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Referéndum Catalunya El 1-O vuelve a separar a PSOE y Unidos Podemos

El PSC y todas las federaciones apoyan a Sánchez y rechazan un referéndum sobre la independencia, que garantizan nunca será moneda de cambio para una moción de censura. Las fuerzas del grupo parlamentario del partido de Pablo Iglesias cierran filas en su defensa del referéndum pactado y reprochan al PSOE su acercamiento al PP.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en una foto de archivo. / EFE

El referéndum del 1 de octubre parece que vuelve a enfriar las relaciones entre el PSOE y Podemos y, con ello, a alejar una hipotética moción de censura o una acción conjunta más contundente entre ambas formaciones.

La línea roja que separa fundamentalmente a ambos partidos es que el PSOE “jamás” apoyará un referéndum sobre la independencia de Catalunya, ni pactará que se pueda trocear la soberanía de España. Aunque el portavoz socialista, Óscar Puente, indicó el lunes que ésta era la posición del PSOE “de momento”, desde Ferraz se apresuraron a explicar que era la posición definitiva e inamovible del partido, por lo que no cabía la posibilidad propuesta por la formación morada de buscar un referéndum pactado para decidir sobre la independencia de Catalunya.

El PSOE, además, no contempla en modo alguno presentar una moción de censura utilizando como moneda de cambio la posibilidad de la celebración del referéndum por la independencia. “En este caso, hay que volver a repetir que no es no”, indicó un miembro de la dirección del partido. Por ello, el PSOE no acogió de buen agrado la propuesta del lunes del grupo parlamentario del partido morado, IU y las confluencias, Unidos Podemos, aunque tiende los puentes para debatirla y buscar otras soluciones políticas dentro del marco de la comisión del modelo territorial propuesta por los socialistas.

PSOE: moción de censura con referéndum fuera

El PSOE cree que, más allá del referéndum independentista, puede haber muchos puntos de encuentro con Podemos en el modelo territorial y en el encaje de Catalunya en España, como los relativos a materia judicial, fiscal, de reconocimiento identitario o de nuevas competencias. Todo ello está dispuesto a abordarlo el PSOE, según dicen, desde posiciones valientes y muy alejadas del centralismo que propugna mantener el Partido Popular. En este sentido, indicó que si hay voluntad de entendimiento con Podemos y los partidos catalanes, se pueden dar avances muy sustanciales en determinadas materias.

Si esto se acordara, dejando al margen el referéndum independentista, el PSOE sí estaría dispuesto a dar el paso de presentar una moción de censura siempre y cuando salieran los números. No obstante, el Partido Socialista quiere seguir apostando por el entendimiento con Podemos y quiere buscar los puntos de encuentro, dejando claras algunas diferencias que consideran insuperables, “y no sólo de momento”, insisten. En esta línea están, casi sin matices, todas federaciones socialistas y el PSC, que respaldan el posicionamiento de Sánchez ante esta propuesta.

Así, el presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page afirmó a Público que da su pleno respaldo -“Al cien por cien”- a Pedro Sánchez y a la dirección federal en su respuesta a la iniciativa de Podemos. “Ni se dan los números para una moción de censura, ni la vamos a presentar a cambio de trocear la soberanía nacional”, afirmó. Además, García-Page mantiene que el PSOE nunca se posicionará a favor de un referéndum pactado para decidir sobre la independencia de Catalunya.

En la misma línea, aunque con algún matiz polémico, se expresó el alcalde de Soto del Real y candidato a la Secretaría General del Partido Socialista de Madrid (PSM), Juan Lobato, quien manifestó su rotunda oposición a cualquier referéndum en el que se decida sobre la independencia de Catalunya. “El PSOE nunca va a estar en eso”, indicó.

Lobato explicó que es partidario de buscar una salida política, donde se deje claro el reconocimiento de los derechos identitarios catalanes, pero que garantice la igualdad entre españoles con unas normas de juego claras y precisas en cuanto a competencias y funciones. El dirigente madrileño señaló que en ese campo de juego sí es posible el entendimiento y llegó a afirmar: “Y yo no tendría ningún inconveniente que se reconociera a Catalunya como nación, siempre dentro de España y dejando claro el nivel de autogobierno”, indicó.

En esta ocasión, también hay plena coincidencia del PSC con la dirección federal y los barones socialistas. Así, fuentes de los socialistas catalanes aseguraron que no apoyan una consulta en el que se decida la separación de España y ni un supuesto apoyo a una hipotética moción de censura para desalojar a Mariano Rajoy del Gobierno les hará cambiar de opinión. “El PSC no va a apoyar un referéndum de autodeterminación y esta posición no es negociable por una moción de censura”, afirmó un portavoz autorizado del partido. “Nada que se plantee como ruptura contará con el apoyo del PSC”, añadió.

UP: referéndum pactado como única solución

Y mientras el PSOE cierra filas en torno al rechazo a cualquier referéndum en Catalunya, todas las fuerzas que integran el grupo confederal Unidos Podemos - En Comú Podem - En Marea reivindican esta opción como única vía para solventar un problema político que lleva años coleando. Se muestran también unidas en la defensa de la propuesta que presentaron el lunes, que pasa por convocar una asamblea extraordinaria de cargos electos que “visibilice” –en palabras del diputado Íñigo Errejón el martes- el respaldo de cientos de alcaldes y concejales, diputados europeos, estatales y autonómicos a una alternativa al choque de trenes.

