficial en la Academia General Militar de Zaragoza, pasó la mayor parte de su carrera militar como agente del Cesid, La Casa del espionaje español, más centrado en tareas de análisis de inteligencia que en operaciones de campo.

Allí "ha ido ocupando cargos de responsabilidad" y subiendo en el escalafón, señalan fuentes conocedoras de su trayectoria, que le atribuyen un carácter "templado" y una elevada capacidad analítica. No obstante, sus misiones no quedaron exclusivamente circunscritas al trabajo de mesa durante su larga trayectoria en La Casa.

Según reseña El País, Miguel Galante fue uno de los cuatro agentes del Cesid, y el de mayor graduación del grupo, a los que la Policía Nacional interceptó y retuvo en abril de 1984 en la estación de Chamartín tras levantar sospechas su viaje de regreso en un Talgo nocturno desde Burdeos en plena efervescencia de los GAL y la guerra sucia contra ETA.

Fueron rescatados de la comisaría de la estación por un oficial del Cesid horas antes de que el Ministerio de Defensa confirmara al periódico madrileño que los cuatro espías habían desarrollado en Francia una misión secreta.

Su contenido no fue revelado por Defensa, cuyo portavoz sí lo desvinculó oficialmente tanto de operaciones en torno a ETA o a los GAL como de la redada en la que la Gendarmería francesa detuvo en Burdeos, coincidiendo con su presencia en esa ciudad, a varios miembros de esta última organización.

Poco después, entre finales de agosto de 1985 y mediados de julio de 1986 y siendo agente del Cesid, estuvo destinado en la AGM coincidiendo con el paso por esa academia de Felipe de Borbón durante su periodo formativo, en una misión con más rasgos de misión de control o supervisión encomendada por La Casa que de otra cosa.

El puesto más caro del Gobierno, pero sin huella mediática 

A partir de ahí, su trayectoria discurre bajo un manto de discreción hasta comienzos del verano de 2019, cuando, tras hacerse Jorge Azcón con la alcaldía de Zaragoza gracias a un pacto PP-Ciudadanos sustentado por Vox, es nombrado asesor del Grupo Municipal del PP en la capital aragonesa.

Y ahí vuelve el fundido a negro, ya que su presencia mediática no fue muy intensa ni con su anterior empleo ni, pese a su evidente proyección, con su actual cargo.

De hecho, ni aparece ni se le nombra en las reseñas oficiales de los recientes viajes a Bruselas de altos cargos, como ha ocurrido con los dos últimos del vicepresidente Alejandro Nolasco, ni tampoco en la primera ni en la segunda visita de la directora general de Promoción Industrial e Innovación, Mar Paños, para vender los proyectos aragoneses vinculados al hidrógeno.

Sí participó en una jornada virtual organizada por el Gobierno de Aragón en octubre, aunque, al mismo tiempo, resulta chocante que su referencia en el organigrama de la Administración autonómica incluya un enlace a una agenda en cuyo listado de cargos consultables no figura el suyo, ni tampoco su nombre.

Una oficina dentro de la ‘embajada’ española en la UE

La oficina del Gobierno de Aragón en Bruselas se encuentra físicamente, como la mayoría de las delegaciones autonómicas ante la UE, dentro de la Reper, la Representación Permanente del Gobierno de España ante la Unión, una delegación diplomática con un rango similar al de una embajada, ubicada en el número 52 del Boulevard du Regent y bajo cuyo paraguas diplomático trabajan los miembros de la escueta delegación aragonesa, cuya plantilla incluye dos puestos de asesor y el del director.

La actividad en la Reper está siendo especialmente intensa en los últimos meses como consecuencia de la presidencia española de turno de la UE, iniciada el 1 de julio y que finaliza el 31 de diciembre, y que se suma a la habitual en una ciudad donde además de la sede de la UE y las instituciones comunitarias se encuentran las de la OTAN o el Euratom y por la que se mueven personas con perfiles como el de Carles Puigdemont.

El Gobierno de Aragón acordó a finales de octubre con el Ministerio de Asuntos Exteriores prorrogar el convenio de colaboración para mantener esa colaboración desde el 1 de octubre de ese mismo mes hasta el 30 de septiembre de 2027.

Galante Serrano carece de incompatibilidades de carácter administrativo para ocupar el puesto de director de la delegación aragonesa al estar ya retirado, y no necesita ninguna autorización de Defensa para ocuparlo, explican fuentes de ATME (Asociación de Tropa y Marinería Española), que matizan que "sí que debe comunicarlo a Clases Pasivas para el tema de la pensión", puesto que pasaría a encontrarse en una situación de jubilación activa.

Algunas fuentes apuntaron que mantiene una relación sentimental con una funcionaria de la Administración central de rango medio-alto que está destinada en la Reper.