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Clint Eastwood es el mejor director del mundo, dice Freeman

Reuters

El actor Morgan Freeman alabó el viernes a Clint Eastwood, director de la película "Invictus. El factor humano", en la que interpreta a Nelson Mandela, y aseguró que "es el mejor director que existe".

"Probablemente sea la última vez que trabajo con él, porque no puedo aguantarle", bromeó Freeman en una rueda de prensa en Madrid para presentar la película. "Es demasiado eficiente, trabaja demasiado rápido, su visión es demasiado clara y es demasiado perfecto para mí".

"Para mí es el mejor director que hay", señaló, ya en serio, hablando sobre el también actor con el que ha trabajado en tres ocasiones.

Eastwood, de 79 años, y Freeman, de 72, forman un exitoso tándem en la gran pantalla: primero con "Sin perdón", en 1992, por la que Eastwood recibió el Oscar al mejor director; y 12 años después con "Million Dollar Baby", que les dio la preciada estatuilla a ambos (como director y como mejor actor de reparto, respectivamente). Además ambas fueron galardonadas como mejor película.

"Invictus" es su tercer proyecto, una película basada en un libro del periodista hispanobritánico John Carlin que recoge cómo Nelson Mandela aprovechó el Mundial de rugby de 1995 para unir a blancos y negros, al año siguiente de haber llegado al poder en Sudáfrica tras el fin del "apartheid".

"Es un director asombroso", afirmó Freeman. "Trabajar con él por tercera vez ha sido fabuloso. La primera vez fue como conocer a un viejo amigo, y cada vez es mejor".

MANDELA, "UN GENIO DE LA POLÍTICA"

Tanto el veterano actor como Carlin se deshicieron en elogios hacia el líder negro que transformó el país con su carisma y su visión de futuro.

"Es uno de los dos mejores políticos del siglo pasado, no podemos olvidar a Ghandi", afirmó Freeman, que aprovechando un notable parecido realiza una personificación excelente de quien le mencionó un día como el actor que le gustaría que le representara en la gran pantalla.

"No tengo un conocimiento tan profundo de la historia y tengo un prejuicio a favor de Mandela", señaló Carlin. "De lo que no tengo ninguna duda es que Mandela es un genio de la política como Mozart es un genio de la música".

al que todos se refirieron como "Madiba", el nombre de su clan, usado como título honorífico - consideró que el Mundial que organizaba Sudáfrica en 1995 era una oportunidad para forjar una identidad común.

Para ello estableció una relación especial con François Pienaar, el capitán de la selección sudafricana -interpretado por un Matt Damon, transformado en musculoso jugador de rugby -, en la que solo había un negro que sirvió de vínculo con esta población.

"Vio en este símbolo de división una oportunidad de unir el país, y funcionó fantásticamente bien", aseguró Carlin. "(La final) fue el día más feliz de la vida política de Mandela, y el día más feliz de Sudáfrica, sin duda alguna".

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