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Así son los sindicatos policiales ultras que orbitan alrededor de Vox y que se oponen a la reforma de la 'ley mordaza'

El sector ultraderechista de los cuerpos policiales del Estado, vertebrado alrededor de la asociación Justicia Salarial Policial (Jusapol) y de sus dos sindicatos, Jupol y Jucil, copia la estrategia de crispación del partido de Abascal.

Manifestación contra la ley mordaza
Varias personas sostienen una pancarta donde se lee "No a esta reforma" frente al Congreso de los Diputados, en una manifestación contra la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana convocada por Jusapol y sus dos sindicatos en noviembre de 2021. Ricardo Rubio / EUROPA PRESS

Las reticencias del PSOE a retocar las cuestiones que afectan a la arbitrariedad policial en la polémica Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana, conocida como ley mordaza, ha estancado las negociaciones para su reforma. Los socialistas se resisten a reformular uno de los aspectos más lesivos de la ley mordaza, el que da mayor valor probatorio a las denuncias de las Fuerzas de Seguridad que a la de los ciudadanos. La palabra del agente seguirá teniendo así más peso que la del afectado, algo que rompe el principio de igualdad procesal.

El resto de partidos que negocian la reforma de la ley mordaza sospechan que detrás de la negativa del PSOE se esconde su temor a una furibunda reacción del sector ultraderechista de los cuerpos policiales, vertebrado alrededor de la asociación Justicia Salarial Policial (Jusapol) y de sus dos marcas electorales, el sindicato Justicia Policial (Jupol), en la Policía Nacional, y la asociación Justicia para la Guardia Civil (Jucil), en la Benemérita.

Jupol y Jucil son mayoritarios en la Policía Nacional y en la Guardia Civil pese a que apenas cuentan con cuatro años de vida. Ganaron las elecciones sindicales de la Policía en 2019 y de la Guardia Civil en 2021. Todo un éxito para Jusapol, que nació en 2017 impulsada a la sombra de Ciudadanos, como informó en exclusiva Público en su momento, pero que pronto entró en la órbita de Vox, el partido ultraderechista al que los dirigentes de Jusapol, Jupol y Jucil copian la estrategia de bulos, falsedades y crispación.

Jusapol surgió al calor de la reivindicación de la equiparación salarial de los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil con los Mossos d'Esquadra. Desde su nacimiento, Jusapol y sus marcas asociadas han optado por una estrategia de confrontación con el resto de sindicatos policiales. Éstos acusan a Jusapol, Jupol y Jucil de populistas y de instigar el enfrentamiento con otros agentes. Jupol y Jucil, ahora mayoritarios en el Consejo de la Policía Nacional y en el de la Guardia Civil, se oponen al acuerdo de equiparación salarial que los sindicatos tradicionales cerraron en marzo 2018 con Juan Ignacio Zoido, entonces ministro del Interior del PP.

Su meteórico crecimiento ha estado acompañado por manifestaciones callejeras, denuncias en los tribunales y un agresivo discurso contra el Gobierno, algo inusual en el mundo asociativo de los cuerpos policiales. Con la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa y posteriormente con la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno, sus soflamas contra el Ejecutivo de coalición se han multiplicado en las redes sociales. En el Congreso han encontrado un altavoz en Vox. Santiago Abascal ha subido varias veces a a la tribuna a defender lo mismo que postulan los sindicatos y asociaciones policiales ultras: rechazo del acuerdo de marzo de 2018 y "una equiparación salarial real" con los Mossos.

Sin embargo, las tres organizaciones ultras rechazan cualquier vinculación con Vox. Jusapol, Jupol y Jucial se declaran apolíticas aunque algunos de sus miembros han expresado públicamente su simpatía por el partido de Santiago Abascal. La realidad, sin embargo, demuestra todo lo contrario: en sus multitudinarias manifestaciones ha sido habitual la presencia de dirigentes de Vox y abundan sus soflamas incendiarias contra el Gobierno en las redes sociales.

Una de las concentraciones más recordadas tuvo lugar el 3 de marzo de 2020, poco días antes de la declaración del estado de alarma por la pandemia, cuando miles de policías y guardias civiles se congregaron ante el Congreso, muchos de ellos con máscaras de Anonymous. Centenares de ellos se saltaron el cordón policial establecido por sus compañeros de servicio y se plantaron en la mismísima puerta de los leones en una manifestación en la que hubo mucha tensión.

También hubo tensión y consignas contra el Gobierno de Sánchez en su última gran manifestación contra la reforma de la ley mordaza en noviembre de 2021. En ese sentido, Jusapol y sus dos organizaciones satélites comparten su rechazo a cualquier modificación legislativa con los sindicatos tradicionales. Pero los ultras van por libre. De hecho, las tres organizaciones ultras han seguido convocando protestas, algunas de ellas ante la sede del Ministerio del Interior, y siempre con un duro argumentario contra el Gobierno.

Tampoco es oro todo lo que reluce. Jupol también ha sufrido una grave crisis interna. En junio de 2021 fue cesado el secretario general de la organización, José María García, tras detectarse irregularidades en sus gastos. Aquello provocó un cisma interno que el paso del tiempo no ha terminado de cicatrizar. La elección de un nuevo secretario general está recurrida en los tribunales. Pese a ello, el discurso ultraderechista de Jusapol, Jupol y Jucil ha ido radicalizándose, hasta el punto de que el PSOE prefiere evitar la confrontación.

Tras la publicación de este artículo el pasado 5 de junio, el secretario general de Jucil, Ernesto Vilariño, ha enviado a Público una nota en defensa de su derecho de rectificación en la que básicamente afirma dos cosas: primera, que Jucil "no es un sindicato, sino una asociación profesional que lucha por la equiparación salarial de los guardias civiles con los cuerpos policiales autonómicos"; segunda, que "Jucil es una asociación profesional independiente de cualquier formación o credo político".

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