Este artículo se publicó hace 14 años.
Antidepresivos maternos pueden retrasar primeros pasos del bebé
Por Frederik Joelving
Cuando las embarazadas tomanantidepresivos, a veces puede ocurrir que su bebé tarda más enalcanzar las distintas etapas del desarrollo, dijeroninvestigadores daneses.
Pero esos retrasos, de hasta un mes, no impiden a los bebéstener un rango normal de desarrollo.
"Ese tipo de fármacos alteran el cerebro fetal", dijo aReuters Health el doctor Lars Henning Pedersen, que participóen el estudio. Pero el retraso "no afectaría al bebé enabsoluto", agregó el especialista, del Hospital UniversitarioAarhus, en Dinamarca.
A una de cada seis embarazadas en Estados Unidos se lediagnostica un trastorno depresivo mayor y la mayoría recibeantidepresivos como Prozac, Zoloft o Paxil.
La sustancia química a la que apuntan esos fármacos, laserotonina, participa en muchas funciones biológicas, desde elestado de ánimo hasta la atención, el apetito y el desarrollocerebral.
Esos fármacos alivian los síntomas depresivos, pero sedesconoce la reacción del feto o cuánto duran sus efectospotenciales. En test de laboratorio, por ejemplo, laadministración de antidepresivos a ratas preñadas afectó lacuriosidad natural de la cría hasta la adultez.
Para el estudio, publicado en Pediatrics, el equipo dePedersen indagó en una base de datos nacionales con informaciónde más de 100.000 embarazos en Dinamarca.
Los expertos identificaron a 400 mujeres que tomaronantidepresivos durante el embarazo y a casi 500 que no lostomaron pese a tener depresión.
Según lo informado por las mujeres, el equipo comparócuántos bebés en cada grupo había cumplido con ciertas etapasdel desarrollo, como sentarse sin ayuda o buscar sonidos.
A los seis meses, la única diferencia estuvo en lamotricidad gruesa. El 26 por ciento de los bebés expuestos alos antidepresivos en el segundo o el tercer trimestregestacional pudo sentarse solo, a diferencia del 30 por cientoque no fue sometido a esa exposición.
Aquellos bebés demoraron 16 días más en aprender asentarse, tras considerar la edad materna, la lactancia y otrosfactores, y empezaron a caminar 29 días después.
A los 19 meses, las diferencias en los movimientos habíandesaparecido, aunque los niños expuestos a los fármacos tendíana pedir más ayuda para resolver problemas.
Pese a la preocupación que generan estos resultados, que sesuman a estudios previos que detectaron un aumento de lasensibilidad al dolor y el riesgo cardíaco en los bebés demujeres que tomaban antidepresivos, los expertos creen que lasembarazadas con depresión no deben necesariamente evitar el usode esos fármacos.
Primero, el nuevo estudio no pudo establecer si las mujeresque tomaron los fármacos estaban más deprimidas, aún siterminaron teniendo menos síntomas después del tratamiento.
Segundo, la depresión sin tratar está asociada conproblemas de salud infantil, como irritabilidad y falta deatención. Tercero, el bienestar materno también está enriesgo.
"El estudio se suma a las evidencias de que la exposiciónprenatal a los antidepresivos tiene riesgos", opinó el pediatraespecializado en desarrollo Tim Oberlander, de la University ofBritish Columbia.
Por último, agregó que, aunque hay muchos tratamientosdisponibles, incluida la psicoterapia, "habrá mujeres quenecesiten medicamentos".
"Es cuestión de equilibrar los beneficios y los riesgospara la madre y el bebé", dijo el médico.
FUENTE: Pediatrics, 22 de febrero del 2010.
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