Este artículo se publicó hace 15 años.
La campaña contra Zapatero rearma al PSOE
El Comité Federal socialista cierra filas con el Gobierno y hoy dará su pleno apoyo al incremento de la presión fiscal
Si hay algo que irrite a los socialistas de cualquier tendencia es que se intente condicionar su autonomía como partido político. La desmesura del fuego amigo en el intento, jaleado por la derecha política y económica, de hacer tambalearse a José Luis Rodríguez Zapatero ha sido tal que, lejos de conseguir el objetivo de provocar alguna fisura en la estructura dirigente del PSOE, tendrá el efecto de propiciar un rearme interno en torno al liderazgo, si cabe reforzado, del presidente del Gobierno.
Así lo anticiparon este viernes a Público varios secretarios regionales y otros destacados miembros del Comité Federal, que se reúne este sábado por primera vez desde abril. "Si se pretendía que hubiera críticas, lo que han conseguido con la campaña para cargarse a Zapatero es cercenarlas. Nadie se va a arriesgar a ser mal interpretado", coincidieron en señalar varios dirigentes territoriales.
La cúpula dirigente llama a la movilización del partido
Incluso Izquierda Socialista, la corriente minoritaria que tiene reconocido el papel de discrepante oficial, evitará dar alas a las críticas de improvisación y desconcierto. Su portavoz, Juan Antonio Barrio de Penagos, se limitará a pedir "que, si como se ha dicho, los detalles de la anunciada reforma fiscal van a ser negociados con otros grupos parlamentarios, se oiga antes al partido, más allá del Comité Federal", mediante la creación de un grupo de expertos ad hoc o algún foro similar.
El cierre de filas se ha plasmado por anticipado en la propuesta de resolución política (en esta misma página) cuyo contenido, como es habitual, ultimó este viernes la secretaria de Organización, Leire Pajín, en contacto con los dirigentes territoriales: "Desde el Comité Federal del PSOE compartimos plenamente los planes del Gobierno de aumentar la presión fiscal".
A pesar del ruido creado, el PSOE dista bastante de atravesar por un momento de tensión interna. Sin ir muy lejos, no tiene parangón con los años de discusión del Estatut, cuando el Comité Federal fue escenario de duros reproches entre socialistas catalanes y de otros territorios.
La gran mayoría defiende la gestión "de izquierdas" de Zapatero
Apoyo a la línea del GobiernoDirigentes que no suelen ocultar en privado sus discrepancias cuando las tienen, afirman ahora: "La orientación de fondo de la política económica del Gobierno es la correcta. Se está haciendo lo que se puede y lo que es razonable contra la crisis desde una visión de izquierdas: mantener la protección social y el acuerdo con los sindicatos, tirar del déficit público y subir impuestos para disponer de recursos públicos. Y nadie ha planteado una alternativa".
Una cosa es que exista preocupación por la dimensión de la crisis que le ha tocado gestionar al PSOE y por errores de coordinación, incluso que haya desacuerdo con el abuso de los globos sonda. Nada de esto es nuevo. Y otra cosa es que exista un mar de fondo de discrepancia y mucho menos que entre los socialistas haya quien quiera mover la silla a Zapatero cuando el criterio general es que "no hay alternativa".
Izquierda Socialista pedirá un foro interno de debate sobre los impuestos
"Nos han dicho que hemos yugulado toda posibilidad de disidencia y, a su vez, que el partido se nos va de las manos a causa de las disidencias", ironizaba en su blog José Blanco, vicesecretario general y ministro de Fomento.
Así, la previsión que existía este viernes entre los miembros del Comité Federal es que de esta reunión saldrá la idea de que "el partido se tiene que movilizar, salir a la calle, dar la cara y explicar las cosas".
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