Este artículo se publicó hace 17 años.
Frenazo en el crecimiento del beneficio empresarial
Hasta septiembre aumentaron el 3%, frente al 11,5% de 2006
Los hogares españoles están cada vez más endeudados y han empezado a moderar sus gastos en consumo. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las ventas al por menor crecieron en octubre sólo un 1,3%. ¿Quiénes son los primeros afectados por esa situación? Las empresas.
Sus beneficios aumentaron en los nueve primeros meses un 3%, una tercera parte que en el mismo periodo del año anterior, cuando su ritmo de crecimiento fue del 11,5%. Así lo refleja la Central de Balances del Banco de España, que elabora una estadística trimestral con los datos de más de 700 grandes compañías.
Esa desaceleración se debe a la moderación de las empresas comerciales —sus resultados avanzaron sólo un 1,1%— y también a la caída del 0,3% en los beneficios de las energéticas, causada por la fuerte subida del precio del petróleo.
Frente a esas malas evoluciones, destaca la mayor pujanza del sector industrial y el de transportes, cuyos beneficios aumentaron un 12,9 y un 5,6%, respectivamente.
Al Banco de España no le parecen en absoluto preocupante ni alarmante el frenazo en los beneficios empresariales. El director general del Servicio de Estudios del organismo, José Luis Malo de Molina, aseguró ayer que estos datos no permiten en absoluto hablar de un año complicado ni augurar complicaciones significativas para los próximos trimestres.
El optimismo del BE
A su juicio, es un ejercicio en el que se mantiene un nivel alto de beneficios y un crecimiento razonable después de un año “muy boyante”. Además, cree que la situación sigue siendo “muy favorable” para que las empresas invertan en aumentar su capacidad productiva.
En resumen, que no hay un cambio significativo en la situación de bonanza que había en 2006 y que si los beneficios crecen menos es porque esta vez no hay tantas plusvalías.
Pero ese argumento se desmonta por sí solo porque los beneficios ordinarios, los que no incluyen esas ganancias extras, también muestran una considerable desaceleración, pues han pasado de crecer al 10% a hacerlo al 4,5%.
Y lo que es más, el propio Malo de Molina admite que este año hay una circunstancia negativa excepcional que afectará negativamente en el futuro: las turbulencias financieras derivadas de las hipotecas basura de Estados Unidos.
Su aparición ha provocado un encarecimiento de los costes de financiación de las empresas, que ya estaban creciendo de forma sustancial desde 2004 por la subida de tipos de interés y por el constante crecimiento del endeudamiento. Y parece que se mantendrá en el futuro.
Por tanto, las empresas no sólo tienen que hacerse a la idea de que sus resultados crezcan menos sino también de que sus créditos serán más caros y más innacesibles.
También para esta circunstancia tiene el BE una lectura optimista. Las empresas y las entidades financieras evaluarán mejor a partir de ahora dónde invierten.
El sector de la construcción
Del peso de la construcción en la desaceleración de los resultados empresariales no hay cifras, porque el Banco de España entiende que sus datos no son suficientemente representativos del sector.
Lo único que destaca el supervisor sobre este sector es que su endeudamiento ha crecido muy por encima del resto, pero por una cuestión positiva: las compañías han invertido en diversificar tanto en otros negocios como en otros países, lo cual les beneficiará en el futuro.
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