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Grave crisis en el PP vasco tras reventar el Gobierno su nuevo discurso sobre el fin de ETA

El partido en Euskadi agoniza sin liderazgo real, bajo la presión del sector ultra del partido, que se niega a cambiar el mensaje, y la guerra interna entre Génova y La Moncloa.

Mariano Rajoy y Arantza Quiroga, en un desayuno en Madrid. EFE

ANA PARDO DE VERA - @pardodevera

MADRID.- "El mundo ha cambiado y, sin perder nuestra esencia, debemos liderar los cambios que se están introduciendo". Las palabras de la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, en la conferencia política del ídem celebrada el mes pasado, sonaron a más de lo mismo a los poco más de 150 asistentes: nuevas formas de hacer política, cercanía o transparencia.

Sin embargo, la líder de los conservadores de Euskadi, hundidos tras los malos resultados de las elecciones municipales del pasado mes de mayo, anunciaba un cambio de rumbo del PP vasco, que intentó materializar esta semana con una propuesta de Ponencia de Libertad y Convivencia, que sustituía la "condena" explícita a ETA por un genérico "rechazo a la violencia" y a la que se ha visto obligada a dar marcha atrás, sobre todo, tras la durísima desautorización en una entrevista en la cadena Cope del ministro de Sanidad y Asuntos Sociales y presidente del PP de Araba, Alfonso Alonso. 

Hace tiempo que a Quiroga -una apuesta personal de la secretaria general, Dolores de Cospedal- se le considera un cadáver político, sobre todo, por sus diferencias con Alonso, que, contra todo pronóstico no fue nombrado presidente del PP de Euskadi al marcharse Antonio Basagoiti en 2013 y cuando Cospedal eligió a la que fuera presidenta del Parlamento de Vitoria. Posteriormente, Quiroga prescindió en su equipo en el partido de Iñaki Oyarzabal, hombre de la máxima confianza de Alonso y miembro entonces del Comité Ejecutivo del PP nacional, lo que le trajo otra nutrida ristra de ataques internos desde Madrid.

¿Quién se volvió antes en contra de Quiroga, los medios del entorno de la AVT o la vieja guardia de los conservadores vascos, Carlos Iturgaiz el primero?

Nadie hasta el momento del cierre de esta edición se explicaba en el PP (y en otros partidos) cómo era posible que Quiroga tomase la decisión de sacar adelante la Ponencia, cuya aprobación pretendía atraer a Bildu, sin haber consultado a la dirección nacional del partido. En el entorno de la presidenta del PP vasco mantienen que sí lo hizo y dio por hecho que contaba con el visto bueno, "al menos, de Cospedal", que no deja de ser la número dos de la formación conservadora. 

La pregunta, si la versión del entorno de Quiroga es la buena -nadie la ha desmentido-, es ¿quién se volvió antes en contra de la líder del PP en Euskadi, los medios del entorno de la AVT o la vieja guardia de los conservadores vascos, Carlos Iturgaiz el primero? Un mensaje de éste deja clara algunas cosas, sobre todo, la advertencia del sector ultra del partido de que la ponencia no saldría gratis a los dirigentes conservadores y a la propia Quiroga, además, en pleno periodo electoral: "No puedes estar con los etarras y escupiendo a la cara de las víctimas", sostuvo el eurodiputado del PP en Twitter en alusión a Quiroga.

Carlos Iturgaiz.

El eurodiputado del PP Carlos Iturgaiz, en una foto de archivo.

"Nadie en el partido es capaz de garantizar que Quiroga no vaya a irse dando un portazo"

Lo único constatable en esta historia es que el PP no puede permitirse en este momento una batalla con las asociaciones de víctimas y la más numerosa, la AVT que preside Ángeles Pedraza, publicó una carta en La Gaceta recordando a la presidenta del PP vasco su sufrimiento y lo que para ella suponía el texto presentado por Quiroga. Ésta ha reculado, reconociendo en Twitter que el momento de la Ponencia llegará, aunque "no era éste", pero la presidenta del PP vasco está harta de los ataques contra ella desde Madrid, cuando su intención era dar un paso más en la normalización de la convivencia en Euskadi que tiene que incluir al PP si el PP quiere seguir estando, algo que parece complicado tras los resultados de las municipales del 24-M, que han convertido a la de Quiroga en una formación quasi marginal.

Sin embargo, la imposición de Génova a Quiroga -más vía Moncloa, a través de Alonso, que a través de la cúpula del PP- podría traer otra consecuencia tampoco favorable a los intereses electorales de Mariano Rajoy: la dimisión de Arantza Quiroga, que ayer jueves desapareció (sic) de la vida pública alegando una "indisposición" y levantando todo tipo de especulaciones sobre una posible dimisión, que al cierre de esta edición no se habían acallado.

Y aunque Génova cerró filas ayer con su líder en Euskadi alabando su rapidez para retirar la ponencia, nadie en el partido es capaz de garantizar que Quiroga no vaya a irse dando un portazo y dejando desnudo al PP frente a las inclemencias de las elecciones generales del 20-D.

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