No es ninguna novedad la estrecha relación causa-efecto que existe entre el precio de los carburantes y el Índice de Precios de Consumo (IPC). Cuando las gasolina sube, el IPC suele repuntar; si baja, el IPC se modera notablemente.

La evolución de los precios de los carburantes ha ido a la baja en las últimas semanas: respecto a otras fase temporales el precio actual de la gasolina baja un 3,13% en el último año y un 4,47% desde el máximo histórico de septiembre del año pasado, pero sube un 3,86% desde principios de año y un 0,21% en el último mes. El diesel retrocede un 2,44% en el interanual y un 3,32% desde los máximos históricos y se incrementa un 2,49% desde el acumulado anual y un 2,72 % en el último mes. Con estos datos es previsible que el IPC del mes de septiembre siga bastante contenido: en agosto la tasa de inflación apenas llegó al 1,5% y este mes se espera una tasa similar.

De hecho, este verano, en el que los carburantes han bajado, la tasa de inflación se ha colocado por debajo del 2% después de que repuntara en junio pasado hasta el 2,1%.

Esta semana, por ejemplo, la gasolina ha bajado su precio medio en España por encima del gasóleo, con lo que este carburante equilibra el incremento mayor que tuvo la pasada semana el diesel.

Según el Boletín Petrolero de la UE, ambos carburantes bajan precios respecto a la pasada semana, concretamente un 1,62% la gasolina y un 0,29% el diesel, situando tarifas en 1,454 y 1,397 euros, respectivamente. A estos precios máximos, llenar un depósito medio de 50 litros cuesta al consumidor 72,7 euros (73,9 euros la semana pasada) y de gasóleo 69,85 (70,05 euros la pasada semana).

Los precios medios en la UE de los 28 miembros en la semana actual se han quedado en 1,597 euros el litro de gasolina y en 1,475 el diesel, entre 10 y 15 céntimos más caros que en España. En la zona del euro el precio medio del litro de gasolina es de 1,624 euros y de 1,457 el diesel.