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Bush acatará decisión del Supremo sobre Guantánamo, aunque está en desacuerdo

EFE

El presidente de EEUU, George W. Bush, anunció hoy que, aunque no está de acuerdo con ella, respetará la decisión del Tribunal Supremo que sostiene que los presos en Guantánamo tienen derecho a acudir a una corte civil en EEUU.

Bush se pronunció sobre el fallo en el transcurso de una rueda de prensa junto al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, con el que se reunió hoy en Roma para tratar, entre otros asuntos, del programa nuclear iraní y la situación en Afganistán.

Visiblemente molesto, el presidente estadounidense afirmó que "acataremos la decisión del Tribunal, pero eso no quiere decir que estemos de acuerdo con ella".

Según recordó, la sentencia fue emitida por cinco votos contra cuatro, "un tribunal muy dividido, y estoy muy de acuerdo con los que disintieron".

Esa disensión de los jueces, apuntó, "se basó en sus graves preocupaciones sobre la seguridad nacional de EEUU".

El presidente indicó que su Gobierno estudiará la sentencia para determinar si introduce una nueva legislación "que pueda ser adecuada para que podamos decirle de verdad a los ciudadanos estadounidense que hacemos lo que podemos para protegerles".

El Tribunal Supremo de Estados Unidos reconoció hoy el derecho de los detenidos de Guantánamo a acudir a las cortes federales para reclamar su puesta en libertad, lo que supone un grave revés para el Gobierno de Bush.

Se trata de la tercera decisión de la máxima corte del país que extiende derechos a un lugar que la administración de Estados Unidos ha querido dejar al margen de cualquier ley, incluso de los tratados internacionales.

El magistrado Anthony Kennedy escribió el fallo en nombre de la mayoría y en ella declaró que "las leyes y la Constitución están hechas para sobrevivir y seguir vigentes en momentos extraordinarios. La libertad y la seguridad pueden ser reconciliadas".

En cambio, Antonin Scalia, quizá el juez más conservador de los nueve que componen la máxima corte estadounidense, advirtió de que "la nación lamentará lo que ha hecho el Tribunal hoy".

Las declaraciones de Bush se produjeron tras reunirse con Berlusconi durante una hora, en una conversación que continuará durante la cena.

En su reunión, la primera de los dos viejos aliados políticos desde el regreso al poder de Berlusconi, los mandatarios trataron en profundidad el programa nuclear iraní.

Bush reiteró que si Irán no acepta la oferta de incentivos económicos que se le propondrá la semana próxima, será necesario recurrir a sanciones más duras para persuadir a Teherán de que renuncie a sus actividades para enriquecer uranio.

Durante toda su gira por Europa, que ya le ha llevado a Brdo (Eslovenia) y Berlín, y que concluirá en Francia y el Reino Unido, el presidente estadounidense ha intentado persuadir a sus aliados europeos para que apoyen nuevas sanciones.

Los dos mandatarios estudiaron también los deseos de Italia -el mayor socio comercial de Teherán- de incorporarse al "grupo de los seis", los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y Alemania, que negocian con Irán para que ese país desmantele su programa nuclear.

Bush aseguró que "considerará seriamente" las aspiraciones italianas. Previamente, su consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley, había echado un jarro de agua fría a esos deseos al indicar que para integrarse al grupo, Roma debería anteponer la seguridad nacional a sus intereses comerciales.

Por su parte, Berlusconi indicó que ambos líderes hablaron sobre impedimentos legislativos que hasta ahora limitan la presencia de los más de 2.000 soldados italianos en Afganistán al norte de ese país, la zona menos problemática.

Los altos precios de los alimentos y la energía, así como el cambio climático, la situación en Kosovo o la próxima cumbre del G8, a celebrarse en Japón en julio, formaron también parte de las conversaciones entre los dos mandatarios.

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