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La banca francesa, alemana y británica tienen 115.000 millones en deuda italiana

En títulos griegos atesoran apenas 20.000 millones, lo que explica que ahora se haya disparado su preocupación

VIRGINIA ZAFRA

Los test de estrés que se han realizado a los 90 mayores bancos europeos no tienen una utilidad excesiva para determinar su solvencia, aseguran los expertos, pero sí sirven para una cosa: para poner blanco sobre negro la exposición de las grandes entidades de cada país a la deuda soberana de los otros países de la zona del euro, especialmente a aquellos que ahora están en el punto de mira y que, por tanto, podrían dar algún susto a los bancos. Y de esos datos se deduce que las entidades alemanas y francesas tienen que estar preocupadas por una posible caída de Grecia, pero, sobre todo, por cualquier problema que pueda tener Italia.

Las grandes entidades francesas examinadas (Société Générale, BNP Paribas, Crédit Agricole y BPCE, que apenas representan a la mitad del sistema) atesoran 10.066 millones de euros en deuda griega, del total de 90.146 millones del conjunto de bancos analizados. Las alemanas (12 bancos y cajas liderados por Deutsche

Bank y Commerzbank) cuentan con 7.934 millones. De ahí que fueran los bancos franceses los que intentaran diseñar la primera fórmula para rescatar por segunda vez a Grecia, con el posterior intento de rectificación de los alemanes. De momento, todo se ha quedado en agua de borrajas, a la espera de que en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del próximo jueves se pueda acordar una salida para el país heleno y para toda la zona del euro en general.

Con todo, Grecia no es el gran problema de los gigantes bancarios europeos. Sólo lo es por el efecto contagio que podría suponer. El verdadero agujero lo puede provocar Italia, un país de un tamaño muy superior (es la tercera economía europea) y que tiene realmente pillados a los bancos franceses, alemanes, británicos e, incluso, españoles,

aunque en mucha menor medida. Y, por supuesto, a los propios italianos.

De los casi 326.000 millones que estos 90 bancos tienen en deuda pública transalpina, los galos cuentan con 53.004 millones; los alemanes, con 36.824 millones; los británicos, con 26.367 millones; y los españoles, con 7.408 millones. Los italianos tienen 164.011 millones de la deuda nacional.

Ante estas cifras, toman sentido las críticas de los analistas y de muchas entidades españolas (disgustadas por la forma de realizar los test de estrés) que se quejan de que las pruebas de resistencia no hayan tenido en cuenta las consecuencias que podrían derivarse de una quiebra de Grecia o de la misma Italia.

Pese al gran riesgo soberano, los test de estrés no evaluaron una posible quiebra

Si para hacer el cálculo de la solvencia se plantearon escenarios económicos prácticamente imposibles, también deberían haberse valorado las posibles caídas de los países europeos que ahora están en el punto de mira, máxime cuando ya está encima de la mesa un posible impago parcial de Grecia.

La exposición a España también es muy elevada, comparada con la griega o la portuguesa (un total de 287.013 millones tienen los grandes bancos europeos), aunque la mayor parte está en manos de los bancos españoles (231.696 millones). Quizá por eso las verdaderas alarmas en Europa hayan saltado cuando los problemas se han desviado a Italia, que es quien más daño puede hacer a quienes mandan en Europa, es decir, los alemanes y franceses.

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