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Caja Madrid se postula para una gran fusión en España

Una integración permitiría a Blesa permanecer dos años más en la presidencia

VIRGINIA ZAFRA

Caja Madrid quiere fusionarse. Cree que ha llegado el momento de meterse en operaciones de calado en España, para aumentar su tamaño, porque la crisis ha demostrado que las entidades que de verdad funcionan son las 'grandes, reconocibles internacionalmente y eficientes'. Fuentes de la caja aseguraron ayer que están 'ojo avizor' ante cualquier posible unión y recalcaron que son 'un actor de primera fila que no va a esconder la cabeza bajo el caparazón' en la reestructuración de la banca española.

Aunque reconocieron que ya están trabajando en las posibles operaciones, no quisieron dar detalles de cuáles son las que más le interesan ni qué regiones serían más convenientes para su expansión. Sólo dejaron claro que quizá la menos recomendable sería Castilla La Mancha porque ahí tienen suficiente presencia. Pese a ello, no descartaron que lleguen a comprar la red de Caja Castilla La Mancha si se pone a la venta. 'Todo depende de si es conveniente y es un buen precio', aseguraron.

Lo que tienen claro es que no les gusta que sólo se estén planteado fusiones entre cajas de la misma comunidad autónoma, más que nada porque eso les deja fuera de cualquier posible unión. A su juicio, 'regionalizar' la banca española es un error y poner trabas a las uniones interregionales, también.

Al margen de aspectos económicos, al presidente de la caja, Miguel Blesa, le interesaría cualquier fusión porque le permitiría quedarse dos años más en el puesto al interrumpirse (por imperativo legal) el proceso de renovación de cargos que acaba de iniciarse. Sin embargo, desde la caja quisieron ayer matizar que no van a realizar ninguna operación sólo para que Blesa se quede ni tampoco van a rechazar una fusión para evitar irrumpir en el proceso electoral. Ambas cosas serían una 'irresponsabilidad', según las mismas fuentes.

Caja Madrid anunció ayer, además, un descenso del 46,9% en su beneficio, que se situó en 575,7 millones de euros. La caída se debe, principalmente, a la ausencia de las plusvalías de 482 millones que el año pasado le reportó la reorganización de su participación en Mapfre, y a la decisión de restar 245 millones de las ganancias para guardarlos en la hucha de las provisiones por lo que pueda pasar en los dos años duros que se avecinan. Sin estos efectos extraordinarios, el beneficio hubiera crecido un 2,1%, gracias a los cuantiosos resultados que está consiguiendo en sus inversiones de renta fija por la caída de tipos de interés. En la caja aseguran que la reforma de las provisiones acometida por el Banco de España apenas les afectará.

 

 

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