El Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) inicia hoy el juicio contra el ex líder serbobosnio Radovan Karadzic, cuya decisión de no presentarse en la vista amenaza con retrasar la marcha del proceso.

Una probable solución para el boicot de Karadzic es que los magistrados lleguen a un acuerdo con él y le concedan entre dos o tres meses más para preparar su defensa en lugar de los diez meses que pedía, según han apuntado varios medios holandeses.

El ex líder serbobosnio, acusado de dos cargos de genocidio y otros nueve de crímenes de guerra y lesa humanidad por acciones presuntamente perpetradas en Bosnia entre 1992 y 1995, ya perdió dos apelaciones para conseguir que se retrasara el comienzo de su juicio.

Karadzic, arrestado en julio de 2008, opina que se le debe conceder al menos "el tiempo medio de preparación de un juicio, que son dos años", según comunicó por escrito al TPIY el pasado jueves.

Ante el rechazo de sus apelaciones formales, el acusado más importante del TPIY decidió usar una artimaña.

Asegurando que no es su intención boicotear el proceso sino preparar con tiempo su defensa comunicó que no se presentaría en la primera vista del juicio, con lo que pone a los jueces en una posición difícil que causará inevitables retrasos.

Los estatutos del TPIY estipulan que el acusado o su representación legal tiene que estar presente en la sala, lo que se considera como una "garantía mínima" para la celebración de un proceso justo.

Por eso se espera que la vista de hoy no empiece con los alegatos de apertura de la fiscalía, como estaba previsto, sino con cuestiones técnicas o con el anuncio de las medidas tomadas por los magistrados para solucionar el problema generado por Karadzic.

Como ha ocurrido en el pasado, los jueces podrían obligar a Karadzic a que se persone a pesar de su negativa a hacerlo.

Sin embargo, los acusados tienen derecho a protestar ante esta orden, con lo que de todos modos el juicio se retrasaría.

También pueden designarle un abogado de oficio que le represente en la sala ante su ausencia, aunque como ocurrió en el caso del ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, Karadzic puede negarse a comunicarse con el letrado, con lo que éste no podrá cumplir la función que se le asigna.

Las dos acusaciones de genocidio contra Karadzic son por la matanza de casi 8.000 musulmanes varones, incluidos niños, en el enclave de Srebrenica en 1995 y por el asedio de Sarajevo, en el que murieron miles de personas entre 1992-95.

El TPIY, que deberá acabar los juicios en primera instancia en 2012, todavía persigue por crímenes de guerra en la antigua Yugoslavia al jefe militar serbobosnio Ratko Mladic y al líder político serbocroata Goran Hadzic, que siguen prófugos de la Justicia internacional.