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Alierta: "Sin los ERE anteriores, Telefónica habría quebrado"

El grupo reorganiza su negocio en España tras los malos resultados

A. FLORES

'Somos la 42ª compañía más importante del mundo. La herencia de nuestros mayores es la anticipación'. Esa anticipación es la que explica, según el presidente de Telefónica, César Alierta, la intención de la compañía de recortar en unos 6.000 puestos de trabajo su plantilla en España en un plazo de tres años, operación que se hará de forma 'voluntaria, gradual y con acuerdo con los sindicatos mayoritarios', añadió Alierta, en respuesta a las preguntas de los accionistas convocados a la junta general anual. Un encuentro en el que se aprobó, entre otros puntos, la entrada en el consejo de la compañía española del chino Chang Xiaobing en representación de China Unicom.

No queda otra. Con 28.000 empleados en el área de la telefonía fija en España (frente a 4.000 de la telefonía móvil), 'tenemos el doble de plantilla que todos nuestros competidores de fijo y móvil'. Hay que sacar la tijera como ya se ha hecho en otras ocasiones, fue el mensaje. 'Telefónica estaría quebrada si no hubiera hecho nada desde los años noventa. Ahora las redes y sistemas están automatizados y tenemos que anticiparnos' de nuevo. Para Alierta no es un ajuste traumático porque 'la historia de los expedientes de regulación de empleo (ERE) de Telefónica demuestra que los trabajadores se han ido siempre en las mejores condiciones y mediante un acuerdo con los sindicatos mayoritarios'.

La sensación que dejó la junta de accionistas de ayer parecía corroborar esa aquiescencia de la plantilla. Presentes como en cada encuentro, fueron mucho menos numerosos (solo varias decenas) y menos ruidosos. En cualquier caso, Alierta tampoco leyó este año su discurso, tal y como se decidió después de varios ejercicios de hablar sin poder ser oído por las protestas.

El discurso se entregó por escrito y en él Alierta reiteraba que 'la retribución al accionista es una de las máximas prioridades' de la compañía, que destinó 6.755 millones de euros en 2010 a este fin. La rentabilidad por dividendo fue del 8,2%, 'la mayor de las 50 mayores compañías del mundo por capitalización'.

El gran problema para Telefónica es que empieza a resultarle difícil mantener el crecimiento del resultado debido a la marcha del negocio en España, resentido por la crisis y por los nuevos hábitos de consumo de los clientes, que han llevado a las compañías a una guerra de precios en la que las de mayor tamaño son las que se están viendo especialmente resentidas.

Así volvieron a demostrarlo el lunes los resultados anuales de Vodafone (que termina en marzo su año fiscal) y el pasado viernes los del primer trimestre de Telefónica, que cayeron un 1,9% a nivel mundial debido a la reducción del negocio en España, donde los ingresos se redujeron un 5,9%. Por eso, Telefónica, según anunció ayer, ha decidido crear cinco direcciones territoriales en España con funciones ejecutivas plenas para tomar las decisiones más cerca de los clientes de cada territorio.

Por otro lado, la junta aprobó por amplia mayoría (92%) del capital representado (51,9%) el plan de retribución de directivos de 450 millones de euros, defendido por Alierta porque 'sirve para evitar la fuga de talento' a otras compañías.

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