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'Más allá del ladrillo', contra el "suicidio científico"

Jordi Évole viaja por España escuchando a científicos que han sufrido los recortes del Ejecutivo en investigación, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria

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Los recortes en I+D+i que el Gobierno y las Comunidades Autónomas han llevado a cabo con la crisis agravan la ya precaria condición de la inversión científica en España. En el último Salvados, Jordi Évole viaja por el país en busca de testimonios y alternativas a la burbuja inmobiliaria que estalló provocando la recesión económica actual, con la que el Ejecutivo justifica el recorte de un 25% en investigación y desarrollo. Un tijeretazo del que se hicieron eco revistas tan prestigiosas en la materia como Science y Nature, que lo calificaba de 'suicidio científico'.

Una de las primeras paradas de 'Más allá del ladrillo' es la Comunidad Valenciana, donde el centro de investigación Príncipe Felipe realizó un ERE por el que despidió a la mitad de la plantilla y redujo los salarios a finales del pasado año. Allí Évole denuncia que, si en los años de bonanza la antigua comunidad de Camps invirtió dinero en centros de investigación y en Fórmula 1, a la hora de recortar se ha optado antes por recortar en ciencia.

A la gestión de la Comunidad Valenciana, Évole contrapone la del País Vasco, donde el porcentaje de inversión en I+D+i supera un 2% que aspiran a incrementar en un punto más para 2015, alejándose así del 1,4% en el que se sitúa el conjunto de España.

Patxi López, que explica que Euskadi cuenta con unos 17.500 puestos de trabajos directos dedicados al I+D+i (entre investigadores, técnicos, auxiliares, etc.), atribuye la diferencia respecto al resto del país en una tradicional conciencia de que es muy necesario innovar para garantizar el futuro y a que, tanto el sector privado como las universidades y el grueso de los partidos políticos, coinciden en esa apuesta e implicación. Entre las formaciones, dice López, 'hay consensos por encima de las apetencias personales y particulares '. En el País Vasco el paro no supera el 13%.

Pablo Vázquez, Investigador en Física Nuclear de la Universidad de Santiago de Compostela, cuenta cómo él y otros 'cerebros fugados' regresaron a España por un programa con el que la Xunta les recuperaba para fomentar la ciencia en Galicia. Él vivía en Suiza, donde tenía un sueldo más elevado, pero decidió volver a su país para poder enriquecerlo con lo aprendido fuera. Ahora, la comunidad ha paralizado ese plan y está a punto de perder la plaza fija en la universidad. Si eso ocurre, asegura Vázquez, lo más probable es que renuncie a seguir trabajando en el sector.

Los recortes no sólo se extienden a los puestos de trabajo, sino que, a medio plazo, salen caros al país. Las investigaciones se harán en el extranjero y ellos se llevarán los beneficios por los descubrimientos, razona otro profesor.

Por su parte, Guillermo Dorronsoro, profesor de la asignatura Gestión del Cambio al que también entrevista el programa, trabaja para una entidad de mejora de procesos tecnológicos para empresas que, en tiempo de crisis, sigue ganando dinero abriendo el mercado a otras compañías con el avance científico. Para él, la crisis es una oportunidad para 'repensar' el modelo de crecimiento, que, dice, ha servido durante mucho tiempo hasta que ha quedado obsoleto. 'Hay que perder el miedo', anima Dorronsoro.

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