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Una derrota sin precedentes para el oficialismo en Argentina, según los resultados preliminares

EFE

Los resultados preliminares de las elecciones legislativas de Argentina celebradas el domingo reflejan una derrota sin precedentes para el oficialismo, que pierde la mayoría parlamentaria tras obtener resultados adversos en los más importantes distritos electorales del país.

Con el 62 por ciento de los votos escrutados, el candidato de la opositora Unión-PRO Francisco De Narváez gana con el 34,5 por ciento de los sufragios en la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país, mientras que el ex presidente Néstor Kirchner le sigue detrás con el 32,2 por ciento.

Algunos analistas indican que el ex mandatario, esposo de la presidenta Cristina Fernández, podría pasar al frente en los cómputos, aunque por una diferencia mínima que de todas formas le restaría poder al oficialismo en el Parlamento, que hasta ahora tenía quórum propio.

Por su parte, De Narváez y el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, aliados en la coalición que se impuso al oficialismo en los dos principales distritos electorales de Argentina, se declararon ganadores en las legislativas y pidieron al Gobierno diálogo y conciliación.

La coalición de Unión-PRO también venció en la ciudad de Buenos Aires, segundo distrito electoral del país, de la mano de la candidata a diputada Gabriela Michetti, que opinó que los electores votaron "por el cambio" y consideró que su triunfo "es un estímulo para hacer las cosas que hay que hacer".

Con el 74 por ciento de los votos escrutados en la capital, Michetti gana con el 31 por ciento de los sufragios, seguida con el 24,2 por ciento por el candidato de Proyecto Sur, el izquierdista Fernando "Pino" Solanas, que se convirtió en la sorpresa de la jornada electoral.

En tercer lugar se sitúa el candidato del Acuerdo Cívico y Social Alfonso Prat Gay con el 19 por ciento de los votos, mientras que el postulante oficialista Carlos Heller obtenía el 11,6 por ciento, de acuerdo con los datos preliminares.

Al declararse como vencedor, el empresario De Narváez dijo que su triunfo en la provincia de Buenos Aires, tradicional bastión peronista, "dio vuelta la página de la historia" y señaló además que la fuerza de Unión-PRO ha derrotado "a la vieja y la mala política".

Macri, aclamado por sus seguidores como futuro candidato a presidente en 2011, llamó al diálogo y a la conciliación y confió en que la presidenta argentina, Cristina Fernández, sucesora de Kirchner, "escuche" la voz de la ciudadanía que le dijo "basta a la prepotencia".

El oficialismo también perdería en Córdoba, la tercera provincia argentina por su peso electoral, en Mendoza e incluso en Santa Cruz, en el sur, donde Kirchner gobernó durante doce años y donde hoy votó Cristina Fernández.

En la provincia de Córdoba, con el 69,61 por ciento de los votos escrutados, el candidato del Frente Cívico Luis Juez se impone con un 30,6 por ciento, seguido por el postulante radical Ramón Mestre, con el 26,7 por ciento, mientras que en el tercer lugar se encuentra el candidato Eduardo Mondino, con el 26 por ciento.

En tanto, el candidato oficialista Eduardo Accastello apenas obtiene el 8,7 por ciento, en otro revés para el Ejecutivo nacional.

En Mendoza, Ernesto Sanz, el candidato de la fuerza liderada por el vicepresidente argentino, Julio Cobos, enfrentado con el Gobierno de Fernández y con Kirchner, se impone con 50,03 por ciento de votos al aspirante oficialista (25,15 por ciento).

Con cerca del 73 por ciento escrutado en la provincia de Santa Fe, el candidato del peronismo disidente Carlos Reutemann se adjudica el 42 por ciento de los votos, seguido por el socialista Rubén Giustiniani, con el 40,7 por ciento.

Si Reutemann consolida su ventaja podría mantenerse en la carrera por el liderazgo del peronismo y la Presidencia del país, un sueño que acaricia desde hace tiempo.

En Santa Cruz, contra todo pronóstico, con el 70 por ciento escrutado, el Acuerdo Cívico y Social se impone con el 42,5, punto y medio sobre el kirchnerismo.

En el búnker del oficialismo, mientras, más de siete horas después de cerradas las mesas de votación, ningún candidato había salido a hacer declaraciones.

"Nadie quiere ser la cara de la derrota", indican algunos dirigentes en el "cuartel general" del oficialista Frente Justicialista para la Victoria, organizado en un lujoso hotel de Buenos Aires.

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