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El turismo masivo explota en verano: en municipios como Salou, Calvià, Yaiza hay más visitantes que vecinos

En los principales destinos vacacionales del país la saturación turística oscila entre los dos y los 27 visitantes por cada cinco habitantes.

Chiringuitos y terrazas: ¿paraísos al aire libre o trampas para turistas?
Turistas en un chiringuito / Público.

España entra en el ecuador del verano y las cifras de visitas y ocupación hotelera llegan a su punto álgido. Viajeros nacionales e internacionales llenan las calles de los municipios más turísticos del país, algunos de los cuales llegan a sextuplicar a la población residente.

Es el caso de Salou (Tarragona), donde este junio a sus 29.000 vecinos censados se le sumaron 154.205 visitantes, según los datos de Medición del Turismo la Estadística experimental del INE. Es decir, que por cada cinco salouenses censados ha habido 27 turistas visitando la ciudad. Y eso en el mes de junio.

Público ha analizado el ratio de turistas por habitantes de los 25 destinos vacacionales favoritos de España. Salou es el municipio con una proporción entre turistas y habitantes censados más alta registrada. Tras este, despuntan Calvià (Illes Balears), con 24 turistas por cada cinco censados, y Yaiza (Lanzarote), con 21 cada cinco.

En general, son los municipios de la costa mediterránea, así como de las Islas Canarias, los que alcanzan tasas más altas de saturación turística. Muchos de ellos, como Benidorm (Alicante), Lloret de Mar (Girona), Torremolinos y Marbella (ambos en Málaga) fueron laboratorios turísticos impulsados por el franquismo a partir de los años 50 a partir de una fórmula similar: especulación inmobiliaria, atracción de divisas extranjeras y medio de propaganda hacia el exterior.

En los dos primeros, el total de visitantes en el mes de junio cuadruplicó al de los censados, mientras que en Torremolinos y Marbella duplicaron el total de vecinos residentes. En la ciudad de Málaga ha habido dos turistas por cada cinco habitantes.

También algunas ciudades del norte de la península, como Santiago de Compostela (Galicia) o las vascas Bilbao (Vizcaya) y Donostia (Gipuzkoa), perciben cómo aumenta la presión turística en época estival. En la ciudad de los peregrinos el número de visitantes prácticamente igualó al de censados: cuatro por cada cinco vecinos. Por otra parte, en las capitales vascas el ratio se reducía a tres y dos visitantes cada cinco censados.

Consecuencias del turismo masivo

El martes ocho de julio, el Ayuntamiento de Nerja (Málaga) tomó la decisión de cerrar el acceso al río Chillar por el riesgo de incendio. La masificación de uno de los ríos más visitados de la provincia andaluza venía desde hace varios años poniendo en riesgo la salud del paraje natural.

Por eso, grupos de ecologistas llevan tiempo alertando de la necesidad de reducir la presencia de turistas. La Junta de Andalucía había anunciado en junio que estaba estudiando una fórmula para limitar la afluencia de visitantes al río, pero la respuesta del consistorio se ha adelantado tajante a la resolución del Gobierno andaluz.

El turismo masivo tiene consecuencias de todo tipo en los lugares receptores de visitantes. Desde el deterioro de la biodiversidad a las transformaciones de las relaciones económicas y sociales de los municipios, que modifican los ecosistemas urbanos. La subida de los precios de los alquileres es uno de los síntomas más habituales de este fenómeno.

Además de Madrid y Barcelona, en las que a la presión turística se les suma su condición de gran ciudad, en municipios como Málaga y Palma de Mallorca la turistificación ha traído consigo un incremento de los precios del alquiler. Este fenómeno, común a todo el resto del territorio español, ha encontrado en algunos barrios de estas ciudades su máximo apogeo.

Así, en el centro de Málaga el precio del metro cuadrado del alquiler ha subido un 88,24% en diez años, mientras que en Palma de Mallorca ha sido un 93,3%, según los datos de Idealista.

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