“Nosotros vamos a defender una vía de diálogo, otros no están poniendo los medios”, afirma un dirigente de Podemos a Público. Y si el líder del partido morado, Pablo Iglesias, presumía del éxito de esta iniciativa el martes, IU y las confluencias adoptaban la misma línea, reforzando la idea de que este no es un posicionamiento de corto o de medio plazo. Fuentes de En Comú Podem aseguran a este diario que, con la iniciativa de la Asamblea de parlamentarios, “se ha conseguido aislar y acorralar al Partido Popular en el siglo pasado”.

Yolanda Díaz, diputada y portavoz de En Marea, celebra que la confluencia gallega sea “partícipe de una iniciativa histórica”, y se suma al respaldo a un referéndum pactado como única salida posible a esta situación. “Después de siete años con el pueblo catalán diciendo que quieren votar, el PP tiene que dejar de hacer partidismo con esta cuestión”, explica también a Público. Por el momento, el Bloque Nacionalista Galego (BNG) ha acogido de buen grado esta asamblea, apunta.

Por su parte, Alberto Garzón, coordinador federal de IU, incide en que “cualquier alternativa política-social de izquierdas” pasa por comprender que “en Catalunya hay un problema político”, y que “un 80% de los catalanes quieren celebrar un referéndum”. Y aquí vuelven a la inevitable fricción con el PSOE.

Decepción: un PSOE de nuevo cercano al PP

El líder de Podemos acusaba este martes al PSOE de preferir “estar cerca del PP" en lo que respecta a Catalunya y el diagnóstico es compartido en el grupo confederal. Si bien los portavoces mantienen cierta cautela y no entran a valorar públicamente si éste y otros posicionamientos de los socialistas dificultan aún más el acuerdo para una hipotética moción de censura a Rajoy, en privado expresan sin reservas su descontento con la línea adoptada por la formación de Pedro Sánchez. Podemos y las confluencias buscaban con su iniciativa que el PSOE se definiera, y hoy presionan para que se aleje de las tesis de PP y C’s y se aproxime a las suyas.

En este sentido, Garzón alude a un “problema de enquistamiento” en la postura de los socialistas: “La posición del PSOE es errónea, porque están dejando de pensar en el futuro. Un futuro que va a pasar por aceptar que hay un problema en Catalunya y que necesita soluciones políticas”. “Es una lástima que el PSOE, con esta posición pública, se aproxime más a las formas y contenidos del PP que a una alternativa razonable que hable de federalismo y de entender el problema catalán”, abunda. En la misma línea se expresa Díaz, que afirma que el PSOE “tiene que entender que hay un problema de democracia en Catalunya”.

Por su parte, desde En Comú, piden a Pedro Sánchez que defina su postura y pase “de las palabras a los hechos”: “No se puede hablar durante el día de plurinacionalidad y luego por la noche coquetear con el artículo 155”, sostienen, reprochando al PSOE su “apoyo cómplice” al PP a la hora de originar esta situación en Catalunya. “Dudamos de que lo que creó el problema ahora forme parte de la solución”, apostillan.

Más allá de su lectura del momento actual, o del relato que sustenta su posición de grises –sin encuadrarse en el blanco o en el negro, en palabras de Iglesias, en el polarizado panorama político catalán-, en Unidos Podemos entienden que el PP está vulnerando derechos fundamentales aprovechando la situación en Catalunya, y esto refuerza su tesis de que hay que echar a Rajoy de La Moncloa vía moción de censura.

“El hecho de que cualquiera de nosotras, por el simple hecho de ser diferentes, podamos acabar detenidas, desde luego nos coloca auténticamente en un estado de excepción", afirmaba este martes Díaz, a su entrada en la Junta de Portavoces. "Ante el agravio de libertades públicas y derechos fundamentales, nos gustaría que el Partido Socialista estuviese del lado de la legalidad, y la legalidad es incompatible con el PP. No es cierto que el PP esté defendiendo los derechos fundamentales y la Constitución”, apunta la portavoz de En Marea a este medio. E insiste, además, en que “gozando de una mayoría alternativa al PP, es una pena que siga gobernando el partido más corrupto de Europa”.

Pero si la brecha entre PSOE y Unidos Podemos se agranda, ni siquiera en el autodenominado (y excluyendo expresamente a Unidos Podemos) "bloque constitucionalista" se mantienen las costuras intactas frente a Catalunya y la convocatoria del referéndum del 1 de octubre, como se evidenció ayer en el Congreso de los Diputados durante la votación de una PNL de Ciudadanos para apoyar al Gobierno del PP, una división que, además alcanzó su máxima expresión en la ruptura de la disciplina de voto en el Grupo Socialista, con cuatro votos en contra de lo pactado por los diputados del PSOE.

Una vez más, el que sigue unido y conforme frente a la oposición es el PP en su estrategia judicial.

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