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'Assassin’s Creed II': el águila de Dios despliega sus alas

La segunda entrega de 'Assassin's Creed' mete de lleno al jugador en una Italia renacentista, donde recorrer ciudades como Florencia, Venecia y el mismísimo Vaticano con una impecable recreación virtual

PABLO OLIVEIRA Y SILVA

George Lucas ya demostró que una segunda parte puede ser incluso mejor que la primera y la continuación de la aventura cuasi histórica de Assassin's Creed va por ese camino. Un nuevo protagonista, una nueva época histórica, más armas, más misiones y la misma calidad en la recreación de los detalles gráficos, todo para que Ubisoft pueda subsanar los errores tan criticados del primer título lanzado en 2007, con el que muchos se decepcionaron, después de meses de grandes expectativas.

Ahora estamos en el año 1476, en la Italia del Renacimiento repleta de comerciantes y campesinos que sobreviven a duras penas a las malas artes de los políticos corruptos y a las conspiraciones palaciegas y religiosas. Ezio Auditore de Florencia, un joven que vive la vida loca, pierde a todos los hombres de su familia por un complot y jura venganza. Así, descubre que su padre era un Assassin, un vengador fanático que, en nombre de una hermandad secreta, buscaba librar al mundo de las confabulaciones templarias y luchaba contra las maquinaciones político-religiosas relacionándose con las poderosas familias Borgia y Medicci. Como buen hijo, el joven Ezio (Águila) hereda la vacante dejada por su padre en el clan de los asesinos y se convierte en el nuevo sicario de Dios, al que le prestará apoyo el mismísimo -y aún joven- Leonardo Da Vinci, habilidosamente doblado, en la versión española, por el actor Juan Diego Botto.

El primer capítulo de esta saga recibió alabanzas y críticas a partes iguales. Aunque su calidad técnica no fue cuestionada por nadie, su jugabilidad generó muchas dudas y el título fue rápidamente tachado de aburrido a las pocas horas; impecable estéticamente, pero repetitivo y lineal como ninguno. Pero ahora, al cambiar de escenario, añadir un número mayor de misiones secundarias, más armas -incluso una maza y una pistola oculta- y nuevos modos de juego -al más puro estilo GTA, Ezio corre, salta, trepa y, ahora, nada y hasta vuela-, los programadores de Assassin's Creed II han conseguido un título más atractivo, más variado y, desde luego, mucho más divertido. ¿Es mejor que el primero? No hay duda, aunque todavía le queda mucho por pulir, como los detalles en los personajes secundarios -todos tienen la misma cara de pan-, la inteligencia artificial de los enemigos -los combates se ganan con una sola mano- y un concepto muy poco tratado: conseguir que el jugador sienta que necesita hacer y utilizar todo lo que el juego le ofrece.

Como en el programa de Google sobre ciudades en Internet, en ACII podemos recorrer las calles de Florencia y Venecia, y galopar por la Toscana como si estuviéramos allí, pero hace 500 años. Un alarde en los detalles de la recreación virtual de edificios, como Il Duomo florentino o la plaza de San Marco, de los estilos arquitectónicos y hasta del trazado urbano, por lo que el jugador no querrá dejar ni un solo rincón sin visitar. Avalado por historiadores que aseguran que el juego es muy didáctico por sus detalles históricos, el juego cuenta además con un sistema de economía personal, que permite al jugador completar las posibilidades de gestión de recursos y estrategia de un título de acción, mucho más completo que su antecesor.

Antes de saltar al Renacimiento, la acción de ACII se inicia exactamente en el punto en el que la dejamos en el primer episodio. Desmond y Lucy, los protagonistas de la acción en el tiempo presente, consiguen escapar de los científicos malos de la corporación Abstergo y se unen a una résistence que ha evolucionado el Ánimus -la máquina del tiempo que nos convierte en Altair o Ezio y nos lleva por los siglos del pasado- y que busca retales en la historia, para conseguir descifrar pistas y símbolos con la meta de conocer 'la verdad'.

Ubisoft decidió que la mejor manera de demostrar el potencial de Assassin's Creed II, y de paso promocionarlo y crear aún más expectación, fue presentando una serie de tres cortometrajes que introducían al espectador en las aventuras del Assassin Giovanni de Florencia; o sea, el padre de Ezio. Como una impactante precuela de cine, estos cortos, que pueden verse ahora en Internet, han sido producidos por Hybride Technologies, la empresa responsable de los efectos especiales de largometrajes como 300 y Sin City.

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