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Neymar viajó a Arabia Saudí en un lujoso Boeing 747 que contamina 32 veces más que una persona en un año

El jugador de fútbol brasileño ha viajado solo en un avión de 344 plazas y ha generado 230.000 kg de emisiones de CO2. Podía haber optado por un método menos contaminante pero se entregó a la ostentación en plena emergencia climática.

Neymar junto al Boing 747, el Jumbo Jet en el que ha llegado a Arabia Saudí
Neymar junto al Boing 747, el Jumbo Jet en el que ha llegado a Arabia Saudí. AL HILAL MEDIA OFFICE / REUTERS

El martes pasado se confirmaba el fichaje de Neymar por el club de fútbol Al Hilal, de Arabia Saudí. El brasileño se ha convertido en el fichaje más caro de la historia de la liga saudí: 98 millones de dólares. Este viernes, el futbolista aterrizaba en Riad, ciudad de su nuevo club.

 La llegada del brasileño no pasó desaparecida ya que aterrizó en un avión de la flota real del príncipe Al-Waleed bin Talal. Neymar ha llegado a Arabia Saudí en un Boeing 747 en el que él era el único pasajero, además de la tripulación.

El viaje le ha costado al medioambiente 230.000 kg de emisiones de CO2 a la atmósfera

El viaje le ha costado al medioambiente 230.000 kg de emisiones de CO2 a la atmósfera, cifra 32 veces superior a lo que emite cualquier persona al año, que ronda los 7.000 kg. Así lo ha representado Alejandro Cencerrado, físico y estadístico especializado en análisis de datos, en su cuenta de Twitter. 

Además, Cencerrado ha querido exponer con diferentes ejemplos lo que supone el viaje que ha hecho Neymar en el Boeing 747 para el planeta.

A diferencia de la tradición de utilizar jets privados, el futbolista ha optado por una alternativa mucho más lujosa: un Jumbo Jet. Si Neymar hubiese decidido ir en jet privado, habría emitido 12.000 kg de CO2, 20 veces menos que en el Boeing 747, según ha señalado también Cencerrado en redes sociales. Aún así, las emisiones contaminantes siguen siendo mucho más elevadas que las generadas por un avión comercial.

El club utilizó este avión para demostrar su poder económico

El Al-Hilal Saudi Football Club utilizó este avión para demostrar su poder económico, así como la trascendencia que ha cobrado la llegada de Neymar para el fútbol saudí. El club es financiado en parte por el fondo de inversión soberano de Arabia Saudí, que está conectado con el príncipe Al Waleed bin Talal Al Saud, propietario del avión.

Concretamente, el avión en el que ha viajado Neymar es un Boeing 747-400, anteriormente operado por Air China y que, en realidad, tiene capacidad para 344 pasajeros distribuidos en asientos para tres clases diferentes. La nave no escatima en lujos y ostenta un valor de unos 500 millones de euros.

Hay casi seis horas de vuelo entre París, ciudad desde la que Neymar fue trasladado, hasta Riad. Cada hora de vuelo de este avión tiene un coste de 23.000 euros, que se suma al ya mencionado coste medioambiental.

Reincidente medioambiental

Este hecho ha sacado a relucir su afición por los lujos sin importar nada más. De hecho, el futbolista se enfrenta a acusaciones en Brasil por violaciones ambientales relacionadas con construcciones en su propiedad.

Neymar fue multado con más de tres millones de euros por la construcción de un lago artificial en su mansión en las afueras de Río de Janeiro (Brasil) sin respetar las leyes medioambientales pertinentes.

Se detectaron decenas de infracciones, como el desvío de cursos de agua o la extracción no autorizada de agua de los ríos en la lujosa propiedad de Neymar.

Preocupación por el impacto de los jets privados

El uso de aviones privados es una preocupación creciente debido a su impacto medioambiental, siendo responsable de una gran parte de las emisiones de CO2 de la aviación. Aunque los aviones privados representan solo una pequeña fracción de los vuelos, generan entre cinco y 14 veces más emisiones por pasajero que los aviones comerciales.

Además, según un informe elaborado por Institue for Policy Studies, por vuelo, los jets privados generan alrededor del 2% de los impuestos y tasas de vuelos. Esto se traduce en que los pasajeros propietarios de aviones privados no contribuyen al mantenimiento del sistema de control del tráfico aéreo ni de los aeropuertos.

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