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Comer un dulce en Navidad no necesariamente arruinaría la dieta

Reuters

Por Amy Norton

Si se pregunta si comer esaúnica galleta o porción de torta de Navidad hará que su dietaentre en caída libre, un nuevo estudio sugiere que la respuestasería "quizás".

En un conjunto de estudios en los que se tentó aestudiantes universitarios a comer trufas de chocolate, unequipo de investigadores halló que una pequeña trufa era capazde avivar el deseo de los participantes de comer más bocadillosdulces y grasosos, pero sólo bajo ciertas condiciones.

Todo dependía de cómo estaba presentada la situación, dijoel doctor Chris Janiszewski, profesor de Marketing de laUniversity of Florida en Gainesville, y coautor del estudio.

Los resultados sugieren que si una persona come una trufasin pensarlo demasiado, sino diciendo "Me voy a dar un pequeñogusto", por ejemplo, podría estar abriendo un camino peligrosoa la indulgencia, explicó Janiszewski a Reuters Health.

Pero la situación cambiaría cuando una persona tieneobjetivos por cumplir, señaló el experto junto con su colegaJuliano Laran en Journal of Consumer Research.

En un estudio, el equipo le ofreció a los alumnos la mismatentación con trufas de chocolate. Pero, esta vez, a un grupose le dijo que debía permitirse "un bocadillo por día".

Al segundo grupo se le indicó que rechazar las trufas lepermitiría "alcanzar el objetivo de una alimentaciónsaludable".

Al final, el grupo que había comido las trufas era máspropenso a optar después por elecciones más saludables, comoensaladas, frutas y yogur.

En cambio, la cohorte que había optado por no comerlas,quizás con el sentimiento de haber cumplido la misión, era máspropenso después a desear más golosinas o bocadillos quealimentos saludables.

Ese último hallazgo es especialmente interesante, dijoJaniszewski, porque implica que "no comer una trufa puede sertan malo como comerla".

Entonces, ¿qué se debe hacer?

Janiszewski señaló que ningún estudio puede predecir lo quehará una persona ante una tentación. Aun así, los resultadossugieren que es clave cómo piensan las personas sobre comer ono bocadillos.

Rechazar una tentación y "cantar victoria", opinóJaniszewski, podría generar indulgencias el resto del día. Encambio, decidir posponer un bocadillo para después de la cena,sin ninguna indulgencia más, sería una mejor opción.

Y, como siempre, una porción moderada es mejor que unasúper grande, recordó Janiszewski.

FUENTE: Journal of Consumer Research, abril del 2009

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