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Toneladas de cáñamo en la zona de cultivo de tabaco en Extremadura, donde Vox gestionará el mundo rural

La Compañía Española de Tabaco en Rama y el Gobierno extremeño saliente han promovido un proyecto de cultivo rotativo con el que se van a recolectar 28.000 kilos de cannabis para uso industrial.

Cultivos de cáñamo industrial en las zonas tabaqueras de Campo Arañuelo y La Vera, en Cáceres, Extremadura. Imagen cedida por Cicytex.
Cultivos de cáñamo industrial en las zonas tabaqueras de Campo Arañuelo y La Vera, en Cáceres, Extremadura. Imagen cedida por Cicytex.

En Extremadura se está llevando a cabo un proyecto pionero de cultivo rotativo y transformación de cáñamo industrial en las principales zonas de plantación de tabaco.

El Gobierno extremeño, la Compañía Española de Tabaco en Rama (Cetarsa) y otras entidades colaboran en esta experiencia, en cuyo camino puede cruzarse ahora Vox, formación que rechazó en el Congreso la regulación del cáñamo y que, tras el acuerdo de gobierno con el PP, se hará cargo de la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural de esa comunidad.

El proyecto se puso en marcha el pasado mes de abril con la plantación de cannabis no psicoactivo, destinado a uso industrial, en dos terrenos de unas dos hectáreas cada uno situados en las comarcas de Campo Arañuelo y La Vera, en la provincia de Cáceres, donde se concentra gran parte del cultivo del tabaco en Extremadura, la comunidad que concentra más del 95% de la producción de esta planta en España.

La cosecha de esa plantación experimental, que se prevé recoger en las próximas semanas, se estima inicialmente en unas 28 toneladas de cáñamo, que serán destinadas a la producción de fibra para el sector de la construcción, la industria del papel y la automoción, fundamentalmente.

Así se lo ha detallado a Público el director del Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario Extremadura (Ctaex), José Luis Llerena, una de las entidades que colabora en el proyecto y que es la que gestiona el Polo Tecnológico del Cáñamo en esa comunidad.

El director general de Política Agraria Común (PAC) de la Junta de Extremadura, Javier Gonzalo, ya recalcó en el mes de marzo, durante la presentación el proyecto, que la cosecha se haría antes de que brotase la flor del cannabis, que es la que contiene el componente psicoactivo (THC), para evitar así cualquier problema legal con su uso.

Cetarsa, compañía que forma parte de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI), ha anunciado que ya ha empezado a adecuar la maquinaria y preparar la estructura de su planta de Navalmoral de la Mata, en la provincia de Cáceres, para que se convierta en un "referente" en la transformación del cáñamo industrial en España.

A esa planta es a la que se llevará la cosecha de las dos fincas en las que se ha puesto en marcha un proyecto para un cultivo que se pretende sea complementario y rotativo con el del tabaco, nunca sustitutorio.

La Junta en funciones publica una orden sobre el cáñamo

La Junta de Extremadura, a pesar de estar su gobierno en funciones hasta que María Guardiola, del PP, tome posesión como presidenta este lunes, publicó la semana pasada en el Diario Oficial de la comunidad una orden de la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio en la que se somete a consulta pública la presentación de sugerencias en relación a la norma técnica específica de producción integrada del cultivo de cáñamo industrial en la región.

Según la orden de la Administración extremeña, el cultivo del cáñamo presenta particularidades agronómicas y fitosanitarias, así como requisitos propios en su manipulación, que hacen necesaria la elaboración de una norma técnica específica.

El cáñamo, una nueva alternativa en zonas de Extremadura en las que se hace necesario diversificar cultivos

"Además, se trata de un cultivo que se plantea como una nueva alternativa en zonas de Extremadura en las que se hace necesario diversificar cultivos" y que ya se ha empezado a "implantar en esta campaña", se añade en la resolución publicada el pasado 4 de julio en el Diario Oficial de la comunidad.

José Luis Llerena considera que la publicación de esta orden transmite seguridad a los agricultores y productores que quieran cultivar cáñamo en Extremadura. "Esto ayuda a mantener la gran esperanza que representa el cáñamo como parte de las distintas rotaciones del cultivo del tabaco que contribuirán a evitar el agotamiento de nutrientes y las plagas", explica el responsable del Ctaex.

El Polo Tecnológico del Cáñamo sostiene que la plantación de cannabis puede traer consigo grandes beneficios medioambientales para la comunidad extremeña, además de los meramente económicos: el cultivo rotativo con el tabaco -señala- ayudará a mejorar la calidad de los suelos y contribuirá a la reducción de emisiones de CO2, a la lucha contra la deforestación por la obtención de papel sin necesidad de talar árboles o a la obtención de una fibra alternativa a los plásticos.

El proyecto que se lleva a cabo en La Vera y Campo Arañuelo no es el único que se está realizando en Extremadura con el cannabis de uso industrial. La empresa Euro Hemp Industries ha plantado una finca de 100 hectáreas del municipio de Malpartida de Plasencia con cáñamo para destinarlo a producción de semillas, harinas y aceites, principalmente, un ensayo en el que también colabora Ctaex.

