Este artículo se publicó hace 16 años.
Ban Ki-moon pide el fin de la lucha en el Chad, mientras el Consejo analiza la situación
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió hoy a los insurgentes en el Chad que pongan fin a su lucha, en tanto que el Consejo de Seguridad celebró hoy consultas para analizar la grave situación que atraviesa el país africano.
Los quince miembros del Consejo iniciaron la reunión a las 19.30 GMT, aunque se desconoce si al término se emitirá una declaración oficial.
El Secretario General aseguró en un comunicado estar "profundamente alarmado por la peligrosa situación en el Chad", especialmente por las últimas noticias sobre las luchas violentas en varias partes de la capital, N'Djamena.
Las luchas obligaron al presidente chadiano, Idriss Deby, a encerrarse en su palacio presidencial, donde está resistiendo desde hace dos una fuerte ofensiva.
Ban Ki-moon afirmó estar especialmente preocupado por la seria situación humanitaria de cerca de 285.000 refugiados y unos 180.000 desplazados internos, así como la población internacional que realiza labores humanitarias en el lado este del país
El Secretario General urgió a las partes a vigilar que los civiles se mantengan sanos y salvos, así como a proteger la vida de los trabajadores humanitarios internacionales y al personal de la ONU.
Además, instó a los rebeldes a cesar las hostilidades y a iniciar un diálogo que ponga "fin al derramamiento de sangre", y apeló a los países de la región a respetar la inviolabilidad de las fronteras internacionales y a evitar incursiones en el territorio del Chad.
Francia mantiene en este país cerca de 1.200 efectivos encargados de proteger a sus ciudadanos residentes en esa ex colonia francesa y a sus intereses.
La ofensiva de los insurgentes, a quienes el presidente Deby acusa de recibir apoyo del Gobierno de Sudán, se inició el lunes pasado, aunque no fue hasta el sábado cuando llegaron a la capital.
El ataque se produjo semanas después de que tres grupos rebeldes formaran un Comando Militar Único, el 12 de diciembre pasado, y consideraran roto un acuerdo de paz firmado anteriormente con Deby.
Desde Sudán, la agencia oficial SUNA se hizo eco el sábado de un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores en el que anunció que el Gobierno está siguiendo los hechos "con gran preocupación", y que considera que la lucha es un "asunto interno".
El último asalto al poder es el más fuerte que protagonizan fuerzas rebeldes desde el ataque de abril de 2006, cuando unidades irregulares llegaron a combatir a las afueras de la capital.
Chad, uno de los países más inestables del continente africano, ha sido escenario de numerosas algaradas y rebeliones armadas protagonizadas por diversas facciones para hacerse con el poder.
Deby llegó al poder a raíz de un golpe militar que lideró en 1993 para derrocar a su predecesor, Hisene Habré, que a su vez había alcanzado la presidencia en un golpe de Estado en 1982.
Después del primer presidente de Chad, Ngarta Tombalbaye, todos sus sucesores han llegado al poder debido a golpes de Estado o a rebeliones encabezadas por diversas facciones o movimientos.
La rebelión actual se agudizó desde que, en 2003, Chad comenzó a explotar sus yacimientos de petróleo, lo que desató fuertes rivalidades dentro de los círculos del poder.
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