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La izquierda andaluza reclama a Moreno medidas a favor del taxi en el estreno parlamentario

El presidente de la Junta busca adormecer el debate quincenal en la Cámara frente a cuatro portavoces de la oposición.

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, contesta a las preguntas de la sesión de control el secretario general del PSOE de Andalucía y Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Juan Espadas
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, contesta a las preguntas de la sesión de control el secretario general del PSOE de Andalucía y Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Juan Espadas. Joaquín Corchero / Europa Press

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, con mayoría absoluta, no tiene ya aliados en el parlamento de Andalucía, más allá del de su portavoz, Toni Martín (PP), al contrario que la legislatura pasada. En su estreno en una sesión de control en esta legislatura, se pudieron observar algunos caminos sobre las estrategias de la oposición que, de momento, no utiliza munición de grueso calibre y busca incluso puntos de entendimiento con el Gobierno, y, por tanto, el tono general del debate fue del agrado de Moreno, empeñado en adormecer, con su aura de moderación y de persona centrada y educada, a la oposición.

Moreno evitó en la tribuna, en esta línea, recordarle a Juan Espadas, líder del PSOE, que se estrenaba en un cara a cara parlamentario con el presidente, la demoledora para los socialistas sentencia de los ERE, cuyos argumentos y contraargumentos hizo públicos este miércoles el Tribunal Supremo.

El debate con Espadas se centró en la inflación. El socialista reclamó a Moreno medidas de apoyo a las familias y tachó de "insuficientes" las tomadas hasta ahora. Espadas aseguró que Moreno tenía mas dinero que nunca, que recibía de Europa y del Gobierno de España, para tomar decisiones. "Tiene recursos y competencias, ¿Tiene voluntad política de tomar ahora decisiones económicas concretas para aquellos a los que más les está afectando la subida de precios?", le preguntó Espadas.

Moreno no dio medidas concretas y se refugió en uno de sus temas favoritos, uno con profunda carga ideológica, y capital a la hora de redistribuir la riqueza: la fiscalidad. Moreno dijo estar "preparando un paquete de medidas" que, agregó, será "revolucionario en materia de reformas fiscales que permita bajar impuestos a la mayoría de los ciudadanos de Andalucía" y que además sirva de "elemento tractor para atraer inversiones".

El taxi

La izquierda, con presencia del sector del taxi entre los espectadores, reclamó a Moreno sensibilidad y medidas que los protejan frente al poder las grandes multinacionales de VTC (Vehículos de Transporte con Conductor), que contribuyen a precarizar un servicio público.

El presidente quiso despejar el asunto porque considera que lo que busca con este asunto la oposición es sacar rédito político y erosionar al Gobierno y aseguró que la voluntad de su gabinete es negociar con el sector la nueva regulación que prepara "hasta el final", eso sí, con el usuario del servicio como principal preocupación. "Es muy difícil ser equilibrado. Tenemos que buscar el interés general del usuario, que debemos preservar", dijo Moreno.

Inma Nieto, portavoz de Por Andalucía, manifestó que "a día de hay hay coches con conductor sin los papeles que actualizan su petición de transporte". Moreno habló en genérico de más inspecciones, pero nada concretó. "No hay que escarbar mucho. No vamos a echar a pelear a los trabajadores. Hay una concentración de licencias de empresas muy poderosas que no dejan ni una gorda y que no dejan a los taxistas hacer bien su trabajo y que los están arruinando", agregó Nieto.

Teresa Rodríguez, portavoz de Adelante Andalucía, por su parte, buscó confrontar modelos con el PP, con el sector del taxi, y también en educación. En el aire quedó una pregunta que Moreno evitó contestar: ¿Lleva a sus hijos a un colegio público, concertado o privado?

Tuvo interés el debate con Rodríguez porque reveló una de las características fundamentales de la estrategia política de Moreno, que esconde una trampa, que se puede resumir así: lo que propone la izquierda es ideológico, pero lo que propone él, la derecha, no lo es: es pura gestión. "A veces no se resuelve el problema desde la izquierda o la derecha, demasiada ideología. A veces, se resuelve el problema", dijo Moreno.

Así, Moreno busca no dar titulares que no tenga controlados y pasar el quincenal examen parlamentario sin ruido ni furia, repitiendo eslóganes, que en realidad, son profundamente ideológicos, como su creencia en que bajar impuestos es siempre y en todo caso, bueno.

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