Este artículo se publicó hace 14 años.
Bachelet teme más muertos en Chile por seísmo y tsunamis
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, reconoció el miércoles con lágrimas en los ojos que los muertos del terremoto y los tsunamis superarán los 800, mientras fuertes réplicas revivieron el terror en las zonas devastadas.
La Armada admitió que fallo en no comunicar claramente el peligro de tsunamis tras el seísmo de magnitud 8,8 que sacudió Chile en la madrugada del sábado, borrando pueblos costeros del mapa.
En la ciudad de Concepción, una de las más devastadas por el terremoto, cientos de personas corrieron a la desbandada el miércoles por la tarde cuando la tierra volvió a rugir con al menos cuatro réplicas de magnitud superior a 5.
El Gobierno confirmó hasta ahora 802 muertos, pero la cifra podría dispararse cuando se confirme el paradero de cientos de desaparecidos.
"Tengo la impresión de que van a haber más muertos", dijo Bachelet con la voz entrecortada en una entrevista radiofónica.
La Armada dio un paso al frente y reconoció que no avisó a tiempo sobre los devastadores tsunamis, cuyas olas de hasta 15 metros barrieron la costa del centro y sur del país.
"Hubo titubeo por parte nuestra", dijo el comandante en jefe de la Armada, almirante Edmundo González, al canal TVN.
Según un documento obtenido por el diario El Mercurio, la Armada creyó que el epicentro era en tierra y por lo tanto no había riesgos de tsunami.
Luego, al constatarse que era en realidad un maremoto, la Armada dio un alerta que, sin embargo, levantó apresuradamente cuando aún olas gigantes se dirigían hacia la costa.
El 'mea culpa' de la Armada no sirvió de consuelo para las víctimas que vieron como el mar se tragaba sus casas y hasta sus familiares.
"La población murió por falta de información", dijo Valder Vera, residente de la aldea de pescadores de Dichato.
Bachelet, que finaliza su mandato la próxima semana, dijo que no era hora de una caza de brujas, sino de que los chilenos se unan para sacar al país adelante.
Pese a que a autoridades dijeron que lo peor ya pasó, el miércoles todavía había cientos de personas que se negaban a bajar de los cerros donde corrieron a buscar refugio por temor a nuevos tsunamis.
Varias fuertes réplicas resucitaron el miércoles el pánico en Concepción, la segunda ciudad de Chile, donde huyeron a las zonas altas, pese a que las autoridades no decretaron alerta de tsunami.
Bachelet dijo que Chile vive una "suerte de angustia y psicosis colectiva".
BOLSA NO REPUNTA TRAS SEÍSMO
El Gobierno intentó calmar a la población y aseguró que no hay desabastecimiento de comida ni combustible.
El coste de la catástrofe es aún incierto, aunque algunos especialistas han calculado los daños en al menos unos 30.000 millones de dólares.
La Bolsa de Valores de Santiago cayó el miércoles 1,3 por ciento, arrastrada por empresas que operan en las zonas afectadas por el seísmo y los tsunamis.
Chile, una de las economías más estables de América Latina, fue golpeada por el seísmo cuando trataba de recuperarse de una recesión causada por la crisis financiera global.
La industria del cobre, del que Chile es el mayor productor mundial, retomó la producción en todas sus minas tras sufrir interrupciones de electricidad por el terremoto del fin de semana.
Pero el caos el miércoles en el dañado aeropuerto de Santiago, donde cientos de turistas intentaban abandonar el país, daba una idea de los efectos del seísmo en el funcionamiento de Chile.
En Santiago, donde la mayoría de los edificios resistió el terremoto, las autoridades temían sin embargo por el derrumbe de algunas construcciones nuevas.
En Concepción y otras ciudades golpeadas como Talca, policías y soldados lograron después de dos días contener los saqueos y la violencia.
"Estamos más tranquilos hoy, porque vemos a los militares y también hemos visto pasar algunos camiones con alimentos para un supermercado. Parece que ya pasó lo peor", dijo Patricia Recabarren, un ama de casa de 44 años.
A unos kilómetros de allí, en la aldea de Dichato, el insoportable olor a muerte obligaba a la gente a cubrirse la nariz con mascarillas y pañuelos. En la playa, la arena estaba llena de peces muertos y escombros y en el mar había botes semi hundidos.
SIGUE BUSQUEDA SOBREVIVIENTES
Cuatro días después del seísmo, helicópteros y equipos de rescate con perros reforzaron la búsqueda de sobrevivientes atrapados bajo los escombros en Concepción y otras ciudades.
Constitución, la ciudad hasta ahora más azotada por tres tsunamis con olas de 10 metros, concentra casi la mitad de la cifra oficial de fallecidos. Algunos informes indican que allí los desaparecidos llegarían hasta 500, lo que podría disparar el total de muertos.
Bachelet ha reconocido que los esfuerzos de rescate han sido lentos, en parte debido a las rutas cortadas, puentes caídos e interrupciones de energía.
En Concepción, pese al caos desatado por las réplicas, cientos de personas hacían fila en las calles para recibir comida enviada por el Gobierno. Algunas partes de la ciudad recuperaron el suministro eléctrico.
Las autoridades han sido criticadas por la lentitud de su respuesta y calcular mal los daños que heredará el presidente electo de Chile, Sebastián Piñera, que asumirá el 11 de marzo.
Piñera prometió durante su campaña aumentar el crecimiento económico a un promedio de un 6 por ciento anual y a crear millones de nuevos empleos.
Pero tras el seísmo, analistas dijeron que deberá adaptar su programa de gobierno.
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