Este artículo se publicó hace 15 años.
El ADN exime a un japonés de su cadena perpetua tras 16 años en prisión
Un recluso que llevaba condenado a cadena perpetua desde 1993 fue liberado hoy después de que las pruebas de ADN hayan demostrado "con mucha probabilidad" su inocencia, informó la agencia local Kyodo.
Toshikazu Sugaya, de 62 años, fue condenado a prisión de por vida hace 16 años tras ser declarado culpable del asesinato de un niña de cuatro años en 1990 en Ashikaga (centro de Japón) pero hoy pudo abandonar la prisión de Chiba, a las afueras de Tokio, por decisión de la fiscalía.
Los fiscales aprobaron que el preso sea sometido a un nuevo juicio en el que será previsiblemente absuelto, según Kyodo.
La ley penal japonesa permite que un ciudadano sea liberado si es sometido a un nuevo juicio pero no es habitual que suceda antes de que comience la vista oral.
En el anterior juicio contra Sugaya la principal prueba que se utilizó para incriminarle fueron los rastros de sus supuestos fluidos en la ropa de la víctima, que ahora han sido invalidados por las pruebas de ADN.
Sugaya confesó haber secuestrado y asesinado a la niña tras los interrogatorios, aunque se retractó posteriormente, en un país donde el 90 por ciento de los casos llevados a juicio acaban con condena incriminatoria y donde sigue vigente la pena capital.
El pasado mayo, el Tribunal Superior de Tokio dijo que los restos de fluidos encontrados en la ropa de la niña no pertenecían al condenado, lo que contradecía un análisis anterior realizado en 1991 que fue usado para incriminarle.
A mediados de este mes, la defensa de Sugaya enviará un nuevo alegato de inocencia tras el cual podría confirmarse la libertad definitiva del ciudadano japonés.
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