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El aumento de la pobreza alimentaria: "Al poco de llegar a España, el dinero se acaba y no tenemos familia ni amigos aquí"

Aún hay 1,2 millones de personas que necesitan ayuda para cubrir sus necesidades básicas de alimentación. Para paliar esta situación, la Fundación La Caixa colabora con los bancos de alimentos para repartir productos a las familias afectadas.

Un par de mujeres organizan los productos que se repartirán en el Banc dels Aliments de Barcelona
Un par de mujeres organizan los productos que se repartirán en el Banc dels Aliments de Barcelona. David Campus / Fundación la Caixa

"Mi novia y yo nos vimos obligados a venir a España. Teníamos la ilusión de conseguir un mejor futuro aquí, puesto que la situación no está nada bien en Latinoamérica". Quien habla es Yalbert Tellez, un joven de 19 años que viajó desde Venezuela a Madrid con su pareja, Estefany Carrero, de 21 años. Sin embargo, sus planes se truncaron demasiado pronto.

"Nuestra llegada fue un poco difícil. Después de unos días, el dinero se acaba. No tenemos familia ni amigos aquí. Nos vimos en bastantes apuros", explica. Comenzaron entonces un peregrinaje de un lado para otro en busca de algo para comer y de una vivienda. Sin embargo, nunca lograron una ayuda directa, por lo que tuvieron que recurrir a los productos que se recolectan en el Banco de Alimentos de Madrid

La historia de Yalbert y Estefany no es anecdótica en España. La Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) alerta de que la pobreza alimentaria sigue cronificándose en España en 2023. Según sus estudios, todavía hay más de 1,2 millones de personas que necesitan ayuda para cubrir sus necesidades básicas de alimentación.

Además, las cifras recogidas por el Banco de Alimentos de Madrid apuntan a este crecimiento, con un aumento trimestral del número de beneficiarios del 2,6%, con 164.464 personas atendidas. Por su parte, en el Banc dels Aliments de Barcelona el alza es algo menor, del 0,7 %, con 138.103 usuarios que acuden a sus productos para poder comer.

Para atajar esta situación, organizaciones como la Asociación Nazaret trabajan desde el madrileño distrito de San Blas-Canillejas. Con la ayuda de empresas como la Fundación La Caixa, ayudan a alrededor de 600 familias que les derivan desde los servicios sociales. En concreto, son unas 1.800 personas, de entre las cuales alrededor de 700 son menores de edad. 

"Esta situación se debe a la gran falta de trabajo, sobre todo, para la gente joven, la guerra en Ucrania, la inflación que ha provocado que los sueldos no cubran las necesidades básicas...", explica Ana Trincado, la coordinadora de reparto de alimentos de la Asociación Nazaret.

"Nosotros siempre buscamos conseguir la ayuda de empresas y asociaciones para poder sostener a quien viene a nuestras instalaciones. Hay algunas compañías, como la Fundación La Caixa, que son muy proactivas a la hora de buscar a quién entregar estas ayudas. Eso es algo que se agradece mucho", relata.

En la Fundación La Caixa llevan desde el año 2020 con el programa Ningún hogar sin alimentos. Hasta entonces, tenían acciones puntuales contra la pobreza y, debido a la crisis que provocó la pandemia, la ayuda creció. 

"La pandemia se alargó y lo agudizó todo: remató a los que estaban mal y los que iban justos ahora van a los bancos de alimentos para poder comer. Enlazamos con la guerra, luego llegó la inflación y esto no mejora", afirma Joana Prats, directora del Área de Relaciones con Entidades Sociales de la Fundación la Caixa.

"Tenemos que poder asegurar que todo el mundo tiene un plato en la mesa", asegura de manera tajante. Para ello, desde la Fundación la Caixa colaboran con Caixabank para que "a través de los cajeros y de otras vías, cualquiera que quiera donar pueda hacerlo", narra.

Esa ayuda de la entidad, que desde 2020 asciende a un millón de euros, sirve para proveer de productos a los bancos de alimentos, que, a su vez, abastecen a organizaciones como la Asociación Nazaret, que son quienes tienen el contacto más directo con las familias que lo necesitan.

"Es una asociación espectacular. No solo nos dan alimentos, sino que nos hacen sentir bien, te escuchan, de dan conversación, sientes su gran empatía...", explica Yalbert, una ayuda que te permite tejer una red que te arropa cuando no tienes a tus seres queridos cerca.

"Ahora, tenemos fe en que, pese a que todos los inicios son duros, esto va a pasar y la situación irá a mejor", cuenta aliviado. Ayuda y esperanza para alcanzar ese sueño de construir un futuro mejor lejos de su hogar.​

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