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Policías y guardias civiles de ultraderecha recrudecen sus ataques al Gobierno y amenazan con un "otoño caliente"

Jucil y Jupol intentan movilizar a agentes de todo el país para que acudan el 24 de septiembre a una protesta en Madrid. Sus líderes acusan al Ejecutivo de "pisotear la memoria de las víctimas de ETA" por cumplir la legalidad penitenciaria. 

JUSAPOL
Imagen de archivo de una manifestación convocada en noviembre pasado por JUSAPOL en Madrid para protestar contra la derogación de la ley Mordaza. Carlos Luján / EUROPA PRESS

No habrá tregua. Los grupos más radicales de las Fuerzas de Seguridad del Estado preparan un inicio de curso agitado, en el que pretenden movilizar a sus bases en comisarías y cuarteles de todo el país para que salgan a las calles de Madrid y exterioricen su malestar contra el Gobierno, al que acusan ahora de "humillar" a las víctimas de ETA. 

Los pedidos de equiparación salarial con mossos y ertzainas que sirvieron para dar alas a la asociación Jusapol y sus "marcas" en Policía Nacional y Guardia Civil (Jupol y Jucil respectivamente) se combinan a día de hoy con furibundos ataques al Ejecutivo de coalición por pretender reformar la ley Mordaza y –sobre todo en estos últimos días– por cumplir la legalidad penitenciaria y facilitar el acercamiento de presos de ETA a cárceles vascas. 

"Beneficios penitenciarios a etarras, sin colaborar con la Justicia, resarcir a las víctimas, ni repudiar a ETA. Pretenden reescribir el futuro enterrando su pasado para blanquear a sus herederos", dice uno de los mensajes publicados en los últimos días por Jucil en su perfil oficial de Twitter.

Los guardias civiles agrupados en esta asociación ultra sostienen que el Gobierno ha decidido anteponer "los beneficios penitenciarios a la colaboración de los etarras con la Justicia, el resarcimiento de las víctimas y la repulsa de ETA".

Los policías agrupados en Jupol también elevaron el tono contra el Gobierno, al que acusan de "romper con el consenso político contra el terrorismo en España". A su juicio, el acercamiento de presos "es un mero intercambio de favores políticos con sus socios de Gobierno y solamente busca el objetivo de mantener a los miembros del Ejecutivo en el sillón, aún cuando el precio para ello sea pisotear la memoria de las víctimas de ETA". 

Volver a la calle

Las organizaciones más ultras de las Fuerzas de Seguridad del Estado han agitado estos mensajes mientras intentan reactivar a sus bases de cara a una nueva movilización. El próximo 24 de septiembre, Jupol y Jucil tirarán del acuerdo firmado a principios de año con CSIF –la mayor central sindical de funcionarios a nivel del Estado– para realizar una movilización conjunta bajo la bandera de la equiparación salarial.

Los sectores más ultras de la Policía y de la Guardia Civil intentarán así recuperar su presencia en la calle, al tiempo que prometen un "otoño caliente". Ese discurso genera preocupación en ámbitos policiales que se han mantenido ajenos a ese proceso de radicalización que ha llevado a Jupol y Jucil a convertirse en las fuerzas más votadas en las elecciones a los consejos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, respectivamente.

"Se han ido al extremo. Rompieron con un discurso diplomático de anteriores sindicatos mayoritarios, que buscaban no tensar mucho la cuerda", recordaron. En la retina de esos sectores más moderados están las imágenes del Rodea al Congreso que Jusapol protagonizó en marzo de 2020. "Ha sido lo nunca visto en un país democrático", señalaron. 

En el fondo de esos ataques contra el Gobierno y del intento de volver a protagonizar manifestaciones hay una cuestión de peso interno: cómo hacer frente a la competencia del sindicato EYA (Equiparación Ya) que lidera el policía Natán Espinosa, uno de los fundadores de Jusapol.

"Tienen miedo de que se lleven afiliados y están tratando de movilizar a las bases, pero les está costando", cuenta a Público un veterano policía que sigue de cerca estos acontecimientos. De hecho, la percepción que existe hoy en sectores más moderados es que Jusapol es capaz de movilizar "a civiles de derecha y extrema derecha, pero entre los miembros de ambos cuerpos ya no tienen la misma capacidad que al comienzo". El próximo día 24, los "duros" intentarán recuperar en las calles esa fuerza que hoy parece tambalear. 

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