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El espejo portugués

Los ajustes de los socialistas irán a más con los conservadores

ERNESTO EKAIZER

Hay una curiosidad malsana que a uno le pica y es la de saber qué habrá pensado estos días Rodríguez Zapatero, cuya decisión irreversible es la de no ser candidato en las próximas elecciones generales, mientras seguía paso a paso la crisis que ha desembocado en la caída del Gobierno portugués.

Ambos socialdemócratas se han visto colocados entre la espada de la UE y del FMI y la pared de la Gran Recesión a adoptar clásicos planes de ajuste y estabilización sin poder recurrir, como antaño, a la devaluación de la moneda perdida. Y uno de ellos, José Sócrates, ha caído por la negativa de la derecha parlamentaria a apoyar su cuarto plan de austeridad, mientras que el otro, Zapatero, ha renunciado a ser cabeza de cartel por una 'convicción' nutrida lógicamente por unos bajísimos índices de popularidad.

Durante los últimos años, y aún descontando la contabilidad creativa del Gobierno socialista en la presentación de sus cuentas públicas, según ha desvelado Bruselas, es lo cierto que Sócrates ha adoptado medidas de recortes sociales dirigidas a ganar el respeto de los mercados. La oposición de la derecha, el Partido Social Demócrata (PSD), finalmente, decidió que la cuarta austeridad era la vencida, el momento para clavar la estocada y precipitar las elecciones anticipadas.

Pero si gana, el PSD aplicará otra vuelta de tuerca de austeridad, recortes sociales y una más violenta reducción del déficit público, en aplicación de las nuevas normas que Alemania ha conseguido sacar adelante en la UE. Y ello justificado en el rescate que ya se está preparando, ante la subida en flecha de los tipos de interés en los mercados de bonos. A ello habrá que sumar la primera elevación del precio del dinero desde julio de 2008 con que amaga el BCE en los meses de abril o mayo. A la austeridad socialdemócrata lusa seguirá, pues, la austeridad de la derecha.

Viene todo ello muy a cuento de España. En mayo próximo, cuando se celebren las elecciones municipales y autonómicas, con casi 4,9 millones de parados, habrán pasado dos años desde el comienzo de una política económica de ajuste más propia del PP que del PSOE. Y cuando tengan lugar las elecciones generales (si no se anticipan) serán prácticamente tres años.

El PP, si se cumplen los planes en curso, y si gana las elecciones generales, recibirá, pues, una economía 'aseada' desde el punto de vista neoliberal. Tendrá que mantener la austeridad en el contexto del reforzamiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y de una más estricta vigilancia sobre su cumplimiento.

Pero en una economía 'aseada', como sugiere Richard W. Fisher, presidente de la Reserva Federal de Dallas, con un sistema financiero que finalmente se reconoce como daña-do y, por tanto, con dificultades para restablecer el crédito, el problema para el PP en el gobierno seguirá siendo el estancamiento. La austeridad no es el rey Midas que cree Mariano Rajoy.

Daniele Antonucci, analista de Morgan Stanley, lo dice así: 'España todavía está reparando su balance y sigue buscando un nuevo motor del crecimiento, a diferencia de la mayor parte de sus socios europeos. Alejarse de la demanda interna e ir hacia la demanda exterior es necesario y bienvenido. Pero mientras este proceso continúa, es improbable que el crecimiento económico se acelere significativamente, especialmente este año'.

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