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El PSOE se prepara para una negociación exprés y a varias bandas de la amnistía

En Ferraz insisten en que, por el momento, solo se ha "dibujado el tablero y colocado las fichas" y que la negociación no empezará hasta que Feijóo haya intentado su propia investidura.

Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante la presentación de la propuesta estratégica de la Presidencia española de la UE, el 15 de septiembre. Ricardo Rubio / Europa Press

"Se ha dibujado el tablero y se están colocando las fichas". Es lo que apuntan en Ferraz en relación a las negociaciones para una posible Ley de Amnistía. El PSOE, eso sí, quiere esperar al debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo, por lo que todavía no habrían empezado las negociaciones como tal. Sin embargo, una vez se materialice el previsible fracaso popular, Sánchez acelerará la marcha. La intención de los socialistas es no agotar los plazos hasta finales de noviembre.

Prefieren ir a la investidura antes, aunque todavía no se habla de fechas concretas. Primero tiene que llevarse a cabo una negociación, cuyo principal eslabón, como ya se ha escrito, será la amnistía. Fuentes cercanas a la dirección del PSOE, en conversación con Público, perfilan esas conversaciones como una "partida multijugador". Dicho de otro modo: serán unas negociaciones poliédricas, con varios frentes.

No podría ser de otro modo. La Ley de Amnistía —o el nombre que termine tomando— no es como los indultos, que los concede el Gobierno como una medida de gracia, sino que precisa de una mayoría parlamentaria, tal y como exponen otras voces del entorno socialista. Por eso, previsiblemente tomarán parte de las negociaciones aquellos actores necesarios para el acuerdo político allane el camino a la ley.

De todos modos, falta todavía mucho para llegar a esa pantalla. En caso de alcanzarse el acuerdo en esas negociaciones, las fuentes consultadas apuntan a que lo que contemplaría sería un compromiso por parte del PSOE para promover esa amnistía, aunque los procesos legislativos no se llevarían a cabo antes de un eventual debate de investidura de Pedro Sánchez

En lo que también coinciden todas las fuentes es en que la única vía que contempla el partido para lograr reeditar un Gobierno de coalición es el "sí" de JxCat (y de los partidos del bloque progresista). No se exploraría, por tanto, un eventual apoyo de Coalición Canaria para que a la formación que lidera Puigdemont le bastara con una abstención. Público avanzó cuáles son las exigencias de esa 'vía canaria', pero el PSOE no estaría interesado en sondear esas aguas.

Más allá del acuerdo político

En el entorno del PSOE existe la convicción de que casi tan importante como el acuerdo político de la amnistía —que la haya o que no— son las bases sobre las que se cimienta, a quién le afecta y cómo se expone a la ciudadanía. Por eso las fuentes consultadas enfatizan la importancia de que el texto que eventualmente terminará sometiéndose al veredicto del Parlamento, en caso de que finalmente se llegue a un acuerdo, no lo redactarán únicamente los partidos independentistas, sino que el PSOE participará directamente en ello. "No solo Sánchez está interesado en que haya investidura, también JxCat", argumentan.

Los dos máximos líderes independentistas —Oriol Junqueras y Carles Puigdemont— se han referido al Partido Socialista, cada uno a su manera, durante los últimos días. El primero, para decir que da la amnistía por descontada porque "la incluía el acuerdo para la Mesa del Congreso". Miguel Iceta, eso sí, lo desmintió: "En ese papel dice lo que dice", zanjó. El segundo, Puigdemont, elogió enérgicamente a otro ministro, en este caso, a José Manuel Albares. "Me consta el trabajo que realizó", publicó en la red social X, en lo referente a la inclusión del catalán en las instituciones de la Unión Europea.

El endiablado octubre

Es parte del "tablero" del que hablan en Ferraz y que servirá jugar la partida de una eventual investidura de Sánchez, una vez que fracase, salvo monumental sorpresa, la de Feijóo, que tendrá lugar los días 26, 27 y 29 de septiembre. Tras el intento popular, nueva ronda de consultas del rey Felipe VI; la previsible elección de Sánchez como candidato y la nueva fecha para el —también nuevo— debate de investidura.

El PSOE no quiere agotar los plazos. No quiere irse a finales de noviembre. Sin embargo, tampoco parecen ideales —así lo expresan fuentes del entorno socialista a Público— las dos primeras semanas de octubre. El 1 y el 3 son fechas señaladas para el independentismo. El día 8, Societat Civil Catalana ha organizado un acto contra la amnistía en Barcelona al que asistirá, entre otras figuras, Isabel Díaz Ayuso. Y el 12 de octubre es la Fiesta Nacional, con las tensiones entre bloques que la rodean desde ya hace años.

Además, la negociación, por mucho que el PSOE la pretenda exprés, necesitará su tiempo, máxime teniendo en cuenta que todavía se encuadra, estableciendo el paralelismo, en aquello que Puigdemont denominó, en otro tuit, "los diálogos previos".

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