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Un año de oro para el cómic

Los editores coinciden en que el sector en España goza de buena salud y no ha sufrido los efectos de la crisis

MÓNICA FARÓ (EFE)

Las bodas de oro de Astérix y Obélix, la tridimensional 'Rúe del Percebe' de Ibáñez, las aventuras del Batman que sobrevoló Barcelona al cumplir setenta años y un Capitán Trueno por primera vez libre de censura han marcado las viñetas en 2009, un año que ha elevado definitivamente el cómic a 'noveno arte'.

Los editores coinciden en que el sector en España goza de buena salud, que no ha sufrido los efectos de la crisis económica y que ha ampliado su espectro de seguidores, gracias a factores como el impulso del Premio Nacional de Cómic, la alianza entre cine e historieta o una apertura temática que ofrece títulos para todos los públicos.

'Dentro del sector, sin duda los cómics son y serán los últimos afectados', sentencia Ponç Cufinyà, de Panini Cómics, una editorial que lucha contra la etiqueta 'superheróica' que le impone editar en España las obras del gigante Marvel y que este año ha llevado a las viñetas 'El informe 11-M', uno de los cómics del año, que narraba los atentados a través de la lectura de la sentencia.

Para el editor de Astiberri, Laureano Domínguez, una de las claves del auge del cómic fuera de las librerías especializadas ha sido la clara ampliación temática: cómic autobiográfico, social, de aventuras, histórico e incluso deportivo han erigido la historieta en un medio del que 'ya nadie tiene nada que objetar a su calidad literaria y artística'.

Astiberri, que este año ha mantenido la impresión de 55 títulos anuales -de los cuales 20 son reediciones- ha apostado por autores españoles como Miguel Gallardo o Paco Roca, Premio Nacional de Cómic 2008, que este año contaron los entresijos de su profesión en 'Emotional World Tour'.

Pero también ha publicado 'Los viajes de Juan sin tierra' de Javier de Isusi, que ya ha aterrizado en las librerías de Francia, Portugal y Finlandia, o 'El juego de la luna', mejor cómic nacional en Expocómic'09, de Enrique Bonet y José Luis Munuera, destacado autor en Francia por sus dibujos para series como 'Spirou'.

El cómic también ha difundido este año los disturbios en Irán con 'Persépolis 2.0' -publicado en Internet e inspirado en el best-seller de Marjane Satrapi 'Persépolis'-, una crónica gráfica sobre las protestas contra Mahmud Ahmadineyad que dio la vuelta al mundo.

En un tono más personal, Parsua Bashi contó en viñetas su experiencia como mujer divorciada en el país islámico, en un cómic autobiográfico, 'Nylon Road' (Norma Editorial), que seguía la estela de Satrapi y que confirmó la fuerza de los trazos y los guiones del cómic para transmitir emociones y remover conciencias.

La historieta ha sido testigo de un año de conmemoraciones, como el bicentenario del nacimiento de Darwin, con 'El viaje de Darwin' (Planeta), de José Miguel Fonollosa, o de Edgar Allan Poe, con 'Relatos de Poe' (Parramón), de Denise Despeuroux y Miquel Serratosa o 'Poe', la biografía ilustrada de Jordi Sierra i Fabra.

'Dentro del sector, sin duda los cómics son y serán los últimos afectados', sentencia Ponç Cufinyà

El interminable éxito de 'Watchmen' (Norma Editorial) o la el cómic de 'El curioso caso de Benjamin Button' (Gadir) han confirmado la alianza entre el cine y la historieta, que este año rindió homenaje, entre otros, a Luis Buñuel, con la novela gráfica 'Buñuel en el laberinto de las tortugas' (Astiberri).

El lector ha podido sumergirse en el talento de los grandes autores del cómic underground, con el 'Catálogo de novedades' (Mondadori) de Chris Ware o el 'Génesis' (La Cúpula) de Robert Crumb -del que se han distribuido 10.000 ejemplares- y también descubrir el ingenio del argentino Ricardo Liniers, que este año ha culminado su exitosa serie 'Macanudo' (Mondadori).

Y todos estos títulos no han hecho sombra a los clásicos héroes de la historieta, como Batman o Astérix y Obélix: poco después de que el hombre murciélago aterrizara en la Ciudad Condal, los galos celebraron su cincuenta aniversario con una aventura inédita que invitó a los seguidores de todo el mundo a recordar sus viajes más emblemáticos.

Este año el cómic no ha querido oír hablar de crisis y ha demostrado que, a pesar de las presiones del nuevo entorno digital, millones de lectores conservan y descubren su ilusión por la magia del tebeo.

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