Este artículo se publicó hace 15 años.
Todo empezó en un chiringuito
La 2 emite a partir de mañana tres documentales sobre la historia de El Bulli y Ferran Adrià
Un pedazo de tierra junto al mar Mediterráneo, un minigolf y un chiringuito de piedra. Ese local playero, que hace más de 45 años servía refrescos y algún que otro bocadillo en Cala Montjoi, cerca de Rosas (Girona), a manos de sus propietarios el matrimonio alemán Schilling es hoy el mejor restaurante del mundo. TVE quiere deleitar a los espectadores con esa historia de los comienzos de El Bulli y la evolución de Ferran Adrià mediante tres documentales que La 2 emitirá a partir de mañana.
"La audiencia va a descubrir lo importante que es saber crear un equipo". Es el resumen que hace David Pujol, director de la serie documental sobre el trabajo en el restaurante, que se terminará de editar en junio y que está compuesta por un total de ocho capítulos. Bajo el título Aromas de El Bulli, TVE ofrece el martes y el miércoles a las 22 horas las dos primeras piezas, de hora y media cada una. El sábado cerrará este ciclo con un documental sobre cómo es un día en el restaurante.
Pujol, que comenzó este trabajo en 2006 y lo redefinió con el propio Ferran Adrià a partir de 2007, destaca también que los reportajes muestran la capacidad creativa del cocinero, que "para transgredir, ha tenido que analizar primero lo tradicional. Es la trayectoria de un creador que ha evolucionado de la tradición a la vanguardia", resume.
La primera parte de la serie que se verá en La 2 narra la llegada del matrimonio Schilling a Girona en 1956 y el paso del diminuto chiringuito al restaurante al que pondrán el nombre de El Bulli en alusión a la raza de perros de la señora Schilling. Tras abrir la puerta a distintos cocineros, el joven Ferran Adrià, formado como pinche y friegaplatos en un hotel de playa, se queda solo al frente de la cocina de El Bulli. "Crear es no copiar". Esa frase que saldrá de su boca le hará explorar su propia personalidad en los fogones.
Una persona antagónica
De esta forma, los telespectadores descubrirán "un ser extraordinario, una persona sencilla pero muy grande y compleja en su manera de pensar". Para Pujol, Adrià es un ser "antagónico" que genera confusión por su contraste.
En la segunda parte, que se emitirá el miércoles, con el restaurante establecido como una sociedad formada por Ferrán Adrià y Juli Soler, se mostrará cómo cada año esa lucha por no copiar se convierte en un sinfín de hallazgos: las espumas, la técnica de la deconstrucción, la simbiosis entre el mundo dulce y el salado o las gelatinas calientes. Más de 100 personajes, desde cocineros que han participado en su equipo hasta clientes externos, hablarán en los documentales de la evolución del laureado restaurador.
Un día en El Bulli, documental realizado por su hermano Albert Adrià, cerrará este catálogo audiovisual sobre el mejor restaurante del mundo, según determinó en abril la publicación Restaurant Magazine. Se descubrirá cómo es posible servir cada día más de 1.500 platos, coordinar a 50 cocineros y a 30 personas de servicio de sala para dar de comer a una cincuentena de comensales.
La jornada, rodada el pasado 22 de agosto, empieza con la creatividad, sigue con el maratón de preparación de los platos, y cierra con cuatro horas de servicio.
"El público entenderá que El Bulli es tan premiado por mucho más que porque se come muy bien. También lo es por su nivel de lucha y de autocrítica", adelanta Pujol.
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