Queda por ver ahora si tendrá alguna incidencia en todos estos proyectos el cambio de color político que se ha producido en la Junta de Extremadura tras las elecciones del pasado 28 de mayo.

Vox se hará cargo de la Conserjería de Gestión Forestal y Mundo Rural

El gobierno del PSOE, que mostró su apoyo a diversas iniciativas para promocionar el cultivo y la producción del cáñamo en esta comunidad autónoma, va a ser sustituido por un Ejecutivo de coalición entre PP y Vox, tras el acuerdo que alcanzaron ambas fuerzas para hacer presidenta a María Guardiola, que este viernes fue investida por el parlamento autonómico.

En virtud de ese acuerdo, la formación de ultraderecha se hará cargo de la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural, que asumirá las competencias de infraestructuras rurales, control de incendios, patrimonio natural, caza, pesca y toros, mientras que las puramente de agricultura serán gestionadas por el PP en otro departamento del gobierno extremeño.

El rechazo de Vox en el Congreso a la regulación del cáñamo

La única posición que se conoce de Vox sobre el cáñamo es la que mantuvo en la Comisión de Agricultura del Congreso de los Diputados el pasado mes de marzo, cuando votó en contra de una proposición no de ley para promover la regulación del uso del cannabis con fines industriales, presentada por los grupos de ERC, EH Bildu y Unidas Podemos, y que fue aprobada con una enmienda del PSOE.

Para explicar la posición contraria de la formación ultraderechista, el diputado Francisco José Alcaraz se limitó a decir lo siguiente: "ahora me encuentro con esta PNL, que viene de los comunistas separatistas, pero curiosamente también de un grupo que es representado y que representa a los terroristas que asesinaron a mi familia". 

Vox y PP votaron en contra de la propuesta de regulación del cáñamo

"Por lo tanto, ese interés que tienen a favor de los agricultores, como pone en su exposición, es totalmente falso y por eso no voy a entrar a valorar su PNL. A pesar de que está plagada de errores intencionados y hemos desarrollado siete puntos que desmontan totalmente esta falacia, en mi grupo no vamos a dar legitimidad política ni moral a nada que venga de Bildu", añadió.

El PP, que votó también en contra de la propuesta de regulación del cáñamo tras serle rechazada una enmienda, criticó duramente la presentación de la iniciativa.

"Señores de Podemos, de Bildu y del Grupo Republicano, son ustedes bastante contumaces, persisten en la legalización del cannabis, aunque es verdad que ahora lo disfrazan del denominado cáñamo industrial. Como la legalización del cannabis no coló, ahora lo intentan con algo similar, para ver si se puede abrir otra vía. Pues miren, no", dijo el diputado popular Sebastián Ledesma Martín.

Un cultivo que ha crecido mucho en España

El cultivo del cáñamo industrial ha aumentado considerablemente en España en los últimos años, tanto que la superficie acreditada, según el Fondo Español de Garantía Agraria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, se ha multiplicado por ocho en cinco años, superando las 500 hectáreas.

Sin embargo, el propio ministerio tuvo que emitir una nota informativa en 2021 para explicar a los agricultores las condiciones para la producción del cáñamo y advertirles de los ilícitos en los que puede incurrir debido al enorme lío legal que rodea a esta planta.

En otros países de Europa el cáñamo es ya un sector potente, con más de 50.000 hectáreas cultivadas en toda la UE

En esa nota, se advertía de que es preciso utilizar semillas de variedades inscritas en el catálogo de la UE, que tan solo se puede destinar el cultivo a la obtención de grano, fibra o semillas, y que las sumidades floridas -más conocidas como cogollos- son consideradas estupefacientes y, por tanto, no pueden utilizarse salvo que lo autorice expresamente la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

El Parlamento Europeo aprobó en octubre de 2020 aumentar del 0,2 al 0,3% el porcentaje de THC autorizado para el cáñamo industrial dentro de la reforma de la Política Agraria Común.

Pese a ello, en España la consideración de la psicoactividad de la planta sigue variando en función de la interpretación que haga de ella cada órgano judicial y tomando como referencia, en la mayoría de los casos, la nota informativa emitida por el Ministerio de Agricultura y la instrucción que hizo al respecto posteriormente la Fiscalía General del Estado.

En otros países de Europa, sin embargo, el cáñamo constituye ya un sector potente, con más de 50.000 hectáreas cultivadas en toda la UE y Francia situada a la cabeza, según la Asociación Europea del Cáñamo Industrial.

Esta organización asegura que el cultivo de cannabis logra una absorción de entre 9 y 13 toneladas de CO2 por hectárea, estabiliza la erosión, agrega nutrientes al suelo, elimina de forma natural los metales pesados, aumenta el rendimiento de cultivos posteriores y ahorra agua con un 75% menos de gasto hídrico que el algodón, por ejemplo.

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