Este artículo se publicó hace 14 años.
Los estadounidenses siguen consumiendo demasiada sal: expertos
Por Rachael Myers Lowe
A pesar de las advertenciassobre los riesgos, los estadounidenses no disminuyeron el consumode sal en los últimos 50 años, concluyó un equipo de la Escuelade Salud Pública de Harvard.
Con datos reunidos en 38 estudios, entre 1957 y el 2003, AdamBernstein y Walter Willett analizaron muestras de orina de más de26.000 personas.
A diferencia de investigaciones previas, que habían estimadoel consumo de sal al comparar los diarios alimentarios con elcontenido de sal en ciertos alimentos, las muestras de orina lepermitieron a los autores medir el sodio que elimina elorganismo, que es el 95 por ciento del sodio consumido.
"Es un reflejo más preciso de la cantidad de sal o de sodioque ingerimos que los diarios alimentarios", dijo Bernstein aReuters Health.
El equipo halló que, independientemente del año de lamuestra, los participantes habían consumido unos 3,7 gramos desodio por día. Eso supera los 1,4 gramos (una cucharada de té)diarios recomendados para la mayoría y más del doble de lo quepuede consumir un hipertenso o una persona en riesgo de serlo.
Hubo poca diferencia en el sodio eliminado en la orina entreblancos y afroamericanos, mayores y jóvenes. Los hombrestendieron a tener niveles más altos de sodio que las mujeres,pero eso se explicó mediante el mayor consumo de calorías. "Elloscomen más", dijo Bernstein a Reuters Health.
El equipo esperaba hallar un aumento del consumo de saldebido, en parte, a cambios en los hábitos alimentarios en losúltimos 50 años.
Hoy, los estadounidenses comen más alimentos procesados y "ungran porcentaje del sodio en la dieta de Estados Unidos se agregaen la producción y los servicios alimentarios", escribieron losautores en American Journal of Clinical Nutrition.
Mientras que el consumo de sal se mantuvo relativamenteestable en la mitad del siglo pasado, la incidencia de laenfermedad cardíaca y la hipertensión crecieron, lo que lleva aconcluir que el aumento de la cantidad total de calorías que seconsumen por día (y la obesidad que eso provoca) "sería undeterminante más importante que el consumo de sodio delcrecimiento de la prevalencia de la hipertensión".
Eso no quiere decir que se esté haciendo demasiado parareducir el consumo de sal. Los autores mencionan varios estudiosque habían demostrado cómo el aumento del consumo de sal eleva lapresión y el riesgo de desarrollar hipertensión.
Un estudio del Instituto de Medicina de Estados Unidospublicado a comienzos de este año instó a aumentar la regulaciónfederal del contenido de sal en los alimentos dada la probadarelación entre el alto consumo de sodio y la presión alta, comoasí también enfermedad cardíaca y renal.
La hipertensión, indicó el instituto, es una "enfermedaddesatendida", que le cuesta al sistema de salud de Estados Unidosunos 73.000 millones de dólares por año.
"La sal es un objetivo que se puede modificar conregulaciones y la decisión de la industria para reducir la cargade la enfermedad cardíaca y la presión alta. Hay muchos temas queresolver: la obesidad es uno y el consumo de sal, otro", dijoBernstein.
FUENTE: The American Journal of Clinical Nutrition, online 8de septiembre del 2010
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