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Bush se marcha de la cumbre con objetivos cumplidos y tras verse con Putin

EFE

El presidente de EEUU, George W. Bush, y su colega ruso, Vladímir Putin, cuya relación ha sido tensa en los últimos meses, trataron de destacar su cooperación en la cumbre de la OTAN clausurada hoy en Bucarest pero no ocultaron sus desacuerdos.

Ambos líderes participaron hoy en la reunión del Consejo OTAN-Rusia, y volverán a verse este fin de semana en Sochi, una ciudad balneario rusa a orillas del mar Negro, a invitación de Putin para tratar de establecer un "marco estratégico" en sus relaciones que sirva de guía a sus sucesores.

Putin entregará la presidencia rusa a Dimitri Medvédev el próximo 7 de mayo, y Bush abandonará la Casa Blanca en enero, tras las elecciones presidenciales estadounidenses en noviembre.

Los dos mandatarios han insistido en que quieren dejar atrás sus discrepancias de los últimos meses y que han salido a la luz de nuevo durante la cumbre de la OTAN.

Se trata del escudo antimisiles que EEUU quiere desplegar en el este de Europa y de la inclusión de Ucrania y Georgia en la Alianza, algo que Moscú aborrece y que Washington defiende con vehemencia.

En la cumbre, Bush ha obtenido que la OTAN, al principio renuente, diera su apoyo al escudo y prometiera incluir como miembros en el futuro a las dos ex repúblicas soviéticas. Además, el presidente recibió compromisos de una docena de países para aumentar las tropas de la Alianza en Afganistán.

En declaraciones tras la reunión, Bush y Putin dejaron claro que los desacuerdos persisten. Pero también insistieron en que quieren trabajar para resolverlos.

Putin afirmó, en referencia al compromiso de la OTAN adoptado el miércoles de incorporar en el futuro a Ucrania y Georgia, que "la aparición en nuestras fronteras de un bloque militar basado en el artículo 5 (asistencia mutua en caso de agresión) es percibido por Rusia como una amenaza".

"No basta la promesa" de la Alianza de que ya no es enemigo de Rusia y de que su ampliación no se dirige contra ella, pues "hemos escuchado en el pasado promesas como ésas que no se cumplieron", dijo el presidente ruso.

Pero también descartó cualquier vuelta al clima de la Guerra Fría y calificó de positiva su reunión de hoy en Bucarest con los dirigentes de la OTAN.

Por su parte, Bush subrayó que tanto él como Putin son ya "dos caballos de batalla demasiado viejos" a punto de abandonar sus cargos y enfatizó la necesidad de la cooperación entre la Alianza y Rusia, explicaron altos funcionarios que acompañan al presidente en su gira por Europa del Este y que hablaron bajo la condición del anonimato.

Ambos abordarán uno de sus grandes desacuerdos, el escudo antimisiles, en su reunión de Sochi.

La Casa Blanca ha expresado su deseo de integrar la defensa antimisiles dentro del "marco estratégico" de la relación ruso-estadounidense.

Rusia considera ese escudo una amenaza contra su territorio, mientras que Washington insiste en que su objetivo es impedir un hipotético ataque de países enemigos en Oriente Medio.

Estados Unidos ha ofrecido garantías a Moscú para calmar sus temores, como la posibilidad de inspeccionar las instalaciones o retrasar la activación del dispositivo hasta que Irán, u otro país hostil de la zona, efectúe una prueba de misiles balísticos contra Europa.

Según ha afirmado la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, en Sochi "esperamos poder dejar atrás los desacuerdos sobre el escudo para llegar al entendimiento de que todos compartimos un interés en cooperar en defensa antimisiles".

El sistema incluye un radar en la República Checa y diez lanzaderas de misiles interceptores en Polonia.

La reunión de Sochi, un añadido en el último momento a la gira que Bush efectúa por Europa del Este, se produce después de que Rice y el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, lograran avances en la disputa sobre el escudo en su viaje a Moscú hace dos semanas.

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